‘Lucía en la noche’, la agridulce novela de Juan Manuel de Prada
SARA ARANDA MARTÍNEZ. @SarArandam
Título: Lucía en la noche
Autor: Juan Manuel de Prada
Editorial: Espasa
“El miedo no consiste en ignorar; el miedo consiste en saber”.
Juan Manuel de Prada es un escritor de renombre, y lo demuestra con su último éxito, Lucía en la noche. Ha publicado numerosas novelas entre las que se encuentra La tempestad (1997) por la que recibió el Premio Planeta y se consagró a nivel internacional.
Alejandro Ballesteros está acabado, la falta de inspiración acabó con su carrera como escritor. Ahora se dedica a ir de plató en plató, sucumbiendo al griterío de las tertulias televisivas.
Lucía aparece una noche de borrachera. Una buscavidas con un rostro peculiar, teñido de cierta asimetría. A Alejandro su descaro le nubla los sentidos, rindiéndose totalmente ante ella. Pronto comienzan una relación de lo más pintoresca, llena de secretos y de incongruencias.
Sin embargo, un terrible accidente rompe la magia que les unía, alejando a su musa para siempre. ¿Quién era Lucía realmente? ¿Cuál era el origen de sus rarezas? Alejandro se embarca en un conflicto interno, debatiéndose entre querer descubrir la verdad y el miedo a no aceptarla.
La historia de Lucía y Alejandro oscila entre el pasado y el presente. La aparición de Lucía y la investigación de su posterior desaparición. La asincronía permite al lector descubrir rasgos de una Lucía que le cede el protagonismo a Alejandro, destrozado por la tristeza. Es curioso el modo en que el autor marca la diferencia temporal. Además de usar tipografías ligeramente distintas, la numeración de los capítulos referentes al pasado aparece en números romanos, frente a los del presente, que utilizan números arábigos. Un detalle sin relevancia que, sin embargo, no pasa desapercibido, y demuestra el cuidado de cada uno de los elementos que componen esta historia.
Juan Manuel de Prada es un maestro de las palabras. Es todo un placer leer las tremendas descripciones sobre Lucía y todo lo que hace sentir al protagonista. Las imágenes se generan sin ningún esfuerzo. Cada lector imagina a los personajes a su gusto y parecer, sin embargo, todos poseen esos rasgos tan característicos que los hacen únicos y de los que el autor los ha dotado. El rico vocabulario, que tan olvidado está últimamente, hace de cada párrafo un poema.
El personaje de Lucía se convierte en alguien a quien llegamos a odiar y a compadecer al mismo tiempo. Sus secretos se acaban desvelando, su pasado destapa aquello que la atormenta y que la hace ser esquiva. Tanto ella como Alejandro están muy bien perfilados. Dos protagonistas fuertes que permiten el desarrollo del misterio a la perfección.
En esta novela se tratan temas tan actuales que llegan a confundirte. Perfectamente la historia podría pasar de la ficción a la realidad. El terrorismo islámico, el espionaje o el éxodo provocado por las guerras en Oriente próximo son algunos de ellos. Temas que todo lector conoce por los informativos y que permiten que se sienta inteligente frente a una historia llena de datos que están fuera de nuestro alcance.
Entre las curiosidades de este libro se encuentra la sinopsis de la película Vértigo (1958) de Alfred Hitchcock. Dos páginas enteras dedica el autor a relatar lo que pasa en el filme. Y curiosamente no desentona, puesto que permite conocer en ese momento el miedo que Lucía siente. Vertiginoso.
Lucía en la noche cautiva desde la primera página. Una novela de misterio en la que el tercer protagonista es el miedo. Una historia en la que cada pieza y elemento encaja perfectamente para hacer funcionar un complejo mecanismo.
No me está gustando. Será porque no me gustan los libros de suspense o misterio.
Y, para rematar, la parrafada que suelta Lucía a partir de la página 368 (voy por la 392 y no ha terminado) me parece impropia de De Prada. Nadie habla así.
“…predominaba un silencio de muerte en el que sólo escuchaba los latidos de mi corazón desbocado…”
Decepcionante. Para compensar, mañana cogeré otra vez Las máscaras del héroe.
No se como se le está dando tanto bombo en las revistas oficiales. Se hace superpesada con ese lenguaje arcaico. Una novela actual debe hablar el lenguaje de hoy, el narrador no es verdad, no convence. Creo que como en la novela se está vendiendo humo.