El auge del aforismo en España

 
En España, el aforismo como género literario ha venido experimentando un auge creciente en los últimos años. A la existencia de la colección pionera A la mínima de la editorial Renacimiento (dirigida por Manuel Neila), se le han sumado varias más, promovidas por Trea, Cuadernos del Vigía, La Isla de Siltolá o Libros al Albur. Se trata, bien es cierto, de apuestas minoritarias impulsadas por sellos más o menos modestos, los cuales, sin embargo, han logrado concitar un progresivo interés por parte de los lectores más curiosos. Se han convocado premios (caso del José Bergamín, que va por su sexta edición), se han editado revistas electrónicas monográficas (como El Aforista) y se anuncia la aparición, para principios de 2019, del Apeadero de Aforistas, la primera publicación impresa de carácter periódico sobre el aforismo.
Asimismo, cabe consignar la existencia de varias antologías que, en los últimos tiempos, han conseguido dar cuenta del proteico panorama aforístico español. La primera de ellas, Pensar por lo breve (2012), corrió a cargo de José Ramón González, y a una exquisita selección de autores añadió un estudio preliminar de enorme interés y calidad. Le siguió Aforistas españoles vivos (2014), mucho más reducida en cuanto a aforistas, aunque con un mayor volumen de textos en cada caso. León Molina optó, en su Verdad y media (2015), por espigar sus aforismos favoritos, en detrimento de la organización por autores, pergeñando un auténtico vademécum heterogéneo y muy seductor. Mario Pérez Antolín reunió en Concisos (2016) un abanico variado e interesante de aforistas contemporáneos. A estos libros recopilatorios, cabe sumar los de carácter temático, como Fuego de palabrasBajo el signo de Atenea o  Las cosas que no son. Los aforistas y Dios, a los que en fechas inminentes se les van a sumar Fili mei. Los aforistas y la paternidad y Una idea con su vuelo. Los poetas y el aforismo (en preparación).
Aparte de la proliferación de propuestas editoriales, me gustaría destacar un aspecto que me parece relevante, y es la creciente nómina de autores con una amplia trayectoria a sus espaldas que han decidido aventurarse en el terreno aforístico, en muchos casos para quedarse en él: así, poetas como Ramón Andrés, Carlos Marzal, Antonio Rivero Taravillo, Ana Pérez Cañamares, José Luis Morante, Carmen Camacho, Manuel Neila, Aitor Francos, Juan Manuel Uría Iriarte o Miguel Ángel Arcas, entre decenas de casos más, desembarcaron en las playas del género más breve y, desde entonces, lo simultanean con su quehacer lírico habitual.
Como consecuencia de este boom editorial y literario, es de esperar que el lector medio, habituado a un menú de platos más o menos familiar (novela, poesía, ensayo), vaya ampliando poco a poco su carta de elecciones bibliográficas, en la seguridad de que encontrará una buena ocasión para la reflexión y el regocijo. Por amplitud y variedad de ofertas, no va a quedar.
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