Mamá y papá (2017), de Brian Taylor – Crítica

 
Por Jaime Fa de Lucas.
El director y guionista Brian Taylor da un giro interesante al género zombi, haciendo que los progenitores de todo el planeta sientan un deseo incontrolable de asesinar a sus vástagos. Aunque Mamá y papá cuenta con una premisa bastante atractiva y con unos destellos audiovisuales fabulosos, al final acaba desaprovechando la oportunidad de lograr algo mucho más potente y significativo.
El tramo inicial posiblemente sea lo mejor de la película, con diálogos ácidos y ágiles, humor negro y recursos estilísticos muy sugerentes. Es una lástima, porque Taylor no tarda mucho en caer en los mismos tópicos de las películas sobre familias disfuncionales estadounidenses, con hijo pequeño que hace travesuras, hija rebelde que roba dinero y empieza a coquetear con el vicio y padres amargados que no han cumplido sus sueños.
Destacar la fotografía de Daniel Pearl y la banda sonora de Mr. Bill. Las actuaciones de Nicolas Cage, Selma Blair y los chavales son aceptables, nada del otro mundo. Los mensajes que se intentan asociar a la historia macabra, con guiños a la obsolescencia programada, el consumismo, el sueño americano… no aportan gran cosa, ya que apenas se profundiza en ellos.
Quizá lo más cuestionable es que Taylor deja que la balanza caiga más hacia el lado de lo cómico que de lo terrorífico, y al final Mamá y papá acaba funcionando mejor como comedia que como película de terror –y no creo que sea necesario decantarse por una de las dos si el director sabe cómo equilibrar ambas dimensiones–. Aunque éste sea el objetivo, una atmósfera amenazante un poco más conseguida habría ayudado mucho.
El genealógico giro final es ingenioso e imprevisible, pero por desgracia no sirve para dar peso conceptual a la propuesta, sino más bien para desarrollar un juego del gato y el ratón bastante trivial que sólo busca algo de efecto. Y aquí Taylor vuelve a malgastar la oportunidad de explicar el porqué de esas ansias homicidas o de profundizar en la relación entre padres e hijos. Porque en definitiva, ni todas las familias son iguales, ni todos los países son Estados Unidos.
 

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