‘Gente que viene y bah’: historias para relativizar
ÁLEX ANDER. Debutar nunca resulta sencillo. La catalana Patricia Font ha puesto en pie una cinta entretenida, coral y con encanto en esta comedia romántica llamada Gente que viene y bah.
Su ópera prima, adaptación cinematográfica de una novela de Laura Norton, cuenta la historia de una joven arquitecta —a quien da vida una entrañable Clara Lago— que decide poner tierra de por medio cuando descubre que su novio le ha engañado con una popular presentadora de televisión. Es ahí cuando decide viajar al pueblo donde se encuentra la casa familiar (y disfuncional), en la que viven su madre y hermanos —interpretados, entre otros, por dos portentos de la tragicomedia patria como Carmen Maura y Alexandra Jiménez—.
La película brinda varias dosis de humor, escenas costumbristas y paisajes idílicos. Pero, sobre todo, nunca pierde de vista su mensaje de partida: siempre hay que relativizar los problemas. ¿Es previsible y permite al espectador saber lo que pasará en cada secuencia? Probablemente sí. ¿Es cálida y se deja ver con agrado? Definitivamente, sí.
Vaya mierda de pelicula le pondria un -9