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‘Metástasis’, de José Ramón Gómez Cabezas

JOSÉ LUIS MUÑOZ.

José Ramón Gómez Cabezas (Ciudad Real, 1971) es psicólogo y profesor de la UCLM, y preside la Asociación de Amigos de la literatura policial NOVELPOL. Tiene 5 novelas publicadas: Réquiem por la bailarina de una caja de música, Orden de busca y captura para un ángel de la guarda, El ataque Marshall, Ojos que no ven (Premio La Orilla Negra 2018) y Metástasis dentro del género negro. 

José Ramón Gómez Cabezas sitúa Metástasis, su última novela publicada en la colección Marrajo de la Editorial Milenio, en un escenario y época indeterminados, aunque uno sospeche que en realidad está hablando de su Ciudad Real convenientemente tuneada para la ocasión. El inspector Félix Perea ha perdido a su hija Elena, una yonqui, en la vorágine de una ciudad en deconstrucción comprada por los ricos del Este en la que todo, hasta el AVE, se ha privatizado. Perea, Patón y una mujer, Carrizosa, investigan la serie de muertes misteriosas, que se inician con el asesinato del coordinador general de empleo, en una ciudad que se muere de decadencia, con aeropuertos fantasma, bibliotecas vacías, canchas de baloncesto abandonadas, que son refugio de yonquis, y salas de juego que crecen como hongos. 

La escritura de José Ramón Gómez Cabezas es descriptiva, en ocasiones pictórica, con una amplia paleta de colores. Cuando estuvo completamente desnuda, Patón se detuvo un instante a contemplar el cuerpo lechal, sobre que contrastaban varios colores dos puntos en negro intenso de su vello púbico, el rosado de las areolas de sus pequeños pechos, un par de tatuajes en rojo y negro con el dibujo de un revólver a cada lado del final de sus caderas, y al verde oliva de los moratones en sus brazos.

No se le puede negar a José Ramón Gómez Cabezas la habilidad para crear mundos asfixiantes como esa ciudad distópica y ruinosa en la que transcurre  su Metástasis, hasta el punto de hacernos olvidar de la trama. Un anciano desplazaba su cuerpo esquelético a través de un paso cebra, con total desprecio por la velocidad, obligando a Perea a reducir la suya hasta casi detener el auto. Sus piernas huesudas temblaban a cada simulacro de paso

La metástasis, a la que alude el título, es un proceso de decadencia y autodestrucción a la que se ve abocada esa ciudad fantasmal corroída por el cáncer. Capítulos breves, terminología clínica, para describir el proceso letal, personajes oscuros y una prosa muy visual hacen que esta novela extraña y distópica sea una lectura muy recomendable para amantes del género que gusten de caminos poco trillados.

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