'Lo que vio la criada', el drama psicológico japonés de Yasutaka Tsutsui
PEDRO PUJANTE.
Nanase es el hilo conductor, la protagonista de estas ocho historias. Su trabajo como sirvienta le permite recorrer distintos hogares japoneses y examinar las vidas de sus habitantes. Pero Nanase posee un don extrasensorial: leer la mente de las personas. Esta habilidad psíquica es la clave para ofrecernos un retrato profundo, despiadado y crudo de la sociedad nipona contemporánea. Las aparentes vidas felices de la clase alta son expuestas junto a las veladas miserias que padecen: traiciones, adulterios, miedos, fracasos, odios y egoísmos. Los hilos sutiles que comunican a los miembros de una familia son revelados con gran acierto por Tsutsui, un narrador irreverente, irónico y despiadado, que analiza finamente su sociedad sin ambages ni pusilanimidad. Una sociedad que se presta al teatro de las apariencias pero que por eso mismo esconde gran cantidad de esqueletos en sus armarios: la frustración de la vejez y el tedio de la jubilación, los secretos familiares vergonzantes, el deseo sexual extramatrimonial, la animadversión entre los seres queridos que se enquista en los corazones, el enigma del amor.
La mente de Nanase se convierte de este modo en un escenario caleidoscópico por el que desfilan los pensamientos más recónditos de los personajes de este teatro kabuki de las apariencias. Nanase logra descubrir relaciones adúlteras insospechadas, deseos sexuales primarios reprimidos, ambiciones y resentimientos que van más allá de lo razonable. Historias cotidianas que son exprimidas al máximo por el hábil juego entre realidad y pensamiento, dirimido entre las conversaciones triviales de sus protagonistas y los monólogos interiores que tan solo Nanase (y nosotros con ella) es capaz de vislumbrar, debido a su poder, arrojando luz sobre la oscura sima del alma de todos y cada uno de los seres que deambulan por este drama parapsicológico japonés.
En ocasiones, la historia alcanza momentos sublimes. Nanase registra la fuerza ciclónica del odio ajeno, experimenta las sensaciones de los demás e incluso lee la mente de alguien que sufre un mortal accidente, lo que le permite sentir la muerte en carne propia, una sinestesia terrible. También hay momentos de conmovedora tensión, como el episodio en que adivina las intenciones de uno de sus empleadores de violarla, o cuando se percata de que un psicólogo para el que trabaja está a punto de descubrir sus poderes mentales debido a una investigación que está llevando a cabo.
Ocho historias independientes que radiografían la sociedad japonesa desde dentro sin pudor, introduciéndonos a nosotros los lectores en la mente colectiva de sus protagonistas mediante un estilo sencillo y descarnado, pero brillante y agudo. Tsutsui es un clásico moderno, un pintor de batallas psicológicas irónico al que merece la pena tener en cuenta.