Cristina Goyanes y Jorge Valenty en una encantadora comedia

Por Horacio Otheguy Riveira

Ellos son como son, enredados en el quiero y no puedo, colgados más bien de toda clase de temores ante el amor; tropiezan en las disculpas constantes, los errores provocados, las divergencias y el temor de que él resulte gay o «ambidiestro» y ella se quede fuera, y el pánico de que la bruja de su suegra le destroce todos los encuentros. Cruce de vaivenes con toque de comedia, El otro lado de la luna cabalga con alegría sobre los lugares comunes de conflictos de pareja, pero lo hace con el deleite de una brillante química entre los protagonistas, Cristina Goyanes y Jorge Valenty, quienes se enamoran y pierden los estribos mientras encantan a quien acaba aplaudiéndoles.

El otro lado de la luna, de Jorge Ubieto, se arropa con voces sublimes como las de Gene Kelly en Singing on the Rain, que nos recibe al entrar en la sala, y Frank Sinatra que nos despide con su no menos célebre Fly Me to the Moon, un Llévame a la luna del que brota el título de la función con naturalidad, emblemática canción homenaje al estado mágico del encuentro amoroso, que cuando se quiebra tiene la oscuridad y la angustia de una región por donde sobrevivimos desolados. Con una estructura de comedia clásica de situación única (luna de miel en el Caribe) los ya casados pelean más que disfrutan en torno a una situación callada, un conflicto que ella balbucea, le carcome por dentro y convierte en duros enfrentamientos, siempre bañados de chispa humorística, hasta que se arriba al final feliz con estupenda coreografía de Luis Santamaría.

Jorge Valenty es el autor con el seudónimo Jorge Ubieto, también productor de la comedia al tiempo que la protagoniza con notable sentido del humor. Tiene una gran flexibilidad corporal que le permite dominar un personaje clave en este subgénero de la comedia romántica: el del hombre que se acerca a la madurez con una carga de infantilismo que nunca llega a irritar porque jamás pierde la capacidad de juego. El público femenino le señala como algo muy cierto («es que nunca dejan de ser niños»), y los espectadores masculinos se identifican a lo grande o en lo más ligero. Divertido y sentimental, su papel cuenta con muy buenos gags y encuentra en la gracia y sensibilidad de Cristina Goyanes la pareja ideal para que esta comedia ligera resulte divertida a la par que emotiva.

Un gozoso entretenimiento que cuando los intérpretes despiden al público saludándoles tras los aplausos se produce esa otra chispa de la sonrisa bien servida, del saludable encuentro entre la diversión y lo que buscan los personajes: un lugar al sol donde poder recibir sin tapujos los mejores sentimientos, el amor en sus diversas formas. Una de ellas es la que Goyanes-Valenty transmiten a lo largo de una función muy bien aderezada en sus cambios de ritmo y de vestuario (muy bellos los variados trajes que luce Cristina) con la eficaz puesta en escena de Lula Castellanos. El regalo final de La Voz de Sinatra con su rendido tributo al amor es el premio que llega después de una última escena estupendamente lograda con coreografía de Luis Santamaría: Fly Me to the Moon.


 
Teatros Luchana. Sábados 18 y 25 de agosto; 1, 8, 15 y 22 de septiembre, a las 20 horas [Confirmar horario en el enlace de comprar entradas, puede variar]. Precio: desde 9€
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