Ouistiti! Recomendaciones III

Por Jorge Mur.

© Shoji Ueda.

 

Pienso en la fotografía incluso cuando duermo, y tan pronto como me despierto.

Shoji Ueda

 

1. La muestra titulada, “Le monde de Shoji Ueda” (Galerie &CO119, París. Hasta el 17 de mayo), recalca la importancia de uno de los principales maestros de la fotografía japonesa, si bien él se consideraba como un mero, aunque apasionado, aficionado.

Sin embargo, Shoji Ueda fue capaz de crear un universo muy particular, a la vez poético, imaginativo y surrealista, que se oponía de forma radical al trabajo realista y documental realizado por sus compatriotas fotógrafos. De hecho, se acuñó un término para referirse a su singular estilo fotográfico: Ueda-cho (el “estilo Ueda”).

Amish Children Playing in Snow, 1969 © George Tice.

2. En “Child: A Celebration” (Peter Fetterman Gallery, Santa Monica – Estados Unidos. Hasta el 8 de junio) encontramos una cuidada selección de obras inspiradas en la fugacidad de la infancia o, lo que es lo mismo, en el momento que fue y en las posibilidades que se abren ante nuestros ojos. Se trata de un tema que trasciende el tiempo y las fronteras culturales. Los fotógrafos y fotógrafas aquí recogidos, como Ruth Bernhard, Henri Cartier-Bresson, Julia Margaret Cameron, Heinrich Kühn, Walter Rosenblum, Sebastião Salgado, William Henry Fox Talbot o Larry Towell, por citar algunos, ofrecen una interpretación gestada a través de sus propias experiencias.

© Erich Consemüller.

3. Enmarcada en el programa que celebra el centenario de la escuela, la exposición “Bauhaus and Photography” (Museo de la Fotografía, Berlín. Hasta el 25 de agosto) abre un diálogo entre el arte contemporáneo y la vanguardia fotográfica de los años treinta. De esta forma, obras de artistas como László Moholy-Nagy, Man Ray, Hedda Walther y Erich Consemüller, entre otros, se yuxtaponen con grupos de obras firmadas por Thomas Ruff, Dominique Teufen, Viviane Sassen, Stephanie Seufert, o Kris Scholz. El objetivo no es otro que descifrar hasta qué punto los artistas contemporáneos toman como referencia la vanguardia fotográfica de la década de los treinta, así como medir la influencia de las innovaciones realizadas por la famosa escuela en la fotografía y en los conceptos estéticos actuales.

© Vincent Fournier.

4. En “Vincent Fournier: Space Utopia” (Bullukian Foundation, Lyon. Hasta el 18 de mayo), la frase pronunciada por el astronauta Neil Armstrong al pisar la Luna el 21 de julio de 1969, “este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la Humanidad”, sirve como punto de partida para establecer los sueños y los desafíos que plantea la conquista del universo.

Durante los últimos diez años, Vincent Fournier ha estado viajando por el mundo en busca de lugares y situaciones relacionadas con la exploración espacial. Grenoble, Estados Unidos, India, Rusia, Noruega. En sus instantáneas se muestran lugares maravillosos y, casi virtuales, así como las máquinas y las salas de entrenamiento de los astronautas. En definitiva, un mundo robótico en el que los cables y las redes interconectadas se enfrentan a paisajes naturales desolados y vertiginosos.

Hyères, 1932 © Henri Cartier-Bresson.

5. Decía Cartier-Bresson: “la Leica es para mí un cuaderno de dibujos, un diván de psicoanalista, una metralleta, un gran beso bien cálido, un electroimán, una memoria, un espejo de la memoria”. La muestra “Henri Cartier-Bresson, En France (1926-1938)” (Fundación Henri Cartier-Bresson, París. Hasta el 2 de junio), recoge las primeras imágenes del maestro de reporteros y el nacimiento, seguramente, de su instante decisivo, como en la fotografía reproducida arriba: una calle y el disparo preciso al pasar un ciclista.

Resulta bastante evidente que el Cartier-Bresson de los años treinta revela un cierto descuido, pero también espontaneidad y libertad. En Francia descubre y experimenta la fotografía, y asienta un estilo propio. En paralelo a sus numerosos viajes (Italia, España, México), muestra un gran interés por el cine, en el que se inicia de la mano de Jean Renoir, pero esta práctica no le brinda la emoción esperada y decide dedicarse por completo a la fotografía.

Influenciada por el surrealismo y el conocimiento de la pintura, en su obra también hallamos una decidida curiosidad por la evolución de la sociedad y el compromiso.

 

La fotografía está situada a medio camino entre el juego del carterista y el de la cuerda floja.

Henri Cartier-Bresson

 

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