El origen de Los Futurianos
Por Silvia Pato (@SilviaP3)
Entre 1938 y 1945, en la ciudad de Nueva York, un grupo de apasionados por la ciencia ficción, conocidos como The Futurians, marcó un antes y un después en la historia del género. Ellos fueron el origen del inicio de la carrera de algunos de los escritores más emblemáticos del siglo XX, sin olvidar la presencia femenina entre sus miembros, en un entorno en el que, hasta entonces, era difícil abrirse paso siendo mujer.
Al principio de la década de los treinta, los aficionados a la ciencia ficción comenzaban a organizarse en pequeños grupos. Uno de ellos, tomándoselo especialmente en serio, convocó a una reunión en Nueva York a todos los interesados, por medio de una de las revistas pulp de la época. Pero pronto, por causas puramente ideológicas, surgieron los desacuerdos en el grupo, por lo que algunos de sus miembros adolescentes, militantes y simpatizantes de movimientos políticos de izquierdas, lo abandonaron y fundaron uno propio, haciéndose llamar The Futurians (Los Futurianos o Los Futuristas).
Cuando un joven Isaac Asimov (1920-1922) de 18 años acudió a la convocatoria que había leído en aquella revista de ciencia ficción, se encontró con estos últimos. Fue ahí donde se gestó la amistad que Asimov mantendría toda la vida con Frederik Pohl (1919-2013), uno de los fundadores de The Futurians. Pohl se convertiría en su agente literario, además de desarrollar su propia y fructífera carrera.
En 1939, la implicación política de Los Futurianos provocó que, en la primera Convención Mundial de Ciencia Ficción, la Worldcon, se les prohibiera la entrada. Ese mismo año, Pohl se casaba con una escritora e ilustradora futuriana, Leslie Perri (1920-1970), seudónimo de Doris Baumgardt. El matrimonio alquiló una casa en Brooklyn. Para compartir gastos propusieron a otros futurianos que se fueran a vivir con ellos. La vivienda fue bautizada como Futurian House (Casa Futuriana), donde escribirían y editarían sus revistas y publicaciones.
En la Casa Futuriana, en la que vivían los principales fundadores del grupo, como Pohl y Donald A. Wollheim (1914-1990), también se instaló Damon Knight (1922-2002), un joven de Oregón que, decidido a vivir del género de la ciencia ficción, llegó a la ciudad de los rascacielos dispuesto a convertir su sueño en realidad. Por otro lado, las escritoras eran parte fundamental de la asociación, y no se veían desplazadas como sucedía en otros sectores. Entre ellas, destacaron nombres como Virginia Kidd (1921-2003), que llegaría a ser agente literaria de Ursula K. Leguin (1929-2018) y Anne McCaffry (1926-2011), y la escritora Judith Merril (1923-1997), que además de desarrollar su carrera se convirtió en la tercera mujer de Pohl en el año 1949. No sería la última, el autor pasaría cinco veces en total por la vicaría.
Pero los futurianos tuvieron problemas en el vecindario, así que se vieron obligados a abandonar la casa y mudarse a un piso en Bedford Avenue, al que llamaron Ivory Tower (Torre de Marfil), tras el que se producirían otros cambios de residencia. Las cosas siguieron así hasta que, en 1945, terminaron con la asociación y aquella forma de vida. El enfretamiento entre Wollheim y otros miembros del grupo provocó su disolución. No obstante, la mayoría de los que había formado parte de él consiguió hacer realidad su anhelo de vivir de su pasión, ya fuera como escritores, agentes literarios o editores.
Cuando la asociación de futurianos se disolvió, Knight se embarcó en su propio proyecto, porque no quería que desaparecieran las motivaciones que habían originado la creación de The Futurians. Estaba empeñado en crear una asociación para escritores con la finalidad de proteger los derechos de autor. Así nació, en 1965, la que se convertiría en la más importante del género: Science Fiction Writers of America (SFWA), que Knight presidió hasta 1967, cuando le sustituyó Robert Silverberg (1935). Los presidentes de la SFWA fueron sucediéndose en el cargo de forma bianual y fue en 1982 cuando una escritora ocupó por primera vez tal puesto: la mexicana Marta Randall (1948).
Desde el principio, se estableció como requisito para ser admitido en la asociación ser escritor profesional. Se determinaba tal condición si uno había vendido un mínimo de tres relatos o historias cortas, un guion o una novela. En 1992, el nombre de la SFWA se alargaría un poco más para incluir el fantástico, y adoptaría el que conocemos en la actualidad: Science Fiction and Fantasy Writers of America. Cada año, desde su fundación, la SFWA otorga los Premios Nébula (Nebula Awards).
Kinght contaría sus vivencias sobre aquella etapa de su vida en su obra The Futurians: The Story of the Science Fiction «Family» of the 30’s that Produced Today’s Top SF Writers and Editors (1977). Un año después, Pohl escribiría también sobre aquellos años en su autobiografía The Way the Future Was: A Memoir (1978).
Fuentes: Uniradio, The Encyclopedia of Science Fiction