Hablamos con el baritono malagueño Jose Antonio Ariza
Por: Alberto Medina
El próximo 28 de mayo, el alumnado que culmina sus estudios profesionales de música en los Conservatorios Profesionales de Música Manuel Carra y Gonzalo Martín Tenllado llevarán al Teatro Cervantes de Málaga la obra maestra de Carl Orff: Carmina Burana. Al elenco de solistas formado por Carmen Boatella y José Antonio Larrubia, ambos alumnos de canto del CPM Manuel Carra, sumamos la inestimable colaboración del barítono malagueño José Antonio Ariza, que asume el papel solista de mayor envergadura de la obra.
¿Cómo surgió tu participación en Carmina Burana?
Este proyecto parte de una iniciativa de los conservatorios medios Martín Tenllado y Manuel Carra, en principio se iba a requerir sólo la participación del alumnado, pero para los solistas no se encontró ningún estudiante de canto que cumpliese con las necesidades para afrontar el papel del barítono solista, bastante exigente, así que un antiguo profesor me llamó, sabiendo que yo ya había cantado esta obra, y dado que soy antiguo alumno, me embarqué en el proyecto.
¿Cómo te has preparado para Carmina Burana? ¿Ha sido diferente esa preparación que para otras óperas como Dido y Eneas?
La partitura ya la he cantado en otras ocasiones, no requería estudio por ese lado, si bien he estado cantando hace poco en la tesitura mucho más grave de bajo, y para ponerme al día en el registro de barítono ligero, bastante agudo, que requiere el Carmina Burana, he tenido que vocalizar y cantar repertorio de agilidades y agudos, repasando habitualmente el número 11 de la pieza, el más exigente.
¿En qué tipo de tesituras de barítono te mueves?¿Cómo definirías tu voz?
Yo soy un barítono muy central, me defino como un barítono lírico con buenas agilidades, buenos agudos y buenos graves, en verdad soy bastante todoterreno, aunque me siento especialmente cómodo en el repertorio mozartiano, tampoco temo “demasiado” a las obras más exigentes para barítono de Verdi, y no tengo dificultades cuando tengo que cantar ocasionalmente algo más grave para bajo.
¿Cómo ha sido tu formación? ¿De qué profesores guardas mejor recuerdo?
Mi formación inicial partió de oír a mi hermana, una excepcional mezzosoprano, a la que acompañaba ocasionalmente a alguna clase, luego entré en el coro de ópera de Málaga, y a los 21 entré en el conservatorio medio a estudiar canto, con Valle Duque y luego con Francisco Heredia. Como ya tenía acabada la carrera de guitarra, me atreví a hacer la prueba para entrar al grado superior pese a estar en segundo de medio (son seis cursos), Paco Heredia me animó, y así entré en el conservatorio superior con Alicia Molina. También he recibido clases en cursos de verano de Álvaro Ramírez, y Pedro Barrientos. La verdad es que recuerdo con mucho cariño a todos mis profesores, aunque con la que he pasado más tiempo y me ha ayudado más ha sido Alicia Molina.
¿Tu familia tiene algún tipo de relación con la música?
Mis padres no, tengo un tío que fue en su juventud cantante pop, y mi hermana sí que fue inspiradora a la hora de entrar en el mundo de la lírica. Cuando ella empezó, desde el principio tuvo una carrera vertiginosa, y sin embargo yo era muy malo vocalmente hablando, tenía algunos desafines, dificultades y vicios vocales, pero había visto la evolución de mi hermana y aprendí a superarme a mí mismo.
¿Y cuáles fueron tus primeras influencias? ¿Y tus primeros papeles?…
Me encantaba oír a María Callas, a Plácido Domingo, y a Dietrich Fischer-Dieskau, me influenciaban especialmente los cantantes que sabían aplicar cualidades dramáticas a su interpretación, más allá de la perfección técnica. Mis primeros papeles fueron con la compañía Teatro dell´Arte, en la obra Cantares, un teatro musical lírico con piezas de Lorca y Falla, y luego vino Bastiano y Bastiana, de Mozart, y más de media docena más, una ópera por año con esta compañía. También fue muy especial para mí cuando canté Prometeus en la reapertura del teatro romano, y La bella Elena al año siguiente.
¿Has descartado algún papel que no te convencía?
A día de hoy no, que yo recuerde. Supongo que tendría que hacerlo si me encontrase con obras tan exigentes como Il ballo en Maschera, de Verdi, o Pelleas y Melisandre, de Debussy, pero son obras tan exigentes en todos los aspectos, que sólo suelen representarse en contadas ocasiones y en teatros altamente elitistas.
¿Cómo consigues respirar y poder cantar?
Con técnica aprendida en años de estudio, respirar adecuadamente es más complicado de los que parece, yo todavía recuerdo cuando me forjé el hábito e iba en el autobús camino o de vuelta del conservatorio practicando mis ejercicios de respiración.
¿Y te gustaría grabar algún disco?
¡Me encantaría, por supuesto!
¿Quién es el Jose Antonio Ariza que no está cantando?
Un hombre bastante atareado, este año estoy acabando la carrera de dirección escénica, y ha sido bastante estresante, pero bueno, al final se logra compaginar todo, e incluso sacar tiempo para estar con los amigos y la familia.
¿Cómo superaste los problemas relacionados con la acústica de los teatros?
Aprendes a amoldarte, hay salas con muy mala acústica, y debes saber proyectar la voz adecuadamente para hacerte oír según el repertorio. En otras ocasiones se encargan los técnicos y se llega a usar microfonía.
¿Qué otros planes te aguardan en 2018?
Bueno, ahora estamos llevando a diversos teatros la última producción de La flauta mágica, de Mozart, realizada por la compañía Teatro dell´Arte, y también representaremos en breve Rita, una ópera cómica de Donizetti. Tengo además conciertos líricos por la provincia de Málaga, y para la temporada que viene ya estamos dándole vueltas a hacer L´elixir d´amore, de Donizetti.
Y para terminar, ¿qué dos o tres cosas todo cantante debería saber?
La voz es un instrumento que hay que cuidar muchísimo, dada su fragilidad, además de los clásicos consejos de dormir bien, descansar vocalmente, nada de bebidas frías o muy calientes, o ser precavidos con los aires acondicionados, es conveniente saber adecuar el repertorio a tu voz, y saber cual es el repertorio más adecuado. Otro de los consejos personales que puedo dar es la importancia de saber actuar dramáticamente en un escenario se represente una obra escenificada o no, una buena dramatización para un cantante hace que realmente cobre vida lo que canta, más allá de ser un espectáculo virtuosístico de técnica vocal, es ahí donde reside la verdadera emoción que logra inspirar cierta catarsis en el espectador.