Por Alberto Medina.
A pesar de que las oportunidades de entretenimiento y de ocio son cada vez mayores, son muchas las parejas que peligran por el aburrimiento en sus vidas. ¿Y por qué no utilizar el anonimato de internet para dar un revulsivo a la pasión? Aunque son muchas las películas que hablan de cómo el mundo 2.0 está influenciando nuestras vidas, llega el 1 de junio a los cines la comedia El intercambio. La película dirigida por el malagueño Ignacio Nacho (y que él mismo escribe), es la misma obra que él también escribió para teatro y que fue interpretada por actores como Tete DelgadoGabino Diego o Pablo Puyol.
Se ha hecho de rogar Ignacio Nacho desde que dirigiera Poliedro en 2005, pero tras su paso por el teatro y por la televisión (SOS Estudiantes, 2004), salta a la gran pantalla con un excepcional elenco andaluz (a excepción de Hugo Silva y Rossy de Palma): Pepón Nieto, Natalia Roig, Mara Guil, Salva Reina y Paco Tous. La película trata de una pareja con muchos años de relación (Pepón Nieto y Natalia Roig) que intenta reflotar su vida sentimental con un intercambio de pareja que encontraron por internet (Hugo Silva y Rossy de Palma). Ya desde un primer momento surgen las dudas de Nieto y con ello los enredos más inverosímiles cuando llegan las más temibles sospechas.
La película, que se presentó en el Festival de Cine de Málaga y que fue rodada en la propia provincia, enamora por su guion trabajado y exige lo mejor a cada uno de los actores. No existen efectos especiales, no hay coches que explotan ni decorados demasiado detallados, simplemente el público será protagonista de una pequeña joya casi teatral. La película, que se desarrolla en varias escenas, juega desde un primer momento al misterio. Como en las películas de suspense, el espectador no sabe qué ocurre en la casa en cada momento.
El texto, inteligente. El intercambio es un regalo a Pepón Nieto (porque nadie es profeta en su tierra) donde ofrece al público un personaje brillante en su particular aventura entre las tinieblas. El resto de personajes también actúan con solvencia, siendo excepcionales Natalia Roig (Techo y comida, 2015) y Mara Guil (Chicas, 2009). Algunas escenas son ciertamente esperpénticas, como la venta a domicilio de biblias, y deberían ser recordadas como escenas memorables del cine español. Más forzados, sin embargo, están Hugo Silva y Rossy de Palma. Quizás si sus personajes no hubieran sido tan planos, probablemente la película hubiera sido mucho más cómica.
En definitiva, una película fresca y divertida, ideal para este verano, y esperemos que sea un revulsivo para el cine que se hace en Andalucía.