Cigarra
Por Àngels S. Amorós
Shaun Tan (texto e ilustraciones) y Lidia Pelayo Alonso (traducción). Cigarra. Granada: Barbara Fiore, agosto 2018.32 pp. A partir de los años.
Cigarra trabaja en edificio alto.
Grabador de datos. Diecisiete años.
Sin bajas por enfermedad. Sin errores.
¡Tac, tac, tac!
Así empieza este álbum ilustrado del escritor e ilustrador australiano de origen chino por parte de padre Shaun Tan. La protagonista es una cigarra que, lejos del personaje de la fábula de La Fontaine, trabaja mucho. Aunque nadie reconozca lo que hace y muchos la menosprecien por lo que es. Este personaje está tan desubicado que cambia su sonido característico por el «Tac, tac, tac» que escucha al teclear datos en una computadora.
Una visión distópica y en clave de la dificultad de integración de un trabajador diferente (nacionalidad, diversidad funcional, etc.) cuyo empeño le resulta indiferente a la empresa que le ha contratado porque no la considera «humana». Además de la explotación que sufre, la discriminación es lo peor. Desde la prohibición de no usar los baños públicos hasta negarle cualquier ascenso y las humillaciones y acoso laboral que sufre de parte de sus compañeros de trabajo que le recuerdan que no es como ellos:
A compañero humano no gusta cigarra.
Dice cosa. Hace cosa.
Piensa cigarra tonta.
¡Tac, tac, tac!
Asistimos a la involución de esta cigarra que a pesar de no expresarse correctamente demuestra que tiene muy buena capacidad de trabajo y de eso nos informan las imágenes en diferentes tonalidades de gris donde destaca el cuerpo verde lleno de luz, vitalidad y esperanza de la cigarra que el uniforme no logra ocultar del todo.
El desenlace de la historia es de lo más sorprendente porque cuando llega el momento de la jubilación, Cigarra se despide pero nadie le dirige palabras de aliento o de agradecimiento. Entonces, se sube a la azotea del edificio donde trabaja y se produce una situación totalmente inesperada que da cuenta de las muchas posibilidades de transformación y liberación que poseemos.
l autor ha declarado que esta historia se basa en las experiencias de su padre Bing que se trasladó a Australia para estudiar sin dominar el inglés y tampoco fue suficientemente valorado a nivel profesional.
No es la primera vez que Shaun Tan trata en un álbum ilustrado la compleja situación de los trabajadores que dejan su país para abrirse camino en otros. En Emigrantes abordó la historia de una persona que se enfrenta a todo tipo de criaturas, lugares y situaciones fuera de toda lógica. Otros libros, cuentos y novelas gráficas de este mismo autor son: La cosa perdida, El árbol rojo, Las reglas del verano, La ciudad latente, Emigrantes, El rey pájaro y otros esbozos y Esbozos de una tierra sin nombre, Los huesos cantores, etc. Algunos de los reconocimientos de sus obras son: un Oscar por el cortometraje La cosa perdida, y el premio Astrid Lindgren Memorial Award.