Pilar Fraile deleita al público con 'Las ventajas de vivir en el campo'
PILAR M. MANZANARES.
Las personas siempre han sido seres de carácter rutinario y los cambios, lejos de agradar, nos sumergen en un clima de desasosiego que trastoca la tranquilidad de nuestras vidas. Alicia, la protagonistas de Las ventajas de vivir en el campo, de Pilar Fraile, sería un ejemplo de esto. «La frase preferida de su madre era «Dios aprieta, pero no ahoga». No es que hubiera funcionado del todo bien en su caso, aunque lo que uno aprende de pequeño es difícil de borrar, así que Alicia se encontró esos días repitiéndose a sí misma: «Dios aprieta, pero no ahoga, algo va a salir». Y, cuando esa creencia flaqueaba, recordaba que Andrés y ella no habían hecho sino darle al universo todo lo que se suponían que tenían que darle, ¿no?, entonces, las cosas tenían que salir bien.»
La auotra nos traslada en medio de una pareja, Alicia y Andrés, quienes deben irse a un pueblo con su pequeña hija Miranda, que aún va a la guardería. Piensan que es una decisión adecuada que les traerá felicidad, pero el extraño vecino del chalet contiguo y su perro comienzan a hacerles la vida imposible: la falta de privacidad se vuelve agobiante.
Además, Alicia solo encuentra trabajos temporales como fotógrafa de urbanizaciones que han quedado a medio construir por la crisis económica. Todas estas situaciones, más los temores de ambos y la violencia que se respira a su alrededor, iniciada por la actitud inquietante de su vecino hacia la pequeña Miranda, van ocasionando el desmoronamiento de la felicidad del clan.
Contar una historia es fácil, hacerlo de una manera fresca y simple ya no lo es tanto. Por eso sorprende la facilidad de Pilar Fraile para inducir al lector en un mundo que nos parece tan lejano y cercano a la vez, con un lenguaje coloquial que ayuda a conecta con los personajes. Estos, se erigen como constructos psicológicos fuertes, que no tambalean en ninguna de sus facetas y cuyo intento de rozar la perfección, choca con la realidad de sus vidas.
La tramas se desarrollan sin calzador, se empujan suavemente unas a otras y crean un camino por el que es fácil transitar sin perderse, directo y sin rodeos. Hablamos de un libro que transciende del mero suspense, que auna reflexión e intriga en un cóctel literario perfecto.
Pilar Fraile dispara directo al corazón y nosotros lo recibimos encantados.