Desde la publicación en 1516 de la Utopía de Tomás Moro, han existido innumerables intentos, teóricos y prácticos, de ciudades utópicas. Aun cuando sabemos que la sociedad perfecta es imposible por antonomasia, el ejercicio de imaginación (tan humano) que representan las utopías es, sin duda, uno de los reflejos más hermosos de nuestra natural tendencia a la armonía y la evolución. Así, la isla inexistente de Moro —cuya bella imposibilidad se basaba en los más elevados ideales filosóficos y políticos de su era— en algún momento dejó las páginas de un libro (así como lo hicieron las de otros utopistas como Francis Bacon) para tocar la realidad.
Independientemente de su éxito o fracaso, las ciudades utópicas que existen actualmente alrededor del mundo (o lo que queda de ellas) parecerían ser símbolo de algo más, señalándonos que la utopía no es un lugar físico solamente, sus dominios tocan los reinos de lo invisible, de lo imposible y de lo más noble que tenemos, además de plantear la hermosa posibilidad (que alguna vez planteó Daniel Defoe) de traer lo imaginado al universo de lo real.
A continuación siete ejercicios utópicos, algunos activos, otros abandonados, que aún existen en nuestro planeta…
Auroville
Ubicada en el Sur de la India, esta ciudad experimental está en funciones desde 1968 y fue fundada por la gurú y ocultista Mirra Alfassa, conocida hasta hoy en la comunidad como “La Madre”. La belleza física de este lugar sólo es comparable con la belleza de sus cimientos ideológicos: se trata de un pueblo fundado para mujeres y hombres de cualquier lugar del mundo que quieran vivir en paz y armonía progresiva, sin importar sus credos, posturas políticas o nacionalidades. Auroville fue diseñada en la forma de una galaxia cuyo centro es una enorme y dorada esfera llena de salas de meditación. Hoy tiene alrededor de 2,000 habitantes de más de 40 países, algunos negocios de mercancías que se producen dentro de la comunidad, una escuela, granjas y algunos restaurantes. La ciudad, que pertenece legalmente al gobierno de la India, funciona sin dinero; la luz, la educación y la salud son completamente gratuitas.
Palmanova
Esta ciudad amurallada en forma de estrella fue fundada por líderes venecianos en 1593 como una comunidad autosustentable donde todos los habitantes fueran iguales y jugaran cada uno un papel social. Uno de los propósitos centrales de su creación fue defender el Imperio Veneciano de las invasiones turcas y austriacas. Tras su construcción y a pesar de ser una ciudad perfecta, nadie quiso vivir ahí, en el encierro y en constante peligro de ser atacados. Así, Palmanova se convirtió en una ciudad habitada sólo por militares, y en 1622 recibió a una buena cantidad de presos indultados; no se sabe si éstos vivieron de acuerdo a la reglas que fueron parte de la creación de este territorio utópico. Hoy 5,400 personas viven dentro de este fuerte que alguna vez quiso ser una utopía.
Maharishi Vedic City
En esta ciudad se medita dos veces al día. Ubicada en Iowa, Estados Unidos, fue construida en 2001 bajo los principios de la meditación trascendental —movimiento que ha crecido en las últimas décadas, en parte por la popularización de su creador Maharishi Mahesh Yogi durante los sesenta por los Beatles. Esta ciudad, gobernada por un consejos de cinco personas, está basada en el Veda, antiguo principio indio que da prioridad a la armonía, el balance y las leyes naturales. Por esta razón, todas las casas de esta urbe son iguales, siguen el camino del sol y están orientadas hacia el este; además, todas ellas tienen un cuarto en el centro de la casa destinado exclusivamente para el silencio. Cada hogar se ubica dentro de uno de los diez círculos de edificaciones que integran la ciudad y que están distribuidos en forma de anillos. Maharishi Vedic City también tiene su propio observatorio (que replica la estructura del universo), un hotel, un spa y escuelas públicas para enseñar a los niños los principios de la meditación trascendental. La energía se obtiene por medios renovables y los pesticidas sintéticos o fertilizantes no orgánicos están prohibidos. En este lugar existen enormes granjas que producen alimentos orgánicos comercializados en varias cadenas alrededor de Estados Unidos.
Ciudad libre de Christiania
Ubicada dentro de Copenhague, la capital de Dinamarca, esta ciudad utópica fue fundada en 1971 por un periodista que se había enamorado del movimiento del amor libre, Jacob Ludvigsen. Él había imaginado una sociedad autosustentable y la situó en lo que alguna vez fueron barracas abandonadas del ejército danés. Uno de los principios que regían a este grupo de gente era la importancia de la salud de la comunidad, por encima de la de cualquier individuo. Tristemente, las drogas inundaron esta ciudad y sus habitantes, en algún momento, dejaron de cooperar con la policía. Así, Christiania se convirtió en la zona de la ciudad para comprar y distribuir drogas. Esto es aún hoy un problema, pero la comuna sigue luchando y manteniéndose del turismo y algunos eventos locales.
Arcosanti
El imponente desierto de Arizona es el hogar de esta comuna fundada por el arquitecto italiano Paolo Soleri en 1970. Su sueño era que su ciudad se convertiría en una metrópolis de miles de personas en un espacio donde la naturaleza y la arquitectura convivieran de forma perfecta, un lugar que además no dañara a la Tierra. Desde entonces, miles de voluntarios y algunos residentes permanentes han trabajando en la construcción de la comunidad que hoy es Arcosanti —una pequeñísima parte de lo que alguna vez soñó Soleri como una comuna de arquitectos y mentes libres viviendo juntas en medio del desierto. Este lugar se encuentra aún en construcción (sólo se ha realizado el 4% del proyecto original) y se financia del turismo y de talleres que ofrece dentro de sus complejos, además de su producción de objetos de cerámica y bronce.
Royal Arc-et-Senans
Dentro de un área industrial en la salina francesa de Arc-et-Senans, un día se construyó una ciudad utópica, Era un complejo para que los trabajadores de las minas de sal y sus familias vivieran en comunidad diseñado por el arquitecto Claude-Nicolas Ledoux, quien durante su vida ideó varias ciudades utópicas que invitaban a la interacción y convivencia humanas. La disposición de las edificaciones formaba círculos de edificios alrededor de las productoras de sal. La explotación de esta salina comenzó en 1779 y continuó por casi 200 años, hasta 1962. Se dice que mientras estuvo en uso, esta comunidad nunca funcionó conforme a lo planeado, pues las duras condiciones de trabajo y la convivencia causaron muchos problemas entre sus habitantes. Los restos de esta fallida utopía aún se erigen en el bosque de Chaux y son un patrimonio de la UNESCO.
Penedo
Esta comuna fue fundada en 1929 por un grupo de finlandeses que emigraron a Brasil guiados por el pastor Toivo Uuskallio, que estaba convencido de que dios lo había designado para construir una utopía de finlandeses en el trópico. Los miembros de esta ciudad eran veganos, ninguno de ellos tomaba o fumaba, y todos trabajaban en una granja que no les daba ninguna ganancia. Funcionó así hasta 1942, cuando sus líderes se dieron cuenta de que las cosas no estaban funcionando sin dinero. Así, Penedo comenzó a desmoronarse y se convirtió en un atractivo turístico y enclave de las comunidades finlandesas en Brasil, un lugar que hoy puede visitarse y ofrece posadas, espectáculos, tiendas y restaurantes.