¿El articulista como autor?
JESÚS MILLÁN MUÑOZ.
Dicen que se han encontrado pinturas prehistóricas de hace cuarenta y cincuenta mil años. Me imagino, que aunque jamás se encuentren, los relatos y narraciones de los humanes, las opiniones sobre diversos temas, están con nosotros desde hace miles de años. Es decir, la opinión y el análisis y la contrastación y la interpretación, ahora dirían heurística o hermenéutica. Pues eso es un artículo de opinión, y eso es un autor, alguien que tiene una tradición, aunque no se conozca de hace cientos de miles de años. Porque la interpretación y análisis eso es un autor de artículos.
Creo que el periodismo y por tanto, los artículos de opinión, son y serán cada vez más híbridos, es decir, que contenga texto escrito, texto de imagen o fotografía, texto de audio o video. Y todo lo que la tecnología del futuro próximo vaya descubriendo y aplicando.
Considero que un artículo escrito por mi firma, el lector o lectora si tiene tiempo, debe buscar o crear enlaces con Internet. En unos momentos, visitar y revisitar, ampliar ese contenido. Un artículo mío, es como el prólogo, para que el hipotético lector o lectora, amplie. No quiero convencerle de nada, sino que el receptor amplíe conocimientos e ideas y datos. Mezcle lo que sabe de antemano, con el artículo que le ofrezco, con toda la información que sobre ese tema, puede existir en libros o Internet. Si es que tiene tiempo.
Soy consciente como observador-analista-pensador-escritor de mis muchas limitaciones, pero también soy consciente, que siempre he tenido un deseo enorme por buscar-encontrar la realidad. No mi verdad, sino la verdad más objetiva posible, lo que denomino a veces, la verdad ortodoxa, ofrecida por el saber ortodoxo. Ciertamente, es un enorme ejercicio de análisis y de contrastación, un enorme esfuerzo psicológico y mental y moral. Te gustaría que tal realidad fuese así, pero no lo es, es de otro modo, y tienes que modificar tu pensar y a veces, también tu sentir y desear.
Como usted, soy un ser formado por un mundo irracional (deseos, pasiones, emociones, sentimientos, libidos, etc.), y por un mundo racional (inteligencia, entendimiento, voluntad, libertad, conciencia, memoria, carácter), y ambos mundos forman una unidad. Por lo cual, uno, siempre tiene que estar examinándose y analizándose, tal concepto o idea o frase, si es o tiene más parte del mundo racional o del irracional. Incluso estimo y creo, no se rompa los zapatos, que “tenemos un mundo espiritual-religioso”, es decir, un alma-espíritu inmortal.
Toda la existencia, esa unidad indivisible de cuerpo-psique-alma, que somos, una unidad substancial dirían Aristóteles y Tomás de Aquino, sé que está en un mar-océano-galaxia de sociedad-cultura-historia.
El articulista, autor, que así hemos titulado este modesto conjunto de ideas-frases-conceptos-percepciones-imágenes, intenta combinar todos esos mundos, intentado captar y expresar lo más de lo real, de la realidad, que es interna y externa. Un artículo es en el fondo un análisis personal, si el que lo realiza intenta ser objetivo, aunque sabiendo que es subjetivo.
No busco marcas, ni comparaciones, ni antagonismos con ninguno de los cientos o miles de articulistas que existen o han existido o existirán. Si es cierto que como siempre, intento aprender y aprehender de todo y de todos. Ciertamente, no puedo engañar, ni engañarme, me gustaría, que un medio de comunicación potente, que son los únicos que se pueden permitir, me tuviese en nómina. Toda la vida llevo observando y analizando y pensando y escribiendo. Es como si alguien fuese ceramista y botijero, y llevase casi cincuenta años haciendo artesanía, y no hubiese sido capaz de vender o de cobrar ningún botijo o plato o vaso en su vida. Esa es mi situación. Nadie, nunca nadie me ha pagado por una página escrita por mí, salvo un premio de poesía que gané en mi adolescencia, ya un tiempo demasiado largo y lejano…
No niego, ni engaño a nadie, diciendo, que para mí un artículo o conjunto de artículos redactados por mí, creo que tienen que aspirar a tener tanta importancia, para la sociedad y la cultura, como un libro de poemas o un libro de obras de teatro o un libro de relatos o narraciones, o una novela.
Por tanto, nunca lo veré, supongo, pero me alegraría mucho, que alguna vez, el Nobel de Literatura, lo otorgase la Academia de Suecia a un autor, que sea predominantemente un escritor de artículos, aunque tenga algunas otras producciones, en otros géneros. Cuándo esto se produzca, que supongo un día sucederá, entonces, nos daremos cuenta, de la importancia del género al que hemos dedicado mucho tiempo y mucha lectura. Seremos conscientes, que lo importante es la bebida, y quizás, el artificio que lo contiene o género literario o periodístico o filosófico o ensayístico, es, siendo importante, es secundario.
Intento siguiendo a Hegel, a Alain, ofrecer con los artículos, que tratan de multitud de temas diversos, alta filosofía y alta metafísica. Creo que ningún ser humano puede renunciar a estas realidades culturales y de interpretación sobre si mismo. Le estoy ofreciendo, cada vez, que lea un artículo, vaya en el metro o cansado en su sofá al atardecer, una cantidad de bebida de la rutina y lo pequeño, pero también de filosofía y de metafísica combinado con otros aspectos. ¡Buen apetito…!