El juramento de las tres jotas
Por Àngels S. Amorós
Rosa Huertas (texto). Jesús Aguado (ilustraciones). El juramento de las tres jotas. Barcelona: Editorial Edelvives (Ala Delta. Serie Verde). ISBN: 978-84-14-02049-4. Marzo de 2019. A partir de los 10 años. 111 páginas.
A menudo nos encontramos con historias que nos obligan a protegernos con una capa de material ignífugo porque su contenido nos desborda y, en cambio, otras merecen exponernos sin protección alguna y con todos los sentidos alerta para impregnarnos al máximo de su mensaje. El juramento de las tres jotas pertenece a este último grupo y cuenta con no pocos elementos para convencernos.
– Esa viña que ya no existe guarda un misterio -susurró Javi a su prima antes de dormirse-. Y lo voy a descubrir antes de que acabe el verano.
Javi tiene 9 años y el privilegio de pertenecer a una familia de labradores que viven en un pequeño pueblo en el campo. Su prima Luchi llegó de China cuando era un bebé y desconoce los sentimientos de su primo hacia ella. En cambio, Salva, el pequeño “salvaje” que vive en otro barrio sí que es consciente del temor que despierta en los demás y no pierde oportunidad para aprovecharse de ello.
Durante las vacaciones de verano los dos niños descubren que sus mayores quieren arrancar una vieja parra porque les estorba en las tareas del campo. La parra es el último vestigio de una magnífica viña que fue el sustento de toda la familia y también su vínculo. Gracias a un entrañable viejecito, que no parece pertenecer a este mundo, los dos primos iniciarán una investigación para convencer a sus familias de que esa parra debe permanecer donde está. Para ello, buscarán vestigios que les demuestren que su desaparición puede comportar consecuencias que ni se imaginan.
Esa parra es casi lo último que queda de lo que fue este lugar, de aquella viña maravillosa. Hace años, la vida aquí era mucho más dura, a veces más cruel y otras, más generosa, pero vivíamos de una manera más auténtica, más real, más pegada a la tierra. Ahora parece que la dominamos, tenemos que pagar un alto precio. Echo de menos las plantas silvestres que han desaparecido, los caminos de tierra que recorríamos en bicicleta y el sabor de las manzanas recién cogidas del árbol. Hasta los insectos que hemos eliminado del paisaje tenían su belleza.
Los dos niños no tardarán en encontrar las tres jotas que son el símbolo de una promesa que parecen haber olvidado sus tíos y que puede cambiarlo todo.
Convivencia en la naturaleza, interacción con los mayores, conocimiento de las tradiciones, respeto por los animales y fe ciega en las promesas son algunos de los elementos de esta lectura en clave ecocrítica, es decir, obras literarias que tienen como temas principales la conservación del entorno, la protección de los animales y la justicia social. En El juramento de las tres jotas también encontramos aventura, misterio, amistad, investigación, superación de miedos y de prejuicios, realismo mágico, lealtad representados en dos niños que saben que la conexión del pasado con el presente es imprescindible para saber quiénes somos y no perder nuestra esencia.
En la literatura infantil y juvenil abundan títulos sobre esta perspectiva que reivindica la conservación y respeto del Medio Ambiente y que cada vez más es necesario destacar. Aún quedan piratas en la Costa de la Muerte, Consuelo Jiménez de Cisneros (Edelvives, 1994), Piara, Mónica Rodríguez (Narval, 2016) El secreto de Isla negra, Agustín Fernández Paz (Anaya, 2017). o Marea negra, Ana Alonso (Anaya, 2017).
La ecocrítica tiene su origen en los Estados Unidos el año 1995 y su propósito era estudiar las relaciones entre la literatura y el medio ambiente con la aportación de otros ámbitos del conocimiento como la antropología, la sociología, la psicología, la filosofía y la ética. Su mayor logro ha sido destacar la importancia del entorno en el desarrollo de la humanidad y por este motivo se centraron en el estudio y análisis de obras literarias desde la aproximación a la naturaleza y la Tierra.
Entre la reivindicación, el subrayado de los valores y la consistencia de una historia que hable sin moralizar, no es nada fácil y Rosa Huertas lo ha conseguido con creces. Esta profesora y escritora madrileña asegura de ella misma en su blog que: “Disfruta contando historias que hablan del presente y del pasado, en las que los sentimientos traspasan las páginas para emocionar a los lectores”. Algunos de los libros que ha publicado son: Mala luna, Sombras de la Plaza Mayor, ¿Qué sabes de Federico? y La sonrisa de los peces de piedra, entre otros.
Las ilustraciones en blanco y negro son a cargo del vallisoletano Jesús Aguado que ha logrado captar todos los matices de la historia con imágenes que parecen pintadas al carboncillo y nos trasladan a otra época donde todo se hacía poco a poco y las cosas que se estropeaban se reparaban más que tirarlas.