Historiatop3

Gorgias e Isócrates y su retórica

por Kika Sureda

Gorgias de Leontinos, dejó una clara huella en sus discursos de todo el movimiento sofístico, tanto en los aspectos conceptuales como en los formales. Gorgias llegó a Atenas en el 427 a.C., procedente de Leontinos, para solicitar ayuda contra los siracusanos. Supone, de este modo, el eslabón de entronque histórico entre la retórica siciliana y la ateniense. Gorgias comprendió que el fin de todo discurso es alcanzar la persuasión del auditorio. Para ello es necesario poner a contribución una suma de argumentos lógicos y de recursos, tanto lingüísticos como extralingüísticos, que sacudan y espoleen las fibras sensibles del público asistente. Por lo que se refiere a los argumentos de naturaleza lógica o racional, Gorgias estaba persuadido de que cualquier hecho puede presentar dos caras o interpretaciones igualmente válidas; de ahí se infiere la importancia que concede Gorgias a la doble argumentación, que puede hacer de una causa mala la mejor y viceversa, con independencia de su verdad ontológica o de su superioridad ética. Ahora bien, los argumentos lógicos por sí solos poseen una escasa fuerza persuasiva si no van acompañados de elementos psicagógico-emocionales. Y uno de los elementos que mejor pueden concurrir a potenciar el efecto emocional requerido es un esmerado trabajo de selección de los recursos que nos proporciona el propio lenguaje; de donde se deduce el enorme interés que Gorgias prestó a la cuestión de la elocutio, muy especial a la aplicación de procedimientos estilísticos que tradicionalmente habían estado reservados a la poesía. De este modo, llegó Gorgias a la creación de una auténtica prosa de arte, caracterizada por al observancia de simétricas construcciones periódicas y elaboradas cadencias rítmicas. Pero Gorgias hizo de todos estos recursos lingüísticos un uso desmedido e inmoderado, manifestando un excesivo cuidado por la forma  en detrimento del fondo. Semejantes desajustes es lo que pretendió corregir Isócrates, partiendo de unos presupuestos mucho más amplios que los de la necesidad coyuntural o la utilidad perentoria.

Con Isócrates se inicia de modo consciente la polémica Retórica/Filosofía, en torno a cuál de estas dos disciplinas se reserva el puesto de primacía en la educación del ciudadano libre. Hasta este punto llega a ser importante la retórica. Evidentemente, en el caso de Isócrates, la balanza se inclina del lado de la Retórica. Claro está que el concepto que Isócrates posee de la  Retórica es mucho más amplio y general que el que albergaban los sofistas que le habían precedido cronológicamente. Para que la Retórica fuera considerada un conocimiento superior a la Filosofía, era imprescindible ampliar su objeto de estudio. Y así lo entendió Isócrates, quien, al lado de las acostumbradas causas judiciales, deliberativas y demostrativas, típicas de la Retórica, consideró que también podía ocuparse de las llamadas quaestiones infinitae, es decir, temas de carácter general, no ligados estrictamente a los imperativos y condiciones espacio-temporales característicos de los discursos forenses  de aparato. Esto equivale a decir que también la Retórica, desde sus propias perspectivas,  era apropiada para desarrollar temas que hasta entonces eran competencia exclusiva de la Filosofía, muy en especial los concernientes a cuestiones éticas y políticas propias del ciudadano libre.

One thought on “Gorgias e Isócrates y su retórica

  • Gracias a W. Jaeger (Paideia), Pseudo Longino (Sobre lo sublime), C. García Gual, J.M. Guzmán Hermida, W Gutrhie, etc; descubrí la importancia de la sofistica. A pesar de la crítica acérrima de Platón y Aristóteles, y posteriormente de sus herederos, tenemos hoy la especial oportunidad de formarnos un criterio lúcido de este movimiento. Cómo no deleitarnos con el Elogio de Helena (Gorgias) plasticidad y elegancia del lenguaje. Los consejos del mejor uso de la retórica de los Discursos (Isócrates). Motivo especial para reiniciar la lectura de los pensamientos de los maestros del lenguaje. Mención especial para Tadeusz Zielinski por su generoso aporte a la difusión de la ideas helenas.

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