Más cultura

Entrevista con Daína Chaviano y Dioni Arroyo

«Una de las peores distopías para nosotros sería que nos prohibieran leer y escribir».

Por J. D. Alonso Curiel

 

La editorial madrileña Huso inaugura su nueva colección de Ciencia-ficción. Y lo hace con dos novelas: la reedición del ya clásico Fábulas de una Abuela extraterrestre, de la prestigiosa escritora de origen cubano Daína Chaviano (La Habana, 1957), que se publica por primera vez en España después de salir en Cuba hace treinta años; y Cuando se extinga la luz, del reconocido ya escritor español Dioni Arroyo (Valladolid, 1971), una ucronía en la que las mujeres toman el poder.

El pasado cinco de diciembre, los dos escritores presentaron sus nuevos libros en la vallisoletana librería Maxtor que estaba repleta de público. A su término y tras la firma de libros, pude charlar con ellos ante una copa de vino y algunos canapés. La conversación fue tan estupenda y agradable que se alargó hasta bien entrada la madrugada, y no solo pude aprender mucho de ellos, sino que además fui un privilegiado al respirar el puro y denso amor que tienen por la Literatura y por su vocación. «Te puedo confesar que la Literatura me ha regalado incontables cosas, y todas esenciales; que su encuentro ha sido uno de los asuntos más cruciales de mi existencia«, dijo Dioni en un momento. «A mí –añadió Daína– me dio un sentido; y lo que más me puede enorgullecer es que una obra tuya, o de cualquier escritor, pueda convertirse en un bote salvavidas en la existencia de alguien». Como pueden comprobar, aquí no hay otra cosa que dos verdaderos creadores. Dos escritores. Y también dos estupendos y agradables conversadores.

 

 

Pregunta directa para empezar: ¿Qué tiene la Ciencia ficción que tanto os gusta? ¿Por qué os sentís tan cómodos en ella?

Daína Chaviano: La Ciencia ficción es un género literario que funciona como un laboratorio de experimentación. Me permite aislar elementos de la realidad conocida y colocarlos  bajo una especie de microscopio virtual con el fin de observar cómo pueden desarrollarse bajo condiciones diferentes o alteradas de la realidad. Una historia de ese tipo me obliga a explorar terrenos extraños y ajenos a la cotidianeidad y a desafiar los límites de la imaginación. Es un ejercicio que ofrece una libertad creativa muy afín a mi propia naturaleza.

Dioni Arroyo: Para mí la Ciencia ficción posee las virtudes de alejarse de la realidad, de romper los estrictos y rígidos moldes de la vida cotidiana y la capacidad de invitarnos a soñar con otros mundos, advirtiendo sobre la vida que llevamos y hacia dónde avanzamos, a la vez que nos seduce para entretenernos con propuestas provocadoras e inesperadas. La Ciencia ficción siempre es un regalo para los sentidos tanto en la literatura como en el cine. Es una apuesta que desborda la imaginación; es un desafío estético y artístico que intenta crear algo que todavía no existe, inventando historias que aún nadie ha imaginado. La Ciencia ficción es el género literario más revelador, más comprometido con las consecuencias de los actos humanos. Es un género revolucionario en su esencia, y ese es su gran atractivo.

¿Por qué creéis que este género está tomando últimamente mayor protagonismo?

  1. Chaviano: La Ciencia ficción es el realismo del mañana. Si antes se le consideraba un género escapista o puramente imaginativo porque abordaba cuestiones en apariencia ‘fantasiosas’ (computadoras, viajes a la Luna o a Marte, bombas atómicas, sociedades controladas mediante la tecnología, humanos que funcionaban gracias a injertos de extremidades o a partes artificiales de su cuerpo), hoy todo eso es parte de nuestra realidad. Muchos se han dado cuenta de que ese tipo de obras no hizo más que advertir o proporcionar lecturas alternativas sobre un futuro cercano. Y si eso ocurrió en un pasado tan reciente es lógico pensar que lo que hoy plantean esas obras también podría ser una lectura adelantada de nuestro futuro inmediato o una advertencia sobre las consecuencias que podrían acarrear ciertas acciones. Esta capacidad para visualizar lo que para el resto de la humanidad resulta confuso es una de las razones por las que el género no solo ha ganado lectores, sino que ha despertado el interés cada vez mayor de economistas, politólogos, sociólogos, científicos e incluso militares, que en países como Estados Unidos han creado ocasionales grupos de trabajo compuestos por escritores del género con el fin de escuchar propuestas a dilemas para los que no encuentran salida. Y es que los escritores de Ciencia ficción poseen mentes entrenadas para lidiar con situaciones extremas, impensables o aparentemente insolubles. Son especialistas en ofrecer soluciones alternativas a viejos problemas o conflictos que la humanidad ha repetido durante tanto tiempo que ya no sabe cómo resolver de una manera novedosa y fresca. Dicho de otro modo, la Ciencia ficción es una herramienta para evaluar antiguos conflictos con una mirada original. Quizás por eso mismo a menudo recibe ataques o apreciaciones despectivas por parte de quienes tienen formas obsoletas de concebir el arte, la política, la economía y la sociedad.
  2. Arroyo: Quizás porque es el género que mejor se está adaptando a la globalización y la interculturalidad. Las obras que se están traduciendo al español nos hablan de autores de procedencias diversas: escritores africanos, árabes o del sudeste asiático que nos muestran las distintas vías de la Ciencia ficción desde visiones alejadas del etnocentrismo occidental, y están gozando de una gran aceptación en el público amante del género fantástico. Era una asignatura pendiente en nuestro acervo cultural, el de abrirnos a otras mentalidades, otras formas de concebir la vida, otras filosofías. La Ciencia ficción ha entrado de lleno en el siglo XXI sin estereotipos, sin prejuicios culturales, con un acentuado gusto por las ideas progresistas que proceden de otros continentes, como las vanguardias contraculturales, el feminismo, el afrofuturismo, la denuncia ecológica, el futuro de nuestra especie, los dilemas éticos que encierra el transhumanismo, el gusto refinado del retrofuturismo o steampunk, la Inteligencia Artificial autoconsciente y el destino cibernético que nos aguarda. La Ciencia ficción afronta temas de rabiosa actualidad sin temor a enfrentarse a nuestro mañana, denunciando desigualdades sociales, problemas políticos y advirtiendo sobre la conquista espacial, a la vez que especula sobre el choque filosófico que conllevará el primer contacto con otra especie inteligente. Como bien dice Daína, su protagonismo se debe a que nos habla de cuestiones de emergente preocupación para la sociedad y que otros géneros literarios no están abordando.

Fábulas de una abuela extraterrestre y Cuando se extinga la luz. Dioni, ¿por qué es tan importante la novela de Daína? ¿Cuál es la razón por la que se ha convertido en un clásico?

 

  1. Arroyo: Se ha convertido en un clásico de la literatura contemporánea universal por su visión abierta y positiva de la humanidad, por su deseo de abrir la mente y comprender otras realidades y por los planteamientos solidarios y críticos con el racismo y los prejuicios. Pero también es un referente por su extraordinaria calidad literaria, que convierte a Daína Chaviano en una creadora imprescindible de nuestra literatura. Ella es una de las escritoras más importantes, singulares y originales de la actualidad, y es todo un lujo que cada vez visite más nuestro país. ‘Fábulas de una Abuela Extraterrestre’ ha dejado una profunda huella en la narrativa del pasado siglo XX; y publicada por fin en nuestro país, en la editorial Huso, va a permitir que miles de lectores lo disfruten por primera vez.

 

Daína, sé que la novela de Dioni te ha gustado mucho. Pero ¿qué le dirías a alguien para que se acerque a sus páginas?

  1. Chaviano: Ante todo diría que es una obra entretenida, cuya acción no decae nunca. Además, muestra un universo social vívido, estupendamente retratado y casi cinematográfico. Las descripciones permiten visualizar la trama de una manera muy realista. Y como colofón, describe una línea histórica alternativa que incita al lector a hacer lecturas diferentes del mundo en que vivimos. Es muy recomendable.

Hay varios asuntos que comparten las dos novelas. Uno es que son historias con personajes muy humanos, que adquieren verdadera vida, y eso es muy difícil. Otro es vuestro gusto por narrar, por contar cosas, por la literatura de hechos; y todo ello con un estilo sencillo, certero y cercano, aunque muy cuidado, y con bastante lirismo por momentos. ¿Por qué tenéis esta idea de la literatura?

  1. Chaviano: Supongo que cada obra es un reflejo de su autor. En mi caso, a pesar de los horrores y desastres que he visto a lo largo de mi existencia, a pesar de las veces que me he sentido descorazonada ante la realidad que me rodea, sigo teniendo fe en la vida y en el ser humano. Trato de descubrir la belleza y el altruismo en los momentos más sombríos de la existencia humana. Pienso que a veces la vida es tan hermosa precisamente porque convive con el horror. Y ese contraste, esa coexistencia entre ambos extremos, es lo que me impulsa a mostrar el lado luminoso de las cosas, a buscar la poesía en medio de las tinieblas.
  2. Arroyo: La literatura que más admiro es la que logra alcanzar el corazón del lector; y para ello debe ser sencilla, cargada de sentimientos que la hagan creíble, con multitud de guiños a la vida que llevamos los lectores, pero también con capacidad para sumergirnos en mundos extraordinarios. Siendo sencilla, debe expresar los asuntos más complejos del corazón, relatando historias con tramas insólitas pero plausibles, en las que el lector sea partícipe. La literatura es un tablero de ajedrez con estrategias, herramientas y recursos que la transforman en un juego con su planteamiento, nudo y desenlace, con mil maneras de combinar para el disfrute de los sentidos de quienes se embarcan en la aventura de la lectura.

Otro asunto a tratar es la visión crítica y preocupada que tienen vuestros libros. ¿Qué quisisteis decir en este aspecto con vuestras obras?

  1. Chaviano: Soy incapaz de ignorar los acontecimientos que afectan al mundo que me rodea. No es que me considere una escritora ‘comprometida’ en el sentido político o social del término. Soy simplemente un ser humano que siente de manera muy empática lo que le sucede a otros seres vivos, sea cual sea su naturaleza. Eso es algo que está a flor de piel en mis historias, aunque no me lo proponga de manera consciente.
  2. Arroyo: La literatura también refleja el compromiso moral del escritor con su mundo, y para mí es una gran oportunidad para denunciar o invitar a reflexionar, pero también para provocar y llamar la atención. En ‘Fractura’ (Apache Libros), una de mis anteriores novelas, realicé una crítica severa al fracking o fractura hidráulica y a sus consecuencias medioambientales; y en ‘Fracasamos al Soñar’ (Nowevolution Editorial), mi antepenúltima obra, trabajé los dilemas éticos del transhumanismo. En ‘Cuando se Extinga la Luz’ he intentado imaginar cómo sería el mundo dirigido por mujeres, invitando a muchos hombres a empatizar para comprender una realidad invertida, vista desde el otro lado del espejo, con las mismas injusticias replicadas desde otra perspectiva. Cada novela es diferente, pero me gusta que las historias que relato lleven impregnadas mi deseo de cambio, mi expectación ante una realidad de la que escapo siempre que puedo.

Lo que está claro es que el lector va a encontrar en ellas unas historias intensas y emocionantes, que logran atrapar al lector, y que muestran lo grandes escritores que sois, y lo tanto que amáis la literatura sobre todas las cosas, o sobre muchas. Daína, con una larga y esplendorosa carrera que la ha convertido en un referente de la literatura de Ciencia ficción en español; y Dioni, con ya ocho estupendas novelas detrás, y que le han llevado a situarse en uno de los escritores de referencia de este género en España. Sin embargo, y a pesar de haber conseguido ya tantos logros, ¿qué esperáis de la literatura? ¿Qué proyectos tenéis en mente?

  1. Chaviano: Solo espero seguir compartiendo mi visión del mundo con otros. Me gustaría seguir provocando lo que, como me han dicho muchos lectores, fueron cambios positivos en sus vidas o les inspiraron a escoger determinadas carreras y profesiones. Ese es uno de los regalos más hermosos que me ha dado este oficio. Por otro lado, desde que empecé a publicar siempre tuve el temor de que nunca tendría el tiempo suficiente para escribir todas las historias que tenía en mente. A lo largo de la vida he ido acumulando ideas con mayor velocidad de la que soy capaz de convertir en libros. Tengo una larga fila de argumentos que esperan su turno para salir. Por el momento, después de entregar un thriller histórico-mitológico en el que trabajé durante más de una década y que saldrá en mayo de 2019, estoy en proceso de escoger entre tres posibles proyectos. No quiero adelantar argumentos ni títulos, aunque ya los tengo desde hace años.
  2. Arroyo: La literatura es un permanente aprendizaje que no tiene fin. Es un ejercicio creativo que se mejora día a día y que nos permite comprobar cómo vamos cambiando, cómo vamos viendo la vida de forma distinta. Espero de la literatura que me permita seguir mejorándome con cada obra, seguir aprendiendo de los errores, disfrutar con cada aventura que me dictan las musas; y lo mejor de este mundo artístico es que siempre hay proyectos que renuevan nuestro entusiasmo, siempre llegan propuestas de las editoriales, y la mente se vuelve flexible, mostrándome rutas por las que investigar, y así esforzarme para construir personajes con vida propia. Tengo en mente numerosos proyectos, pero los más próximos son un ensayo sobre el Mito del Vampirismo en el que llevo trabajando mucho tiempo y que, tal vez a finales de 2019, se haga realidad de la mano de Apache Libros; y otra novela sobre la Inteligencia Artificial autoconsciente, que tendrá que esperar un año más por el trabajo de documentación que exige.

Por último, una curiosidad. Decidme, ¿cómo sería la vida si os prohibieran acercaros a los libros? ¿Y si os prohibiesen también escribir?

  1. Chaviano: No me la imagino. Pero supongo que buscaría algún otro tipo de actividad creativa. Posiblemente la pintura, porque el ballet —la profesión con la que soñé desde niña— ya está fuera de mi alcance por razones obvias… [se ríe]. Y si contara con tiempo suficiente, también me gustaría dedicarme a investigaciones arqueológicas o históricas.
  2. Arroyo: Para mí sería la peor de las distopías. Sería una castración de la imaginación; porque para mí, si me negasen la posibilidad de redactar las visualizaciones creativas que me regala la mente, viviría un infierno en vida. Los mejores momentos de la infancia los recuerdo leyendo, descubriendo la fantasía como la mejor manera de sobrevivir a las inclemencias y avatares de la existencia humana. Sin literatura, la vida no tendría sentido.

 

 

 

 

 

 

 

 

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