Monica Campaña: "Todo cantante de ópera debería ser autocrítico"
Por: Alberto Medina
Entrevistamos a la soprano malagueña Mónica Campaña con motivo de su actuación en la ópera “La Traviata” los próximos 23 y 25 de noviembre. Tras estudiar en Madrid y Londres, en la actualidad está estudiando canto en Amsterdam y acumulando críticas positivas en teatro de medio mundo. Ha dejado de ser una promesa para comenzar a atreverse en papeles como Nedda en “Pagliacci” o Cio-Cio Sam de “Madame Butterfly. Hemos hablado con ella semanas antes de la representación del clásico verdiano.
Muchas felicidades Mónica por tu debut en el Teatro Cervantes ¿qué sientes al llegar a Málaga?
Muchas gracias. Es una enorme satisfacción poder debutar en el teatro de mi ciudad. Me siento parte del renacimiento cultural de Málaga, una ciudad que está luchando para hacerse un hueco entre los principales destinos culturales de España.
¿Cómo surgió tu participación en La Traviata?
Después de mi educación vocal en Londres volví a mi ciudad natal para abrirme un hueco en España. La perseverancia y el trabajo bien hecho da sus frutos. Desde el Teatro Cervantes están reconociendo mi recorrido como joven artista y me están dando la oportunidad de desarrollarme también desde casa.
¿Cómo te has preparado para La Traviata? ¿Ha sido diferente esa preparación que para Pagliacci, que interpretaste en el Teatro Villamarta de Jerez?
En “La Traviata” de Giuseppe Verdi interpreto el rol de Flora. A diferencia de “Pagliacci” donde interpreté el rol principal de Nedda, Flora es un rol secundario mucho más relajado a nivel vocal y que interactúa más con el coro. Cada vez que abarco un personaje nuevo lo hago desde una responsabilidad de estudio vocal y musical muy alta.
No obstante la dificultad de Flora radica en la interpretación, que es un aspecto igual de importante en la ópera, ya que somos actores que se expresan mediante el canto.
En este punto tengo la suerte de poder aprender del maestro de escena Paco López que también me dirigió en el Teatro Villamarta de Jerez. El trabajo con Paco es muy exhaustivo y para un joven artista es oro puro. Paco saca todo lo que en ese momento puedes dar de tí y estoy segura que con Flora aprenderé muchísimo e investigaré aspectos físicos y de interpretación que me van a ayudar para toda mi carrera artística.
Estoy feliz de poder cantar este rol tan divertido con grandes profesionales de la lírica. Es una gran oportunidad.
¿En qué tipo de tesituras de soprano te mueves?¿Cómo definirías tu voz?
Mi voz es de soprano lirico spintocon gran flexibilidad para abarcar roles más ligeros o más pesados, según su escritura. Grandes profesionales me han definido como una voz lírica en color y spinto en volumen. En la actualidad me preparo en Amsterdam y Berlín para un repertorio de jóven spinto que llegará con la madurez vocal. El rol que estoy estudiando ahora mismo por ejemplo es Cio-Cio Sam de “Madame Butterfly”, de gran dificultad técnica y que hay que estudiar con mucho cuidado. Lo mismo he descubierto en “Manon Lescaut”o algunos papeles secundarios de óperas de Wagner que son los que me están abriendo paso y los apropiados para mi edad y voz. No obstante en mi estudio diario debo compaginar con repertorio de lírica pura para mantener la voz jóven y con agudos. En este punto debo agradecer a mis profesores Carlos Aransay, Janice Chapman y Kirsten Schötteldreier su gran guía.
¿Cómo ha sido tu formación? ¿De qué profesores guardas mejor recuerdo?
Mi formación comenzó a una edad muy temprana. Desde los 14 a los 24 años estudié con Nuria Burdeus, profesora de la que guardo un gran recuerdo y cariño, desgraciadamente nos dejó hace poco. Siempre que tengo un éxito se lo dedico, ella me descubrió y me apoyó desde el primer momento. Después pasé unos años en Málaga con Francisco Heredia, quien fue tantos años director del Coro de Opera de Málaga, que también falleció. Me licencié en la Escuela Superior de Canto de Madrid y tuve la gran suerte de poder perfeccionar mi técnica en Londres con Carlos Aransay, amigo y gran profesional, y Janice Chapman, eminencia del canto a nivel europeo y en Australia. Hoy en día he movido el foco a Amsterdam para estudiar con Kirsten Schötteldreier y Darryl Collett desde un punto de vista más corporal.
¿Y a qué cantantes tienes especial respeto?
Tengo en estima a muchos cantantes famosos actuales y de épocas pasadas. Mirella Freni, Monserrat Caballé, Plácido Domingo, Luciano Pavarotti o Maria Callas son maestros, ocupan un gran puesto en mi vida del aprendizaje al igual que para muchos cantantes. Tengo especial admiración por Anna Pirozzi, soprano dramática a la que he podido conocer recientemente y con la que guardo amistad. Liudmyla Monastyrska o Anja Harteros son de mis preferidas también.
¿Tu familia tiene algún tipo de relación con la música?
Sí, mi padre es cantaor flamenco y mi hermano es un niño prodigio de la guitarra flamenca. En mi casa siempre se escuchó música de todo tipo, especialmente el flamenco o el rock. De hecho me gustan muchísimo Led Zeppelin o The Doors.
También suelo asistir a los festivales y conciertos de jazz de Málaga. Mis pianistas favoritos son Michel Camilo o Brad Mehldau, a quienes tuve el placer de escuchar.
Considero que hay que nutrirse de música de calidad pero de todo tipo. El jazz, soul, blues, rock o el flamenco enriquecen de manera exponencial la musicalidad. Estoy agradecida por mi educación para amar la música.
¿Y cuáles fueron tus primeras influencias? ¿Y tus primeros papeles?…
Mis influencias como comenté fueron las viejas glorias de la ópera, pero también mis profesores y compañeros de la profesión. Compositores que me hayan impulsado o influído pueden ser Puccini, Verdi, Mahler, Falla, Brahms o Bellini, entre otros. La intuición siempre me ha acompañado y aunque la imitación funcione al principio, cuando van pasando los años la clave es el desarrollo de esa intuición, la búsqueda de uno mismo tanto vocal como espiritualmente. El cuerpo y la mente funcionan en armonía para crear un nuevo producto, así pues las influencias de cantantes aportan algún matiz técnico pero sobre todo te abren el corazón a sonidos o maneras de interpretar. En este aspecto, como comenté anteriormente, otros estilos enriquecen también el oído y el alma de un artista.
Mi primer papel importante fue en el Teatro de la Zarzuela en “El Dominó azul”. Guardo un hermoso recuerdo de mi primera producción, con un equipo fantástico y defendiendo nuestro género lírico. Además fue la puesta en escena de unas partituras que rescatamos de Emilio Arrieta. Nuestra labor de dar vida a lo que ya estaba olvidado, a las raíces de nuestra música lírica.
¿Has descartado algún papel que no te convencía?
La vida vocal de un cantante es limitada, he tenido que decir que no a varios roles en el pasado, era demasiado joven para abarcar un repertorio de spintoo dramática. Es justo ahora cuando empiezo a sentirme preparada tanto técnica como vocalmente en términos de maduración para roles más grandes de Verdi o Puccini. Y es ahora cuando puedo decir que sí, dependiendo del tipo de teatro, orquestación y rol. Necesito ir paso a paso y con mucha crítica. Es complicado decir que no muchas veces, pero hay que tener paciencia para ciertas voces, mi voz necesita tiempo.
¿Cómo consigues respirar y poder cantar?
Esto es una buena pregunta. La respiración es abdominal. Los abdominales empujan al diafragma que es un músculo involuntario, éste a su vez a los pulmones y sale el aire disparado por la tráquea. Así de simple. Lo que no es tan simple es la constancia y disciplina que hay que tener para que eso empiece a funcionar, y la fuerza psicológica, ya que es una carrera de fondo. Nuestro día a día es el ensayo y error. No a todo el mundo le funcionan los mismos ejercicios, ni siquiera explicados de la misma manera.
El cantar bien es una búsqueda continua de la mejora técnica y del propio ser. Personalmente he tenido que luchar mucho para encontrar maestros del canto, que no precisamente abundan en nuestro país. La investigación y actividad constante es vital para un cantante, la maestría está en la autocrítica y en la humildad. Siempre hay algo que aprender, pero también hay que saber de quién se aprende y qué tiene sentido anatómico y qué es simple palabrería. Hay que ser científico del canto lírico e interactuar con diferentes disciplinas que ayudan a comprender, como son la psicología, la fisioterapia o las técnicas de meditación orientales. En este sentido viajar y formarse con diferentes especialistas es fundamental porque la visión y entendimiento se abren para mostrarnos el camino más sencillo.
¿Quién es la Mónica Campaña que no está cantando?
Pues he sido muchas “Mónicas” a lo largo de mi vida, dependiendo de las situaciones. Hoy en día estoy en una fase muy buena, con mucha fuerza y renovada después de un gran trabajo de superación y vocal. Empiezo una nueva etapa siendo una Mónica más segura de sí misma, más madura y con gran ilusión en mi vida personal.
En cuanto a mi tiempo libre, soy aficionada al dibujo, estudié Bellas Artes en la Universidad de Málaga pero pronto dejé ese mundo y me pasé al de la música. A veces encuentro un momento para expresarme también en el retrato o en los comics. Y como comenté me encanta el jazz, suelo ir a conciertos y escuchar programas de radio que se especializan en jazz.
¿Qué otros planes te aguardan en 2018?
2018 está plagado de oportunidades, tengo muchas audiciones dentro y fuera de España. Aún no puedo adelantar nada, pero espero con gran interés cerrar dos contratos importantes, uno dentro de España y otro en Alemania. Pronto daré noticias de todo en las redes sociales.
Y para terminar, ¿qué dos o tres cosas todo cantante debería saber?
Bueno, un cantante lírico que se dedique profesionalmente a la ópera ya sabe lo que debe hacer. El resumen para gente externa a nuestro mundo es: ser perseverante, ser autocrítico, meditar, defenderse en diferentes idiomas y adquirir una base técnica que permita tener flexibilidad en el escenario. Estas características son esenciales para vivir de la ópera.