Silvestre y la piedra mágica (Sylvester and the Magic Pebble)
Por Àngels S. Amorós
William Steig (texto e ilustraciones), Jorge Cascante (traductor). Silvestre y la piedra mágica. Barcelona: Blackie Books (Blackie Little: Gran Literatura para Pequeños Lectores), febrero de 2019 (original de 1969), 44 pp. ISBN: 978-84-17552-23-7. A partir de los 5 años de edad. Premio Kiriko 2018.
A veces deseamos cosas excepcionales cuando las hemos tenido siempre…
Así dice el lema del libro y es suficiente para adivinar su esencia y desear tenerlo para apropiarnos de esta gran verdad focalizada en el alma de un niño que todavía no está preparado para asumir ciertas responsabilidades pero que no duda en hacer realidad sus sueños.
De los muchos hilos temáticos de esta historia como son el amor condicional de los padres, la esperanza y la resilicencia, destaca el coleccionismo. Porque a todos nos encanta coleccionar cosas. Encontrar tesoros de forma casual a lo largo del tiempo para observarlos con detenimiento es un placer como pocos y cada pieza es única y testimonio de bonitas experiencias que tienen sentido solamente para nosotros.
Tal vez estos son los sentimientos que bullen en el interior del burrito protagonista de este cuento ilustrado y publicado por primera vez en 1969 -reeditado en 1997 y que la editorial Blackie Books recupera este 2019- al que le encanta coleccionar piedras curiosas que encuentra en sus paseos por el bosque. Un día, hace un hallazgo extraordinario porque la piedra “de un rojo como el fuego, brillante y redonda como una canica” tiene la virtud de hacer realidad sus deseos al instante.
“¡Es mi día de suerte!”, pensó Silvestre. “A partir de ahora todos mis deseos se harán realidad. Mamá y papá podrán tener todo lo que quieran. Mi familia, mis amigos… ¡cualquiera podrá tener todo lo que quiera!” (p. 13)
¿Sabrá escoger bien? ¿Estamos seguros de que un burrito joven e impulsivo está preparado para reaccionar de forma adecuada ante un elemento tan poderoso? No tardaremos en averiguarlo, pero lo más importante es que cuando el destino le pone a prueba y sufre un gran revés, todo vuelve a la normalidad con la ayuda de su familia. Es entonces cuando Silvestre es consciente de que ya gozaba de lo más importante sin intervención alguna de la magia.
Pero, ¿y la piedra mágica? Nadie se acuerda de ella. Silvestre por fin ha vuelto a casa y todo es como antes de marcharse.
Este libro ha recibido formidables elogios de parte de grandes autores de literatura infantil y juvenil:
Maurice Sendak (Donde viven los monstruos o La cocina de noche) asegura que: “Una maravilla de libro. Lleno de ingenio, encanto, frescura, ¡VIDA!”. El autor de La oruga glotona.
Eric Carle, opina que: “Celebro que se recupere este libro mágico. Ojalá no desaparezca nunca más”.
Ya hemos mencionado antes que el libro se publicó en 1969, pero todavía falta por hablar un poco de lo que supuso para la sociedad de entonces ser joven en aquellos años. La ciudad de París se llenó de estudiantes que se empeñaron en buscar el mar en una capital europea que soñaba con transformar un mundo que no les gustaba. Contrarios al consumismo que devastó la economía mundial después de una década de esplendor, los jóvenes se cuestionaron el poder y muy pronto los trabajadores secundaron las protestas con huelgas. Cincuenta años después hemos mejorado en algunas cosas pero continúa la necesidad de cambio por los mismo motivos y parece ser que la insatisfacción forma parte de nuestras vidas para siempre. Es lo que le ocurre al simpático burrito que cuando ve la oportunidad de transformar el entorno a su capricho no se lo piensa dos veces.
William Steig es el autor de historias como Irene la valiente o Doctor de Soto, publicados en la misma colección Gran Literatura para Pequeños Lectores, además del creador del archiconocido personaje Shrek y de la obra tan reconocida La isla de Abel. Escritor, escultor y caricaturista, fue capaz de hacer frente a los problemas económicos de su familia trabajando en lo que más le gustaba.
Hasta que un día en el bosque se encuentra una piedrecita con una particularidad: es mágica. Si le pide que deje de llover, la lluvia cesa. Si quiere que vuelva la tormenta, solo tiene que pedirlo. Pero debemos tener cuidado con lo que deseamos, porque las cosas pueden torcerse de repente.
Silvestre descubrirá, gracias a esta aventura, que a veces deseamos cosas excepcionales cuando, en realidad, las hemos tenido siempre delante. Porque estamos rodeados de cosas maravillosas. Y aprender a verlas hace de nuestra vida algo extraordinario.