El Verdi mas gótico ilumina el Teatro Real con Il Trovatore
Por Luis Alberto Comino
El teatro Real de Madrid ha programado, como colofón a la temporada opéristica y dentro de la Semana de la Ópera, la obra de Giusseppe Verdi que más éxito le dio en vida. Estrenada el 19 de enero de 1853 en el Teatro Apollo de Roma, es la decimoséptima ópera escrita por Verdi y, junto con Rigoletto y la Traviata, forma el triangulo que finaliza la época belcantista en el universo Verdiano. Es sin duda la ópera mas personal y arriesgada del genio de Bussetto, pues no solo compuso la música sin haber recibido ningún encargo por parte de algún editor o empresario operístico, cosa extraordinaria en la época (Verdi llegó a pensar en su día que no la estrenaría), sino que intervino personalmente en la composición final del libreto, ya que el libretista escogido, el celebérrimo Salvatore Cammarano (con quien ya había colaborado en Alzira, La battaglia di Legnano y Luisa Miller), murió antes de poder terminar de escribir el texto, siendo sustituido por el entonces novel, Leone Emanuele Bardare.
Basado inicialmente en la obra del hoy desconocido Antonio García Gutiérrez, con Il trovatore Verdi se encuentra con la cultura española, que le proporcionó grandes éxitos a partir de este texto (Simon Bocanegra, también de Antonio García y La Forza del Destino del Duque de Rivas). La trama, situada originalmente entre la Vizcaya y el Aragón del siglo XV, gira en torno dos líneas argumentales: Por un lado la venganza de la gitana Azucena, a la que el rey, padre del conde de Luna, deja huérfana al quemar vivos a su madre e hijo, al que reemplaza por otro de sus hijos (Manrico, el trovador). Y por otro el triángulo amoroso en el que Leonora, dama noble, es disputada por dos pretendientes enemigos (Luna y Manrico), que representan a familias, clases e idearios opuestos y que en realidad son hermanos.
En este montaje, cuya dirección musical corre a cargo de Maurizio Benini (anteriormente ha dirigido Tosca y L’elisir d’amore en el Real) y la producción escénica a cargo del exitoso director mexicano afincado en Barcelona; Francisco Negrín, (como curiosidad histórica, bisnieto del último presidente del gobierno republicano español: Juan Negrín), el cual pretende ayudar al espectador a caminar por los tenebrosos meandros del drama. Negrín define Il trovatore como un thriller negro, donde se entremezclan los sentimientos mas profundos y oscuros del alma humana (la venganza de Azucena, la lujuria y la posesión de Luna, el arrepentimiento de Manrico), con los más bellos, como el amor de Leonora por Manrico.
Partiendo de los elementos más metafóricos del libreto ─el tiempo, el fuego y la noche─, nos muestra todos los fantasmas de los protagonistas, atrapados en la herencia de un pasado truculento, o como indica el propio Negrín: “Cómo hay un hilo que teje el pasado y todos, de alguna manera, estamos presos de él”. Curiosa metáfora de lo sucedido con uno de los personajes mas incomprendidos y trágicos de la historia moderna de España.
Un montaje austero, oscuro, pero que permite centrarse en el colorido de la partitura.
Tres elencos se turnan en la representación de esta ópera, siendo el segundo elenco el que he visto en el Real. Personalmente no había oído a ninguno de los componentes de este elenco, salvo al tenor Piero Pretti al que había oído interpretar al Rodolfo de La Boheme. Magnífico en el papel de Manrico, y que no pudo ni quiso evitar entonar el famoso Do sobreagudo en su número culmen, (la caballetta “Di quella pira”) al final del tercer acto; famoso, porque es ya un clásico en las improvisaciones tenoras verdianas (el propio Enrico Caruso cayó en ella), ya que el maestro jamás escribió esa nota en esa pieza. Lo cierto es que todo el elenco me ha impresionado muy favorablemente, sobre todo las intérpretes femeninas. Marie-Nicole Lemieux, la contralto canadiense, está espléndida en el papel de Azucena, lo suficientemente comedida y lo suficientemente trágica para explotar este difícil personaje. Y sobre todo Hibla Gerzmava, la soprano ruso-abzaja, monumental en su papel de Leonora, llenando de matices el Aria “D’amor sull’ali rosee”, y que arrancó los mayores aplausos al final de cada uno se sus “cantábili” y de la obra.
También están muy bien los barítonos Artur Rucinski y Roberto Tagliavini, este último impresionante en los graves de su papel.
Se dice que lo necesario para programar Il Trovatore, es contar con los mejores cantantes, y estos no los desmerecen en nada.
Mención especial quiero hacerle al coro titular del Teatro Real: El Coro Intermezzo. En esta ocasión dirigido por Andrés Máspero hace honor a los grandes coros, imprescindibles en el mundo verdiano, y que nos regalaron una magnífica canción de los gitanos (El célebre coro de los yunques) y un gran “Miserere”, una de las rarezas de esta partitura, ya que en ella era la primera vez que se hacía al coro cantar fuera de escenario,para darle mayor dramatismo a la escena.
Una muy buena velada operística recomendable tanto para los ya amantes del bel canto, como de los aficionados que quieran acercarse a este mundo musical, y que podrá verse el sábado 6 de Julio en “streaming” en diversas pantallas por todo Madrid de ellas tres gigantes en la misma Plaza de Oriente, así como por Facebook Live y en myopera.com.
Il Trovatore, de G. Verdi, libreto de Salvatore Cammarano y Leone Enmanuele Bardare (basado en la obra teatral de Antonio García Gutiérrez)
Dirección musical: Maurizio Benini
Dirección de escena: Francisco Negrín
Escenografía y figurines: Louis Désiré
Iluminación: Bruno Poet
Dirección del coro: Andrés Máspero
El conde de Luna: Ludovic Tézier (Jul. 3, 6, 9, 13, 18, 24)
Artur Rucinski (Jul. 4, 8, 19, 23, 25)
Dimitri Platanias (Jul. 12, 16, 21)
Leonora: Maria Agresta (Jul. 3, 6, 9, 13, 18)
Hibla Gerzmava (Jul. 4, 8, 19, 23, 25)
Lianna Haroutounian (Jul. 12, 16, 21, 24)
Azucena: Ekaterina Semenchuk (Jul. 3, 6, 9, 13, 18, 21, 24)
Marie-Nicole Lemieux (Jul. 4, 8, 12, 16, 19, 23, 25)
Manrico: Francesco Meli (Jul. 3, 6, 9, 13, 18, 21, 24)
Piero Pretti (Jul. 4, 8, 12, 16, 19, 23, 25)
Ferrando: Roberto Tagliavini
Ines: Cassandre Berthon
Ruiz: Fabián Lara
Un mensajero: Moisés Marín
P.S. : REAL Y LICEU, EN BUSCA DE TODOS LOS PÚBLICOS
El Teatro Real de Madrid y el Liceu barcelonés tienden un puente entre ambas ciudades para llegar con dos de sus títulos más populares esta temporada a la mayor parte del público. Desde Barcelona, el viernes, se retransmitirá Tosca y se proyectará en la Sala Gayarre del Real y desde Madrid, el 6 de julio, se lanzará Il Trovatore para que se vea en el Foyer del Liceu. Una iniciativa que ambas instituciones han llamado La ópera que une. Quien quiera entender, que entienda… Pero ambas aprovechan sus acontecimientos de fuerte tirón con el público para festejar la música y fomentar lazos de diálogo también en plazas al aire libre, centros culturales y espacios públicos en retransmisiones abiertas y con señales a las que se puede acceder gratuitamente si se solicita a los teatros.