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El ala rota

Por Haizea Ustaran

El ala rota es una novela gráfica escrita por Antonio Altarriba e ilustrada por Kim y publicada en 2016 por Norma Editorial. Se trata de la continuación de El arte de volar (Premio Nacional de Cómic 2010). Con ambas obras, los autores repasan algunos de los acontecimientos más importantes de la historia de la España del siglo XX, aunque desde perspectivas muy diferentes. Mientras El arte de volar lo hace a través de la figura de Antonio Altarriba padre, El ala rota lo hace a través de la vida Petra, su madre.

Antonio Altarriba es un ensayista, novelista y guionista nacido en Zaragoza en 1952. Comenzó en el mundo de la historieta en los 80, participando en la revista ‘Bustrofedon’ y colaborando con el dibujante Luis Royo en De vuelta y Desfase. Posteriormente, participó en antologías como Relatos de Zaragoza (1990), Narrativa corta en Euskadi (1992) y Los que más cuentan (1995), quedando finalista en el ‘XVIII Premio La sonrisa vertical’ (1996) por Los Cuerpos entretejidos.

En el nuevo siglo, regresó al mundo de la historieta y en 2009, gracias a la editorial De Ponent, publicó El arte de volar, una biografía de su padre que le valió numerosos premios, entre ellos, el Nacional del Cómic de España (2010). Dado el éxito y las preguntas suscitadas acerca de su madre a raíz de El arte de volar, en 2016, de la mano de Norma Editorial, publicó El ala rota sobre las vivencias de su madre.​

Joaquim Aubert Puigarnau, más conocido por su nombre artístico de Kim, es un ilustrador español nacido en Barcelona en 1941. Publicó sus primeros cómics en la revista musical ‘Vibraciones’, bajo la influencia del cómic underground de Estados Unidos; y ha colaborado también con otras revistas, como ‘Por Favor’, ‘Mata Ratos’, ‘Rambla’, ‘El Víbora’ y ‘Makoki’.

En 1977, inició su colaboración con el semanario humorístico ‘El Jueves’, del que fue miembro fundador. En 2009, ilustró su primera novela gráfica: El arte de volar, de Antonio Altarriba. Por ella, obtuvo multitud de premios como el Premio Nacional del Cómic de España (2010). En 2016, volvió a unirse a Antonio Altarriba para encargarse también de las ilustraciones de El ala rota.

“¿Desde cuándo?” Esta es la pregunta que da inicio a la historia que encierra El ala rota. Cuando el propio Antonio Altarriba visita a su madre en su lecho de muerte en la residencia en la que se halla ingresada, descubre que no puede estirar el brazo izquierdo. Al preguntarle desde cuándo su brazo está paralizado, ella le contesta: “Desde siempre”.

A partir de este momento, Altarriba se da cuenta de que nadie de la familia se dio cuenta jamás y de que, en realidad, la vida de su madre fue siempre un misterio. Nadie llegó a conocerla verdaderamente, pero nadie lo intentó tampoco.

Sorprendido, comienza a investigar y serán estas investigaciones las que darán lugar a la historia que conforma El ala rota. Una historia que aporta una nueva y diferente visión a la dada en El arte de volar y que pondrá de relieve, a raíz de este hecho del brazo, y ya desde el principio de la novela, la invisibilización que sufrían las mujeres de principios del XX y que será el denominador común lo largo de todo el relato.

La historia de Petra, como historia pasada dentro de la historia presente, comienza cuando su madre muere en el parto y su padre, el abuelo de Antonio Altarriba, intenta matarla al creerla culpable. Su hermana y otra mujeres trataron de impedirlo, pero, en el forcejeo, el brazo de Petra, aún un bebé, se rompió y soldó mal, quedando inmovilizado de por vida. Sin embargo, Petra se las arregló para disimular su minusvalía y seguir adelante con su vida sin que nadie lo notara nunca, hasta su muerte.

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El título hace referencia a una metáfora muy potente que ilustra con mucha precisión esta invisibilización, esta dominación que sufrían las mujeres de la mano de los hombres. Los hombres, como su padre, eran los que tenían grandes sueños, los que querían volar y los que tenían derecho a hacerlo, sin embargo, las mujeres no, a las mujeres les cortaban las alas según nacían, aniquilando todo sueño de volar alto.

Las mujeres se convertían, de este modo, en meros objetos al servicio de los hombres, en una propiedad de la que disponer y a la que manejar. Y así sucede a lo largo de la vida de Petra en las cuatro etapas vitales en las que consiste la novela, todas ellas dominadas por la presencia de un hombre.

Mientras es joven, Petra cuida de su padre, hombre republicano, alcohólico y conflictivo que nunca la quiso realmente, pero a quien Petra cuidó con abnegación cristiana hasta el fin de sus días en su pueblo vallisoletano natal.

Cuando murió, Petra se marchó a Zaragoza y entró a servir como criada en la casa del general Juan Bautista Sánchez González, quien encabezó una conspiración para restaurar la monarquía y desalojar a Franco del poder; llegando a ser gobernanta en la Capitanía General.

Poco después, se casó con Antonio Altarriba padre. A través de este matrimonio, el autor nos muestra una nueva vertiente de la dominación sufrida por las mujeres de la época, una vertiente más íntima y desconocida: La de la vida marital. Una vida, construida también para el disfrute del hombre. Podemos ver como Antonio Altarriba padre, ante la negativa de su mujer a tener relaciones sexuales, comienza a buscarlas fuera de casa, algo totalmente aceptado y normalizado en la sociedad machista de la época, que las mujeres debían aceptar con el único consuelo de la religión y los rezos.

De este modo, nos encontramos ante una novela de guión duro y revelador que nos enseña lo que ser mujer significaba en la época de la República y el posterior franquismo. Pero, junto a esta dureza, advertimos la gran sensibilidad con la que se van dibujando los testimonios de un país y de un matrimonio siempre subrayados ambos por las vicisitudes socio-políticas y las dificultades económicas .

Estas vivencias adquieren forma gracias a la magistral capacidad pictórica de Kim, cuyas ilustraciones, cargadas de realismo y crudeza, pero también teñidas de la misma sensibilidad que poseen los diálogos; acompañan el relato de un modo sencillo, en blanco y negro, haciendo eco del tono grisáceo que ya posee la historia que narran.

Antonio Altarriba regresa con El ala rota para dibujar el pasado español, para relatar las vivencias de los vencidos en la Guerra Civil, pero desde una perspectiva menos épica y más cercana, dando voz a personajes invisibilizados, como las mujeres, como su madre: Petra. Ilustra cómo ésta tuvo que aprender a ser fuerte desde muy joven, a no mostrar sus sentimientos para no parecer débil y poder abrirse camino en un mundo inhóspito y duro, dominado con mano de hierro por los hombres.

El ala rota es la clase de obra que nos recuerda que la historia es una tela tejida con los pequeños actos de la personas que permanecieron en las sombras sin que sus nombres salieran jamás a la luz y sin tener la oportunidad de ser reconocidos. Altarriba recupera y saca a la luz a todas aquellas mujeres que como su madre, no tomaron parte activa en la lucha de la época, pero que siempre estuvieron ahí y fueron clave en la forja del país que hoy conocemos.

En definitiva, una historia que nos enseña que toda historia es una moneda con dos caras que merecen ser escuchadas para comprender la historia en su totalidad. Una historia que junto a El arte de volar constituye un viaje a dos voces por la España del siglo XX que no debe quedar olvidado.

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