BDM o biblioteca digital mundial y lo que falta
JESÚS MILLÁN MUÑOZ.
Es una iniciativa de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y la UNESCO. El fin de dicha Biblioteca es incentivar el entendimiento y la comprensión entre todos los pueblos, culturas y seres humanos. Se considera su apertura oficial el 21 de abril del 2009.
Dicha biblioteca contiene virtualmente todo tipo de materiales desde libros, libros raros, manuscritos, partituras, fotografías, películas, diseños, periódicos, revistas, grabaciones de sonido, mapas, películas, diseños de arquitectura y otros materiales que las culturas y los seres humanos han ido acumulando a lo largo de siglos y milenios. Incluyendo materiales de 193 países actuales.
Como es lógico dicha biblioteca es accesible en varios idiomas: inglés, ruso, portugués, francés, chino, español, árabe. Abarca un periodo que contiene materiales desde el 8.000 a.C. hasta el año 2.000 d.C. Actualmente consta de 19.147 artículos, cada uno sobre un objeto o pieza o entidad cultural.
Su finalidad es que lo más excelso de todas las colecciones del mundo, archivos, museos de alguna manera forme parte del acervo cultural de esta biblioteca. Y desde cualquier lugar del mundo, vía Internet, se tenga acceso a todo tipos de materiales de cualquier geografía o cultura del mundo, pero especialmente materiales de alto nivel cultural o estético, al menos considerado por sus respectivas autoridades culturales.
Es una ventana abierta al mundo, diríamos a la esperanza del mundo. Es una manera evidente y obvia de darnos cuenta, que existen multitud de realidades culturales que desconocemos, que el ser humano siempre ha buscado la verdad y la bondad y la belleza. Es diríamos, en tiempos aciagos, y todos los tiempos son tiempos de alegría y de acritud, un pasillo abierto a la esperanza.
Porque toda filosofía, decían los griegos deben intentar curar un dolor o sufrimiento o angustia del alma. Yo me atrevería sugerir a la UNESCO o a algún organismo internacional, o a un consorcio de bibliotecas mundiales que crearán una Biblioteca Mundial de Autores y Obras Desconocidas.
O dicho de otro modo, existen millones de autores, de distintas disciplinas, que han creado libros y otros materiales culturales, incluso que han realizado autoediciones, o sus obras están en los cajones o en el vientre de sus ordenadores, que son obras que se perderán, se destruirán.
Por lo cual, posiblemente docenas o cientos de millones de materiales culturales, de diversas artes, literatura, ciencias, filosofía, teología, saberes, etc., acabarán autodestruyéndose y perdiéndose. Y aunque sean materiales culturales, algunos dirán de tercera o quinta categoría, puede que entre tanta cantidad ingente, se puedan encontrar, si se conservan para el futuro, obras de una alta calidad, que quizás, en su momento coetáneo no se descubrieron, ya que la industria cultural tiene sus reglas, y no todas son racionales.
O dichas personas y autores y autoras, existían y vivían en geografías muy alejados de los centros del poder culturales. Aunque solo una obra entre mil, tenga suficiente valor, por esa proporción creo valdría la pena que se conservase para el presente, pudiesen verlo y estudiarlo desde cualquier lugar del mundo, para el futuro…
Analicemos el pasado, y captaremos que existen obras actualmente muy consideradas, incluso geniales, que estuvieron a punto de perderse, Maier la fotógrafa, Kafka, Pessoa, etc.
Hoy, Internet puede permitir dicha posibilidad, que cientos de miles de autores, voluntariamente, o sus herederos puedan subir materiales culturales de todas las disciplinas, en forma de documentos o de grabaciones o videos o fotografías o partituras que de otro modo se perderán o se destruirán. Porque incluso algunos indican que las Bibliotecas Nacionales, por lo general, ni siquiera conservan todas las obras que se producen en sus territorios, por razones de espacio o por otros motivos.
Por lo cual, diríamos que tendríamos que bregar en tres frentes, por un lado, no se pierda ningún material del pasado, por otra vertiente, que los grandes entes culturales del pasado, de todas las lenguas y culturas se conserven, como es la finalidad de la BDM, pero también se debería, hoy la tecnología e Internet lo permite, que cientos de miles, millones de obras, de todos los saberes y de todas las culturas, obras que pueden haberse tardado años o lustros en hacerse, de millones de personas, que son anónimos, deberían conservarse, porque en el fondo no sabemos, nadie sabe, lo que dentro de un siglo o cinco se podrá valorar. Se conserve aunque sea en forma de imágenes o textos o documentos…
Quizás, tendríamos que tener otra mentalidad, un libro, por poner un ejemplo, se puede tardar un años o tres en realizarse, una colección de fotografías de un autor, por ejemplo diez mil, veinte años… Y así, en otros aspectos, y así sucede una y otra vez, que millones de unidades o piezas culturales se pierden, o se destruyen, ni siquiera se conservan en fotografía, millones de cuadros, pinturas, esculturas se van destruyendo por una razón o por otra.