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La importancia del ‘otro’

RICARDO MARTÍNEZ.

“Decidí llamar ‘La voz de las cosas’ a este librito –escribe la autora-, en el que casi nada es mío, salvo algunas traducciones, si bien me ha servido de libro de cabecera y de viaje durante tantos años y a veces para hacer acopio de valor” Marguerite Antoinette Jeanne Marie Ghislaine de Crayencour, que había de adoptar el seudónimo anagramático de Marguerite Yourcenar, nació en Bruselas en 1903. De linaje noble, fue educada por su padre, un aristócrata de gran cultura que, por su profesión diplomática, le supuso a Marguerite llegar a tener en algún momento hasta tres nacionalidades distintas. A partir de 1950, sin embargo, fijó su residencia en la isla de los montes Perdidos (Maine, Estados Unidos), lo que le llevaría a una doble actividad vital: el exilio voluntario y los viajes alrededor del mundo. “Una isla como principio de soledad. El viaje como principio de conocimiento” Una vida.

Los textos tienen la más variada procedencia, y así van desde las Cuatro Vías Búdicas a Gerard de Nerval, de Rilke a William Blake; de Leopardi a Fenelón o san Agustín.  Son todos ellos expresamente interiorizantes, como el que, bajo el epígrafe Mística renana dice: “Nada arde en el Infierno, salvo el yo” O bien: “El Maestro, refiriéndose a Yen Yuan dijo: ¡Qué tristeza! Siempre lo vi avanzar, nunca detenerse” Tal vez para simplificar un punto de observación reiterado en sus disquisiciones recogió del Tao Te King: “¿Cómo aclarar el agua turbia? Dejadla reposar y perderá su turbiedad” 

El libro que comentamos acaso había tenido ya su ‘presentación’ en un fragmento de sus citadas Memorias de Adriano: “Una parte de cada día, y aún de cada vida insignificante, transcurre en buscar las razones de ser, los puntos de partida, las fuentes”. Algo que ayude a vivir. Y en ese sentimiento es probable que  residan las palabras de Jean d’Ormesson quien, en su presentación en la Academia francesa dijo de la autora: “Yourcenar sigue siendo una especie de misterio extremadamente célebre, una especie de oscuridad luminosa” Y a buen seguro que en tal iluminación continuará, para nuestra compañía

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