ESTÍBALIZ GARCÍA.

Si las paredes hablasen,

hubiera pedido consejo

encerrada en cuatro espacios,

ardiendo mis costados.

Si las paredes sintieran,

hubieran sentido el calor de mi espalda,

mis ojos húmedos

y mi boca tan callada

Si las paredes oyeran,

oirían mis gemidos,

mi desolación sin medida

y mi rabia envenenada.

Si las palabras oliesen,

olerían mi sudor,

de fátiga, de angustia

de demoler miedos.

Si las paredes vivieran,

no podrían sonrojarse,

ni pararse a pensar,

en la dicha de ser pared y no sentir.