La memoria de la Tierra
LA MEMORIA DE LA TIERRA
RAFAEL MANRIQUE
LA LÍNEA DEL HORIZONTE
Extraña y remota hasta para los propios australianos, Kimberley es una región imponente por su salvaje naturaleza, y también una geografía radical que convoca azar, peligro o asombro; un escenario distópico para la saga Mad Maxfilmada en sus paisajes. Nos dice su autor que atravesarla ha de parecerse a la extraordinaria experiencia que hubieron de tener los seres humanos cada vez que, hace miles de años, daban sus primeros pasos en lo que fue la expansión migratoria de África. También es un territorio espiritual, sobrenatural. En él los antepasados de su población aborigen crearon un sofisticado universo simbólico para interpretar su mundo. El Ensueño habla de seres míticos que, con sus actos, sus canciones y su deambular esencial crearon vida en la tierra. Huellas y marcas que aún son visibles para ellos y que los europeos llamaron Huellas del Ensueño o Trazos de la canción, como hizo Bruce Chatwin; mientras que sus habitantes lo denominan Pisadas de los antepasados o Camino de la Ley. Este Far Westaustraliano es geografía con memoria, un holograma de lo que la Tierra puede expresar.
Lo que hace especial a Kimberley no es su geología ni la genética de sus pobladores originales, que comparte con el resto de los aborígenes de Australia, sino la configuración de un espacio que conecta cuatro territorios superpuestos: población humana, interpretación cultural, producción artística y realidad colonial. Esta mezcla hace del viaje una experiencia fascinante y singular, ya que lo convierte en un sistema principal en la comprensión de los ecosistemas que tienen importancia ontológica, esto es, aquellos que definen la Tierra y a los seres humanos. Pocos lugares llegan a tener tanta importancia.
RAFAEL MANRIQUE (Santander, 1955) Viajero empedernido, apasionado del cine y la lectura, es doctor en Psiquiatría y ejerce la práctica privada en Santander. Fue becario del Fondo de Investigaciones Sanitarias y de la Universidad de Massachusetts en el Berkshire Medical Center. También es, en la actualidad, supervisor clínico y docente en diversas instituciones fuera y dentro de nuestro país. A su pasión por los temas de su especialidad, y al mundo de la cultura en general, dedica el contenido de sus columnas en prensa.
Autor de una larga bibliografía sobre temas de su ámbito profesional, entre ellos: La psicoterapia como conversación crítica (1994), Sexo, erotismo y amor. Complejidad y libertad en las relaciones amorosas (1996), El diamante sin límites. La mente que podemos tener (1999), todas ellas en Libertarias-Prodhufi; ¿Me amas? (Paz México, 2009) o Celos, la patología de la certidumbre (Trilla, México, 2011). También sobre mente y pensamiento ha publicado Con lugar a dudas. Hilos y raíces de pensamiento crítico (Límite, 2005); al séptimo arte ha dedicado Al cine le gusto yo junto a Carlos Rodríguez Hoyos (Laertes, 2017); a la ficción, el libro de relatos 19 rayas (Milrazones, 2009) y la novela El gran vacío amarillo, con Silvia Andrés (El Desvelo, 2016).
El viaje por los cinco continentes es una circunstancia que llena su tiempo de ocio y a ello pertenece La densidad del desierto (Zanzíbar, 2006) y El viaje y las horas (Laertes, 2014). En los últimos años Australia ha ocupado un lugar privilegiado y lo ha recorrido en diversas ocasiones.