ARTÍCULO ‘Shakespeare y los escritores’

JESÚS MILLÁN MUÑOZ.

¿Qué tienen o tuvieron Shakespeare y otros cien escritores más, que denominamos genios, que no tienen o no tenemos el resto de escritores, posiblemente millones a lo largo de los siglos? ¿Qué aportó Shakespeare, Homero, Dante, Cervantes, Lope, Teresa de Jesús, Joyce, Proust.., que usted o yo, y cientos de miles de escritores de cada generación y de cada siglo no tienen?

¿Y se puede perder una obra maestra en el silencio, o un escritor de gran talento que podría rozar la genialidad, puede olvidarse en el silencio y en la invisibilidad, cómo se diría hoy, porque viva o exista en un barrio de una gran ciudad o en una isla del Pacífico o…?

Independientemente, pero también relacionado, que Shakespeare, tomase argumentos de diversas tradiciones, hoy, hoy algunos dirían plagiar, en segundo lugar, perfeccionase esos argumentos y datos y razonamientos y temáticas; tercero, cada representación que hacía de sus obras, iba añadiendo o quitando o perfeccionando según el saber del público y la reacción del público. Realidad esta última que es posible.

¿Por qué Shakespeare o Cervantes son dos genios, y han hecho obras que perdurarán milenios, y usted y yo, y otros cientos de miles de que pululan por el mundo, y los millones que hayan existido no realizan obras geniales o de gran talento…?

Por supuesto, que quizás, haya que nacer con un talento especial, igual que el catador de vinos o el estratega militar o el científico matemático, pero además de esto, se tiene que producir, que la persona en concreta desarrolle ese talento, tenga la intención de realizarlo, de que realice producción en ese campo, que tenga las circunstancias y la sociedad y la época y tiempo y cultura, e incluso en la ciudad que exista, que al menos se le apoye mínimamente…

Hoy, la situación quizás es más fácil, cualquier persona, autor o escritor, en cualquier lugar del mundo, con Internet, podría dar al público su producción, es decir, no se necesita necesariamente la editorial privada o la autoedición privada, sino que publicar, es hacer público, dar a conocer al público. Por lo cual, hoy, diríamos esa gran barrera que durante siglos ha existido, de alguna manera ha disminuido. Otra cosa es la acogida y aceptación que tendrá, pero ya no necesariamente, parte de su producción se queda en el cajón, para que los herederos la pierdan…

Ciertamente en la mar o galaxia de Internet, con millones de páginas, redes sociales, blogs y demás, quizás la producción cultural de un autor que viva y exista en un barrio de Bombay, o de una isla del Pacífico o de la Patagonia o de un pequeño pueblo de Siberia o del Tíbet. Quizás, aunque sea genial, o tenga visos de esa personalidad ser de gran talento, quizás se pierda.

Es decir, nos planteamos, la gran y grave pregunta, que un gran editor de España, planteó hace años, diciendo más o menos. “¡Hoy, un Cervantes o un Quijote no se perdería!”.

¿El problema es cómo sería hoy una obra genial, teniendo en cuenta las evoluciones y progresos en todo, y hoy cómo sería un Cervantes? ¿Porque todos admitiremos que si Cervantes viviese hoy, no escribiría el Quijote o lo haría de formas que no podemos imaginar, o Cervantes, no sabemos que oficio o profesión o psicología tendría…?

Partimos del hecho, quizás erróneo, que el género literario es secundario, de ese escritor genial, porque no solo hablamos de Shakespeare, éste se introdujo en su época, diríamos en la mayor estructura de contenido cultural, para las elites y para el pueblo, es decir, era la industria cultural de su época, igual que hoy es el cine y los medios audiovisuales.

¿Pero aceptamos que cualquier género literario o artístico literario, puede ser o crear una obra genial, sea la poesía, el teatro, la novela, los artículos periodísticos, los aforismos, los fragmentos los géneros híbridos o combinaciones de muchos…?

¿Por consecuencia, estaríamos abiertos a que la persona o autor, que está realizando una obra genial, sea reconocida o desconocida, puede estar en cualquier lugar del mundo, y trabajando en cualquier género literario o literario filosófico del mundo?

¿Dicho de otro modo, los sistemas de los grandes premios de cada territorio o situación geográfica o cultural, además de los grandes Premios Internacionales, como el Nobel, estarían abiertos o dispuestos, a buscar o a aceptar que un autor y una obra genial, no esté representada en las grandes editoriales del momento, de su cultura o sociedad, sino que pudiese estar en Internet, o repartida en periódicos, en pequeñas autoediciones…?

¿Pero para eso, tendríamos que saber, cuántos escritores existen en cada territorio, igual que se conocen, cuántos médicos o panaderos o dentistas existen…? ¿Pero queremos conocer cuántos autores de literatura y de literatura-filosofía existen, igual de cuántos autores plásticos o músicos compositores, o…?

¿Qué tiene o tenía Shakespeare y unos cientos de geniales autores y autoras que han existido durante estos siglos o milenios desde Grecia, que consideramos que sus obras son geniales? ¿Y que usted o yo, y otros cientos de miles no tenemos…? ¿O no queremos tener, o no nos atrevemos a tener…?

Estimo, siguiendo la tradición estética, poética, oratoria y literaria clásica, que una obra, dispone de dos grandes estructuras, continente-contenido, materia-forma, significante-significado. Es decir, que un autor, si quiere ser un gran autor, si es que puede serlo, primero, tiene que aceptar la realidad, la realidad tal cual es, es decir, lo que es y no solo lo que debe ser, lo que debe ser y no solo lo que es.

En segundo lugar, intentar expresar la realidad, que es y debe ser, de modos y de formas diferentes, porque el continente influye en el contenido, y el contenido en el continente. Es decir, tiene que ir un poco más lejos, que la tradición, el saber en esa materia le ha donado a él o a ella. Es decir, el matemático debe ir un poco más allá de lo descubierto hasta ahora, y el botánico y el físico matemático, y el escritor.

Tercero, que entendemos, que la gran industria cultural de la literatura y de otras artes, es eso, una industria, por tanto, los promotores, tienen que obtener rendimiento económico, y por tanto, debe publicar en este caso, incentivar obras, que el gran público o el entendido acepta. Por consecuencia, llegarán hasta un límite, un límite, dónde invertirán su dinero. Y es lógico, es su negocio y es su modo de vida y de supervivencia.

Cuarto, pero el autor, está intentando crear un modo nuevo o más profundo de entender la realidad, de combinar lo esencial y lo accidental, el fondo y la forma, por lo cual, el autor, si tiene visos o posibilidad de ser un Shakespeare, que quizás, no lo intente ser, quizás no pueda serlo, quizás no tenga circunstancias de todo tipo… si puede o cree que puede, si puede entender más y mejor la realidad, lo accidental y lo esencial, tiene que saber una receta, con algunas fórmulas entre otras:

Jamás tome alcohol ni otras substancias; en segundo lugar, lleve una vida moral exquisita y siguiendo los cánones de su sistema jurídico; tercero, viva o sobreviva, de un oficio o profesión, y no espere vivir y existir de la literatura, sino de alguna profesión; cuarto, lleve una vida normal y rutinaria, con familia, si es posible. Y por último, ya que tiene todos esos elementos, intente crear su obra o su producción cultural, sin fijarse, si va a tener éxito o no, si va a ser genial o no, si es mediocre o no lo es, si nadie le hace caso en su producción o tiene mucho o poca aceptación, solo tiene que continuar intentando percibir la realidad, y plasmándola en el mayor grado de verdad y bondad y belleza y racionalidad y prudencia que pueda.

Y lo demás le vendrá por añadidura. Cuándo la haya terminado, tal o cual obra, la da a conocer al público, del modo o sistema que pueda, y continúe con otra. Así de ese modo si es aceptada y es admitida como una gran obra literaria y filosófica, bien, si no lo es, habrá llevado una vida normal, como el resto de los mortales. Cosa que es más importante de lo que pensamos. No habrá caído en tantos errores, como los humanos que se dedican a las artes se destruyen, en mayor o menor medida… Paz y bien.

One thought on “ARTÍCULO ‘Shakespeare y los escritores’

  • el 17 junio, 2019 a las 4:51 pm
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    Como dice Alfonso Reyes (La experiencia literaria) la escritura es un accidente del lenguaje y también es magia. La destreza en la oratoria y la escritura es descubrir la sencillez de la musicalidad. Cuanto más diáfano mayor comprensión. La genialidad está en saber emplear con destreza los términos. Y en el arte se descubre la prolijidad con propósito enaltecedor. Es la transmisión con un valor agregado: belleza. La complejidad está no en la obra sino en la habilidad del artista.
    No coincido con sus recomendaciones acerca del comportamiento artístico por ser reñido con la historia verídica. Habéis mencionado a insignes autores que no se ajustan a sus indicaciones. Como es Oscar Wilde, Shakespeare, etc. La magna obra de Cervantes fue eclipsada, en su época, por la abundante, y bien remunerada y reconocida, obra de Lope de Vega. Recién en la posteridad mereció el reconocimiento universal.
    El lenguaje es magia y debemos ser “maestros” y no aprendices de brujo si pretendemos el ingreso al parnaso. Usualmente la producción artística no coincide con las estipulaciones morales. Tiene una explicación: lo sublime. Tema muy ignorado por los críticos y la misma psicología. Distinto es que muchos biógrafos pretendan opacidad. Jamás será desmerecida una obra por la vida privada del autor, por ejemplo, “los poetas malditos”. Creo que son dos áreas distintas pero no opuestas: el arte y la moral. Si el artista conjuga ambas, es un héroe. De allí la admiración por Homero, Hesiodo, Esquilo, Sofocles, Euripides, Bach, Bizet, etc. No desmerece, nunca, la genialidad y más bien, comprender la carga existencial por el sofoco creativo ante la proximidad de la belleza.

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