La importancia de ser valiente para E E Cummnings
E. E. Cummings es quizá uno de los poetas más extraños y maravillosos que dio Estados Unidos en el siglo XX. Valiente rebelde de la forma poética y de la expresión del sentir humano, para él, en el momento en que sentimos no podemos sino ser nosotros mismos, y este es el instante al que muchos de nosotros le tememos más. Por esta razón, de acuerdo a este iluminado artista, tener miedo de sentir es lo peor que puede pasarle a alguien, pues implica una separación de lo que realmente somos.
Unos días antes de cumplir 59 años, cummings publicó en un pequeño diario de Michigan un texto titulado “A Poet’s Advice to Students” (“Consejos de un poeta para estudiantes”), una breve pieza de prosa escrita como si fuera un poema, que ofrece maravillosos consejos para la creación, la vida y el complicado arte de ser uno mismo en un mundo que parece pedirnos a gritos que no lo seamos:
Un poeta es alguien que siente, y que expresa esos sentimientos con palabras.
Esto puede parecer sencillo pero no lo es.
Mucha gente piensa o cree o sabe que siente —pero eso es pensar, creer, o saber; no sentir. Y la poesía es sentimiento.
Casi cualquier persona puede aprender a pensar, a creer o a saber, pero no existe un ser humano al que se pueda enseñar a sentir. ¿Por qué?
Porque cuando piensas, crees o sabes algo, te conviertes en muchas otras personas, pero en el momento en el que sientes, no eres nadie-más-que-tú-mismo.
Con palabras claras, breves y vigorosas, como las de su propia poesía, cummings establece la importancia de sentir como una experiencia íntima e irrepetible, como algo que nos hacer ser lo que somos, un camino vital y profundamente necesario para una persona cuyo camino implica la creación artística; esto es especialmente serio en el caso de los poetas.
Con respecto a expresar a nadie-más-que-tú-mismo en palabras, eso implica trabajar más duro de lo que alguien que no es un poeta puede imaginar. ¿Por qué? Porque nada es más fácil que usar las palabras de alguien más. Todos lo hacemos casi todo el tiempo —y cuando lo hacemos no somos poetas. Si al final de tus primeros 10 o 15 años de luchar y sentir encuentras que has escrito una línea de un solo poema, serás, sin duda alguna, muy afortunado.
Así que mi consejo a los jóvenes que quieren convertirse en poetas es: haz algo fácil, como aprender a hacer estallar el mundo, a menos que no sólo estés dispuesto sino también feliz de sentir y trabajar y luchar hasta que mueras.
¿Acaso suena deprimente? No lo es.
Es la vida más maravillosa en la Tierra.
O eso es lo que siento.
Ser valiente (algo que debe enseñarse desde que somos pequeños) es quizá el consejo más fácil y más difícil que podemos recibir: encontrar una voz propia y genuina es un trabajo que puede tomar toda una vida. Dirigido originalmente a quienes aspiran a ser poetas, este ensayo resulta imprescindible para cualquier persona, artista o no, pues habla de lo que cummings considera la lucha más verdadera que una persona puede hacer en su vida e invita, a través de una carta que es también un poema, a ser nada más y nada menos que nosotros mismos.