Bunbury en la cima: celebrando 30 años de excelencia. Parte 2

Por: Maximiliano Curcio
Segunda Parte: ‘El Huracán Ambulante’ (1997-2005)
LIBRE DENTRO DE UNA CANCIÓN
Luego de la disolución de Héroes del Silencio, Enrique Bunbury se une a la banda llamada “El Huracán Ambulante”, compuesta por Ramón Gacías, Copi, Rafa Domínguez, Ana Belén Estaje, Luis Miguel Romero, Javier Iñigo, Javier García Vega y Del Morán. La experiencia a lo largo de una década, deja el saldo de siete álbumes de estudio, discos en vivo y una videografía selecta de alto vuelo visual, donde destacan el riesgo artístico asumido y el compromiso hacia una perfecta arquitectura sonora patentada en la huella de “Radical Sonora”, “Pequeño”, “Flamingos” y “El viaje a ninguna parte”.
Entretanto, la incansable búsqueda musical de Bunbury lo lleva a encarar proyectos como Bushido,  participar del homenaje musical a Leopoldo María Panero, formar el recordado dueto junto a Nacho Vegas (que entregará esa magnífica joya llamada “El Tiempo de las Cerezas”) y la participación en numerosas bandas sonoras cinematográficas. Los nuevos horizontes musicales de Bunbury van tranzando un camino propio, alejado de la masividad conseguida junto a Héroes, Enrique prefiere ser fiel a sus convicciones musicales y redescubrirse mediante coqueteos con la electrónica, la música árabe y el tecno-rock. Bebiendo de las fuentes psicodélicas de bandas del momento como Nine Inch Nails, Bunbury conserva la perfección lírica y vocal que lo caracteriza.
Asumiendo los consabidos riesgos artísticos y meditando un retiro que –afortunadamente- nunca sucedió, Bunbury apuesta a doble o nada. Sabemos de sobra que ganó la partida, convirtiéndose en un artista solitario exquisito, frontman como ya no existen. A las puertas del nuevo milenio, el artista se disponía a escribir el capítulo más coronado de su carrera. El mundo entero estaba por enterarse.
RADICAL SONORA (1997) El cambio radical es la manera de reafirmarse, nada más honorable que un artista comprometido con lo que su arte expresa. Las letras referencian una auténtica declaración de principios y Bunbury abraza el modernismo musical de manera soberbia. La nueva estética recicla la imagen: Bunbury 2.0 es el arquetipo del nuevo artista de rock, y el nuevo álbum es una aplanadora que pone en marcha la bunburología más transgresora: “Salomé”, “Alicia” y “Polen”. Con mucho aún por decir, la ruptura con Héroeslibera a un Bunbury que parecía encorsetado en sus afanes creativos. Su experimentación electrónica en ‘Radical Sonora’ (1997) lo muestra cómodo e igual de preciso abordando  estilos inéditos en su obra. Un músico fértil y en estado puro disfrutando de su pico creativo en solitario a la par que cimenta su status de estrella mundial.
PEQUEÑO (1999) Incomprendido por la crítica y soportando la espalda que le daba el público, Bunbury no claudica de sus ideales. Fiel al nuevo sendero musical que había emprendido, dos años después de su debut en solitario se anima a nutrir su obra de ritmos latinos, mediterráneos y balcánicos. El nuevo giro lo lleva por caminos inéditos que Bunbury parece transitar con los ojos cerrados. El minimalismo y los aires de cabaret que ostenta Pequeño no solo resulta una parábola del título sino que deja tras su paso una serie de canciones insignia: “El extranjero” se coreará en cada show, “Infinito” es su primer intento de ranchera y “De mayor” es un pícaro rock de vodevil que precede al aire circense que explorará en el registro vivo “Freak Show”.
FLAMINGOS (2002) Bunbury traza una línea meridional que divide su trayectoria en dos, sin miedo a patear el tablero, una vez más. Sus primeras obras solistas rompen de forma contundente el paradigma noventoso y son el necesario ave fénix para una absoluta reinvención. La maquinaria Bunbury fusiona rock con influencias electrónicas y mediterráneas para obtener una alquimia sonora distintiva en temas como: “Lady Blue”, “…Y al Final”, “San Cosme y San Damián” y “Enganchado a Ti”. Festivo e inspirado, nos da la bienvenida a “El Club de los Imposibles”. ¡Bunbury lo hizo de nuevo!
EL VIAJE A NINGUNA PARTE (2004) Subido a la ola de su irrefrenable don compositivo, Bunbury continua creativo e imparable, disfrutando al máximo su estadía en el estudio de grabación. Su cuarto disco en los últimos siete años  es nada menos que un disco doble compuesto de veinte temas, prueba de la versatilidad de su autor. Echando mano a una gama de estilos de lo más variopinto, el disco está atravesado por cuatro momentos que brillarán por siempre: “Que tengas suertecita” entrega el matiz latino de un Licenciado en ciernes, “Los restos del naufragio” es un testamento conmovedor donde nombra, una a una (pasando por Spinetta, Fito, Charly y Andrés), a sus maestros del rock, “El Anzuelo” posee una letra exquisita que explota la sonoridad de cada palabra y  el estribillo del “El rescate” es la muestra más cabal de un artista que deja la voz y el alma en sus canciones.

Fuente original: Metacultura (Argentina)

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