El último rinoceronte blanco, la última aventura conjunta de Carlota Ferrer y José Manuel Mora
Por Ana Riera
Henrik Ibsen escribió El pequeño Eyolf, la crónica de un desgarro que, a partir de una tragedia, nos habla de la desesperación, la soledad y el individualismo en 1894. A pesar de que han transcurrido 125 años, la obra sigue siendo pertinente y actual y, sin embargo, no se había estrenado en España. Carlota Ferrer y José Manuel Mora han decidido poner fin a esta injusticia, pero lo han hecho como ya viene siendo habitual, a su manera, revisando una vez más un clásico contemporáneo y transformándolo en la obra El último rinoceronte blanco.
Juan (Cristóbal Suárez), el padre de Jesús (Alejandro Fuertes Marciel), un niño de 12 años con un defecto en la pierna que le impide llevar una vida normal, ha vivido retirado durante muchos años dedicado por entero a la escritura de un tratado sobre la responsabilidad humana. Pero un buen día decide pasar de la teoría a la práctica, dejar el libro y dedicarse a la educación de su hijo. Por su parte Magda (Julia de Castro), la madre de Jesús, sufre una seria crisis existencial: ¿El hecho de ser madre te anula como mujer? ¿Hay que ser madre a tiempo completo? ¿Se puede renunciar a ser madre y salir indemne?
Además del triángulo formado por los progenitores y el hijo, hay un cuarto personaje en discordia: Eva (Lucia Juárez), la hermana de Juan. Es la única que ha sabido establecer un verdadero vínculo afectivo con Jesús y ha tenido una relación muy especial con su hermano desde que eran pequeños, dos cosas que la convierten en rival de Magda. Además, se atreve a poner sobre la mesa temas espinosos, como la fecundación in vitro, la congelación de óvulos o el aborto.
La obra empieza con una especie de prólogo en el que Jesús habla a su padre de su nihilismo, consecuencia de su abandono: “Cuando te fuiste pasé mucho tiempo solo. Sustituí al Padre por Internet. Ahora ya es tarde”. Dicho prólogo nos sirve para conocer al niño y también la historia del último rinoceronte blanco, leitmotiv de la obra que se erige como premonición de lo que va a ocurrir, ya que de algún modo Jesús ha decidido ligar su vida para siempre a la del pobre animal.
En cuanto empieza la obra propiamente dicha, aparece otro personaje bastante inquietante representado por Verónica Forqué. Se supone que es la Madre de las Lágrimas, un ser un tanto ambiguo que pretende encarnar la espiritualidad. Lo cierto es que no acabo de entender demasiado su sentido. ¿El hecho de que su voz se superponga a la del resto de personajes y no consigamos entender todo lo que dice es una metáfora de que los humanos hemos olvidado nuestra espiritualidad y por eso hay muchas cosas que se nos escapan? Entiendo que todos los personajes tengan un hueco que llenar fruto de alguna carencia. ¿Pero también la Madre de las Lágrimas?
El escenario es austero y minimalista para que el espectador pueda centrarse en las acciones de los personajes, que es lo que realmente importa al autor. Sin embargo, toda la obra está salpicada de pasajes de danza y movimiento, marca de la casa, que dotan de una gran belleza plástica al espectáculo, pero que por momentos nos alejan de la trama, tal vez para darnos un respiro entre tanta intensidad, entre tanto desgarro y desesperación.
Todos los personajes sufren en solitario, no consiguen en ningún momento coincidir entre ellos, encontrarse. Y eso les produce una profunda angustia. Al final la obra plantea un montón de preguntas que quedan sin contestar, para que sea el propio espectador el que, como en un juego de espejos, averigüe las respuestas. Quizás por eso sale uno un tanto mareado, un tanto desorientado. Sin saber muy bien qué pensar ni cómo interpretar todo lo que ha visto.
De José Manuel Mora. Inspirado en El pequeño Eyolf de Henrik Ibsen.
Dirección: Carlota Ferrer
Intérpretes: Verónica Forqué, Cristóbal Suárez, Julia De Castro, Carlos Beluga, Lucía Juárez, Alejandro Fuertes // Mateo Martínez, Emilia Lazo
Dramaturgia: José Manuel Mora y Carlota Ferrer
Ayudante de dirección: Enrique Sastre Escandón
Diseño de Iluminación: David Picazo
Diseño espacio sonoro: Sandra Vicente
Diseño de espacio escénico y vestuario: Carlota Ferrer
Ayudante de escenografía: Miguel Delgado
Ingeniería: Fernando Valero
Coreografía: Carlota Ferrer
Diseño gráfico: Luis Camafreita
Dirección Técnica Draft.inn: Josep Maria Comas
Sastrería: Eli Mora
Coordinación de producción: Gema R. Lirola
Producción Ejecutiva: Fernando Valero
Miguel S. Mota- Estudiante en Prácticas del Máster de la ESADCyL
Coproducción: Teatros del Canal, Draft.inn (Meine Seele Teatro), PREVEE, Artífice Escénico
Distribución: Clara Pérez – info@claraperezdistribucion.com
Fotografía: Ilde Sandrín
TEATROS DEL CANAL. SALA NEGRA. Del 24 de abril al 12 de mayo 2019