Cómo escribir una novela negra o policial y usar “el misterio de la habitación cerrada”
Soy Amalia Sánchez, creadora de Hera Ediciones. Desde hace 11 años ayudo a los escritores a saber que sus novelas están listas para publicarse, que cumplen con las condiciones que las editoriales solicitan, y les abro las puertas de las editoriales.
Hoy me gustaría hablarte de cómo emplear correctamente «el misterio de la habitación cerrada», si en este momento estás escribiendo una novela negra o policial.
Pero antes de esto, me gustaría regalarte algo.
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Volviendo al tema, ¿sabes cómo escribir una novela policial y usar el misterio de la habitación cerrada, uno de los recursos más utilizados?
Vamos a verlo a lo largo de este artículo.
No hay duda de que el misterio de la habitación cerrada es el procedimiento más usado cuando hablamos de novela policial clásica.
Consiste en ubicar el asesinato en escenarios cerrados en los que parece imposible que alguien haya podido entrar para cometer el asesinato.
Pero su inclusión y desarrollo dentro de la novela negra no es sencillo, por eso he querido centrarme en él, para que de ahora en adelante no se te resista.
¿Qué modelos de habitaciones cerradas puedes incluir en tu novela? Desde cámaras herméticamente cerradas a habitaciones con puertas y ventanas cerradas y sin forzar, por ejemplo.
Este recurso resulta útil para crear la intriga y el misterio, ya que tu lector querrá saber cómo es posible que se haya cometido el asesinato en tales circunstancias.
Pero ¿cómo escribir una novela policial y usar correctamente “el misterio de la habitación cerrada”?
Entre los recursos para conseguir que el uso de la habitación cerrada sea creíble están:
– Hacer que el asesinato parezca un accidente.
– Jugar con el momento en el que la habitación fue cerrada usando el truco de mover las manecillas del reloj.
– Que la habitación estuviera vigilada por un personaje de dudosa honradez aunque no lo parezca.
Pero no olvides la regla esencial: credibilidad y realismo a la hora de plantear la escena.
H.R.F Keating dice que “el secreto está en trabajar hacia atrás. Hay que crear un método propio (…). Pensar y trabajar hacia atrás nos puede ayudar a mantener el misterio sobre una habitación cerrada largo tiempo”. Trabajar hacia atrás hace referencia a plantearse “esto ha pasado así, ¿cómo puedo hacer para que no lo parezca?”.
¿Quién cometió el asesinato?
Comienza el juego de descubrir quién lo hizo una vez que has planteado el asesinato.
Para esto necesitas mostrar las pistas necesarias y a los sospechosos, que deben ser investigados y mostrados en la historia para que tu lector pueda ir sacando sus propias conclusiones.
No olvides el ‘juego limpio’, ya que en este tipo de novelas policiales clásicas tu asesino debe encontrarse en un círculo cerrado y reducido de personas.
Todos tus sospechosos deben aparecer en escena, descríbelos para que tu lector los conozca y dales motivos y oportunidades para cometer el crimen.
El escritor Edgar Wallace asegura que el principal motivo para los asesinatos es la vanidad, por lo que a partir de ahí puedes establecer las circunstancias de tus personajes.
Sin embargo, otros de los motivos más habituales para cometer los crímenes pueden ser el dinero, el poder, la venganza, la humillación, los celos, la protección propia o de los seres queridos o el miedo.
Como he dicho, tus sospechosos deben aparecer en escena y los tienes que presentar al lector.
Pero no necesitas hacer una descripción profunda de ellos, solo tienes que mostrar los rasgos más característicos que los definen.
Cuatro ases para asesinar
Por último, para que los sospechosos resulten creíbles, ten en cuenta lo expresado por J.C. Masterman, antiguo espía de la Segunda Guerra Mundial y vicecanciller de la Universidad de Oxford, quien aseguró que para cometer un asesinato eran necesarios cuatro ases:
- oportunidad
- motivo
- capacidad para matar
- y capacidad para haber podido cometer ese asesinato en particular.
Por lo tanto, los personajes que plantees como posibles asesinos deben tener estas cualidades.
Conclusiones
Si estás escribiendo una novela policiaca clásica seguramente hayas usado “el misterio de la habitación cerrada”. Es una técnica muy usada, y una de las que mejor funcionan a la hora de aportar misterio a la trama.
¿En qué consiste? En situar el asesinato en un espacio cerrado en el que, a simple vista, nadie ha podido entrar. Un ejemplo claro podría ser 10 negritos, de Ágatha Christie.
Para plantearla en tu novela puedes proponer varios métodos, como hacer que la muerte parezca un accidente, por ejemplo, o usar el truco de jugar con el tiempo moviendo las agujas del reloj.
Aunque parezca un ardid muy usado, no es sencillo de utilizar, precisamente porque debe parecer creíble y fruto de la casualidad.
Y a la hora de poner en marcha “el misterio de la habitación cerrada”, ten en cuenta también cuáles son las motivaciones para matar. Estas te servirán a la hora de inspirarte para encontrar el asesinato perfecto dentro de esa habitación en la que aparentemente no ha entrado nadie.
Y no olvides a tus sospechosos, presenta a tus lectores un abanico de 2 o 3 con los que pueda jugar e imaginar. Para eso, basta que los describas y presentes algunas causas o justificaciones por las que pueden haber cometido al asesinato. Cuando hayas escogido al asesino, potencia sus cualidades para que sea verosímil.
Por supuesto, si tienes alguna pregunta sobre alguna de las cuestiones que te he planteado, contáctame.
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Gracias.
Soy Amalia Sánchez, soy periodista, asesora y coach literaria.
Desde hace más de 10 años ayudo a publicar y a llegar a editoriales autores exigentes, comprometidos, que están dispuestos a aprender, que tienen en cuenta los detalles y la calidad, que quieren saber qué hacen bien y qué deben mejorar al escribir, que buscan crecer como escritores, que han invertido tiempo y esfuerzo en su libro y desean continuar trabajando para ser reconocidos y estar en las librerías. ¿Tú quieres esto? Te ayudo a conseguirlo.