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Todos los putos días de Berta Delgado Melgosa

 

Berta Delgado Melgosa es Profesora y correctora de estilo, se doctoró en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Valladolid donde también se licenció en Filología Inglesa. Colabora en revistas culturales españolas y extranjeras. Ha publicado el ensayo Neither Eagle Nor Serpent: la guerra de Vietnam como tema literario en la novela chicana (2012), también el libro de relatos “Los que sobreviven nunca son los mismos”, en 2014,
En 2016 publica el libro de cuentos e ilustraciones junto al fotógrafo masLucena, Ostranenie.
Berta Delgado Melgosa imparte talleres online de Crítica Literaria y además es profesora del máster de creación literaria de Cursos Culturamas.
 
“Todos los putos días” es su último libro publicado en marzo de 2018 y comienza así:
“NACÍ de una manera teatral y depravada, cachete y pocos lloros, lo que ha malogrado el resto de mi vida”
Para la autora, «Todos los putos días» es una historia de desamor con uno mismo. La envidia, el odio y la venganza nos dominan hasta que tropezamos con lo único importante para el ser humano: la necesidad de sobrevivir.
Lo que hagas después es cosa tuya.
Dice Berta que es un relato largo, aunque también se puede considerar  una novela breve. Leí el libro como una novela corta, y no eché de menos más tramas ni caracteres, tal vez porque, como Berta, no soy escritora de largo aliento y disfruto muchísimo las obras breves que son capaces de condensar la esencia de la naturaleza humana, como sucede con Todos los putos días.
Un libro que habla del deseo, del perdón, la culpa, el odio, la venganza, de estar tan pendiente de uno mismo que ves en los demás, lo que no son, sólo un reflejo de tu propio odio, y de la falta del amor propio.  La novela habla de cómo idealizamos y envidiamos lo ajeno para sobrevivir a lo propio.
Narrado el primera persona, Irati envidia a una Clara que en realidad solo es un ser humano tan normal o no, como la propia Irati. La novela está escrita a ratos con cierta ironía y sentido del humor, tal vez para poder soportar así la crudeza con la que la narradora retrata la crueldad de la naturaleza del ser humano, ese masoquismo salvaje y destructor que nos recuerda que la vida es eso, es ser todos los putos días.
El libro también nos habla sobre lo que pensamos que son los demás, pero solo en relación con nosotros mismos, de cómo el amor nos limita y hace que limitemos la vida de los otros y de cómo la culpa solo sirve para martirizar a quien la padece, ya que los demás, si tuvieran algo que perdonarnos, antes deberían ser capaces de perdonar sus propias culpas. La expiación en el libro tiene forma de cuchilla y la lluvia conforma un correlato de un duelo que la protagonista no quiere elaborar o de su propio masoquismo que no deja de mojar todo lo que pisa, como esa lluvia incesante de Bilbao.

El conflicto aparece desde el principio en el personaje de Irati y se va resolviendo a medida que crece su propia confusión y las dudas sobre los demás.
Me parece que Berta tiene una de las voces más interesantes que he leído de la narrativa actual, el tema del masoquismo como segunda lectura es sobrecogedor, la estructura precisa, el lenguaje y el ritmo narrativo, hacen de esta obra, casi un manual de técnicas narrativas para cualquiera que quiera acercarse a la ficción y aprender de la buena literatura.
Sonia Aldama Muñoz

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