por Kika Sureda
Sócrates (469-399 a.C.) fue un filósofo griego considerado uno de los más importantes de la filosofía occidental. Hijo de Sofronisco y Fenárepe, era originario del distrito rural de Alopece. Aunque a veces nos lo presentan como hombre pobre, en algún momento debió poseer recursos suficientes para servir como hoplita en las batallas de Potidea, Anfílopis y Delio, en éstas ganó fama de valeroso. Más tarde, contrajo matrimonio con Jantipa y tuvo dos hijos varones.
Maestro de Platón, el cual tuvo a Aristóteles como discípulo, quedando así como la tríada filosófica más importante de la filosofía de la Antigua Grecia. Protagonista de los debates intelectuales tan frecuentes en Atenas a mediados y finales del siglo V a.C. Sus ideas crearon escuela y fueron de una enorme influencia. Conocido por su filosofía y personalidad, Sócrates alcanzó gran eco a través de los diálogos que sus discípulos escribieron haciéndole protagonista. Aristóteles los clasificó en la Poética como un tipo especial de obra de ficción. A parte de los de Platón, se conservan unos pocos fragmentos de Antístenes, Esquines de Efeso y Fedón de Élide. La mayor parte de información que poseemos de Sócrates procede de Aristófanes y Jenofonte y Aristóteles.
Sócrates evitó participar activamente en la política, pero fue uno de los presidentes de la asamblea cuando fueron juzgados los generales intervinientes en la batalla naval de las Arginusas, acusados de abandonar los cadáveres de los atenienses caídos.
En el círculo de Sócrates figuraban varios personajes que se manifestaban contrarios a la democracia ateniense, como Critias, Cármides y Alcibíades. En el 399 a.C. fue acusado de impiedad y concretamente de introducir nuevos dioses en la ciudad y corromper a la juventud. Es muy probable que esta imputación estuviera enmascarada con motivaciones políticas, pues desde el 403 a.C. se prohibía el procesamiento de cualquier ciudadano por los delitos políticos antes de esa fecha. Murió ingiriendo cicuta. Su ejecución permitió a Platón y Jenofonte componer un perfil del personaje como objeto refutar la acusación formal que lo llevó a tener que comparecer ante los tribunales y corregir su imagen, inspirada en las Nubes de Aristófanes.
El Sócrates platónico es totalmente serio por lo que respecta a la areté (excelencia) y la naturaleza del bien y de la vida feliz. Se comprometía con lo que consideraba el comportamiento correcto e inquebrantable y según la Apología de Platón, se enfrentó al jurado con la idea firme de que su vida había sido tan buena como la de cualquiera otro ser humano y que lejos de haber cometido delito alguno, había proporcionado los mayores beneficios a la ciudad. Estaba convencido que la sabiduría y la virtud son lo mismo. Si una persona conoce el bien, hará siempre el bien. Su postura era que el bien, la areté, conduce a la felicidad o forma parte de ella. El único motivo de escoger lo peor es no conocer lo mejor. Esta es una de las paradojas socráticas, contrarias a la experiencia cotidiana, que resultan inasequibles al análisis y la refutación.
Platón lo retrata como alguien que tenía la capacidad de no equivocarse nunca y la relación que tenía con las teorías filosóficas concretas era ambigua. La gravedad moral de Sócrates se ve equilibrada por una personalidad mundana que gozaba de la buena mesa y de la buena compañía, placeres a los que también podía renunciar sin quejarse si no estaban a su alcance o si eran incompatibles con su tarea.
A su muerte, surgen las escuelas socráticas, que tuvieron en común la búsqueda de la virtud a través del conocimiento de las cosas buenas.
Interesante articulo. Es curioso, en contra de lo que se piensa, el Marqués de Sade suele conjugar en su obra el verbo «socratizar» y no sodomizar. Este verbo tiene su origen en un conocido episodio biblico y sus diversas connotaciones siempre asociadas con los actos degradantes que tuvieron lugar en las ciudades de Sodoma y Gomorra. Por otra parte pienso que Séneca fue el primer filosófo que de alguna manera comtemporizó y humanizó sobre todo de manera más psicológica los sofismas de la santísima trinidad filosófica, a saber; Aristóteles, Sócrates y Platón.
Hay mucho de esto en las encuestas. «No sabe pero contesta»