Hafez en Shiraz
HAFEZ EN SHIRAZ
Entro en el recinto que es un espacio muy grande con construcciones alrededor. Hacia los cuatros lados hay jardines y soportales. Al fondo hay una biblioteca con ediciones preciosas del poeta. Y en el centro está la tumba que es como una urna sobre la que se levanta un pabellón lleno de gracia.
Me dirijo hacia allí con fervor ligero. Yo también creo que algo del espíritu de los poetas debe de quedar en los lugares donde han estado. Me imagino que tocar algo, respirar esos sitios, transmite alguna esencia. Creo en el dárshan de los orientales.
En un poema habla de una criada loca a la que busca por todas partes , dice que dará la vida por ella. En otro habla de una mujer de pelo revuelto que se sienta en su lecho por las noches y le habla apasionadamente. En otro habla de las tabernas donde vive y contra las que nada pueden los doctrinarios.
Es el gran poeta Hafez que nació en Shiraz, al sur de Persia. En otro poema dice “No preguntes”. Porque no se trata de preguntar y explicar, sino de vivir. “Anoche en estos mismos oídos/ tales palabras su boca ha vertido./ No preguntéis cuáles./ En el laberinto circular del amor/ Mis pies al fin han encontrado su dirección/ No preguntéis dónde”. Tiene la pasión de San Juan de la Cruz y la paradoja de los místicos zen.
Tiene una tumba bellísima en Shiraz y su tumba es un jardín intenso de la poesía. En un poema enigmático, cuando todos duermen, él va a la taberna a abrazar a una doncella misteriosa que parece un pájaro y no quiere palabras. Yo estuve en Shiraz y fui a visitarlo.
ANTONIO COSTA GÓMEZ, ESCRITOR