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Indelebles sus poemas

MARISOL SÁNCHEZ DE BLOG CLC.

Autora: Estefanía Toro.

Título: Indelebles en el tiempo, 1ª edición en 2017.

Editorial: viveLibro.

¿Quién es la madre de este poemario que nos deja con ganas de que decida (cuanto antes mejor) ser familia numerosa? Una chica que, desde pequeña, escribía para sanarse, para organizar sus pensamientos, para ponerle un par de tiritas al dolor y una dosis de paz a los problemas. Ella se llama Estefanía Toro, y sus letras no dejan indiferente a nadie.

La autora nació en Madrid, y se graduó en Administración y Financias. Pero sabe que los números no llenan un vacío que pertenece a las letras. Por eso decidió imprimir una colección de poemas, dar el paso y ofrecernos la oportunidad de leer sus rimas en papel. Su libro está dividido en tres partes: AMO Y SUEÑO, LLORO Y SUELTO y VIVO Y VUELO.

Leer cada uno de los poemas de Indelebles se asemeja a rozar, con un dedo, nata montada para, con una sonrisa, llevártelo a la boca y saborearlo despacio. Es verlo, sentirlo antes de que te bese, quererlo antes de probarlo, y una vez que lo tienes entre los labios, no necesitar perderlo para saber que quieres que se quede contigo.

Así, empezamos desde esa sensación de ver a esa persona que nos quita el aire –pero, en el caso de Estefanía, no las palabras-: «Quizás recuerdes aquel beso con prisa ansiosa, mis manos temblando, y mis oídos sordos ante unas palabras que brotaban de mi boca nerviosa. Y tú mirándome, incapaz de articular apenas dos frases porque yo las acaparaba todas.» Seguimos con la convicción de estar seguros de estar enamorados, de querer a la otra persona e intentar explicar cómo o por qué: «Te quiero, como se quiere un ataque de risa, un álbum de fotos antiguas, una tarde de lluvia con la cintura llena de cosquillas.»

Y, finalmente, cómo no. Toda historia tiene que tener algo de dolor, si no, no sería una historia real. O eterna. O ¿poética? Sentimos el dolor de Estefanía como propio, porque en algún momento lo fue. O lo será. O lo está siendo. «Historias complicadas, raras, que duelen, que calan. Disfrazadas de luz donde sólo hay añoranza, de algo que ni siquiera sabes si has perdido, donde nunca apreciamos lo conseguido.»

La escritora nos muestra un amor dulce, cariñoso, romántico, entregado. Y por qué no, bonito, muy bonito. Y con rima, con musicalidad, con belleza. Estaremos pendientes de futuros hermanos. Estaremos expectantes. Y, una vez que los abracemos, seguro que también nos enamoraremos de ellos, tanto o más que de Indelebles en el tiempo.

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