Creed 2 (2018), de Steven Caple Jr. – Crítica

 

Por Irene Zoe Alameda.

Por fin llega a nuestras carteleras la segunda parte de Creed, la nueva saga sobre el mundo del boxeo destinada a formar parte de la filmoteca de los nacidos en los años noventa del pasado siglo. Creed 2 recoge la tradición iniciada hace 42 años por Rocky, al tiempo que se convierte en algo nuevo y atractivo. El secreto de la longevidad de la serie de Rocky Balboa, ahora continuada por Adonis Creed, reside en unos guiones capaces de incorporar capas de dramatismo a una historia aparentemente simple en su diseño.

La primera entrega, firmada por Ryan Coogley, logró reformular el mito de Rocky actualizando sus principales elementos: el aspirante italoamericano, pobre y sin ninguna posibilidad, se convierte ahora en un muchacho afroamericano acomodado y heredero natural al trono del boxeo, pero aplastado por la responsabilidad y el deber hacia la memoria de su padre; la novia del héroe ya no es una dulce joven dócil y abnegada, sino una artista fuerte que se relaciona en términos de igualdad con su pareja; la geo-política de la guerra fría que impregna todas las películas de Rocky, en especial Rocky IV, ha permutado en sus devastadoras consecuencias a nivel individual y familiar, y a través del personaje de Ivan Drago y de su hijo Viktor funciona como catalizador para la peripecia de Creed 2.

Es probable que parte del éxito de esta cinta resida en el guion, como si todo un curso de estructuras narrativas hubiera sido compactado de forma brillante por los guionistas Juel Taylor y Sylvester Stallone. Así, Adonis Creed se enfrentará a un adversario imponente, el hijo del hombre que mató a su padre en el ring, y para hacerlo tendrá que emprender un viaje y renacer física y espiritualmente; y precisamente haciéndolo optará a conquistar la gloria, pero en sus propios términos.

Para Creed 2 Coogley, ahora productor ejecutivo, ha dado paso a su compañero de promoción en la Universidad de South Carolina, Steven Caple Jr, quien con una dirección detallista, exuberante en planos y de montaje ágil refresca elementos clásicos del género, dotando de emoción y veracidad un material que, de entrada, no tenía garantizado convertirse en una gran película.

En esta producción exquisita, volcada en complacer al público mayoritario sin caer en lo simple, destaca el equilibrio logrado en el reparto: los veteranos nostálgicos volverán a encontrarse con Sylvester Stallone como el viejo Rocky, a Dolph Lundgren como el hermético Ivan Drago e incluso con Brigitte Nielsen en su papel de femme fatal del cruel orden exsoviético. Pero para asegurar la vitalidad del mito, las extraordinarias actuaciones de los protagonistas, Michael B. Jordan y Tessa Thompson (estos sí son grandes actores con mayúsculas) facilitan el camino a posibles nuevas entregas.

Creed 2 no solo no decepciona, sino que es una grata sorpresa para los amantes de la saga y para quienes disfrutan del cine predecible y de corte clásico.

 

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