Siete inicios que siempre debes evitar en tu novela si quieres enganchar a tu lector
Soy Amalia Sánchez, creadora de Hera Ediciones, experta en novela negra y con más de 10 años ayudando a escritores noveles (especialmente de novela negra) a ver cumplido su sueño de estar en las librerías.
Hoy me gustaría hablarte de los 7 inicios para tu novela que siempre, siempre debes evitar si lo que quieres es que tus lectores te lean de principio a fin.
Pero antes de esto, me gustaría regalarte algo.
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Como te decía, hay libros cuyos comienzos no animan a seguir leyendo.
Gracias a la escritura de la tesis en la que ahora estoy metida de lleno, estoy descubriendo algunos libros que no sé cuál sería el objetivo del autor al escribirlos, pero te puedo asegurar que no era tener lectores.
En algunos de ellos, el inicio, el primer párrafo, que es el que abre la puerta al lector y el que le anima a continuar, es soporífero, aburrido, no aporta nada.
En otros artículos, para hablarte de los inicios te he puesto como ejemplo una relación sentimental que comienza: si en ese primer contacto con la otra persona no hay “feeling”, no hay más que hacer. O piensa en una comida. Si el camarero llega con el primer plato y está frío, reseco, salado, nada rico, pensarás que es un mal restaurante y no volverás más.
Pues traslada esto a un libro. Te la estás jugando a una carta. Si no consigues que en las 10 primeras líneas tu lector caiga rendido, lo habrás perdido para siempre.
¿Cuáles son los siete inicios que siempre debes evitar y que aburren al lector?
Inicio 1. Un comienzo estático o con poca acción.
Por ejemplo, esos inicios en los que se describe o una situación, una persona o un objeto, del tipo “Ella era alta, delgada. Su pelo, en cascada, caía sobre su espalda y hacía el efecto de una hermosa capa negra. Llevaba un vestido oscuro, diríase que algo antiguo, que no obstante lucía con armonía (…)”.
Aburre. Cansa. Y el lector no deja de pensar “¿y cuándo comienza lo bueno?”. Excepto que tu lector tenga la paciencia de Job, acabará aburriéndose, te lo aseguro.
Inicio 2. Esos capítulos donde hay muchos, cientos, miles de personajes, y que el escritor trata de presentar todos a la vez como si tuviera prisa.
Puede suceder en libros donde se describen sagas familiares. A veces también en novelas históricas. Y claro, ante tanto dato, el lector no puede asimilar esa información en tan poco tiempo. Se cansa y se aburre.
No abuses de las descripciones
Inicio 3. Esos inicios que no son más que una descripción constante.
Sí, seguro que te has encontrado con alguno.
Me refiero a esos textos en los que, en sus tres o cuatro primeras páginas solamente encuentras datos de cómo es un lugar. Una iglesia, una plaza, un bosque, una montaña…
Si estás tentado de hacer un comienzo así, pregúntate, ¿esta descripción es relevante para lo que tendré que contar después? Si respondes que no, ya sabes. O bien, ¿esta descripción puede acortarse y ser más breve? Si la respuesta es que sí, no lo dudes. Corta.
No abuses de palabras rimbombantes al comienzo
Inicio 4. Si piensas comenzar tu libro con palabras grandilocuentes, rimbombantes, para, stop.
Salvo que tu historia esté ambientada en la Edad de Oro o en la corte francesa de Luis XVI, no tiene sentido. Estos comienzos suelen echar para atrás al lector.
Todo en tu trama debe estar justificado, así que el empleo del lenguaje rebuscado y retórico, también. Si no es así, elimínalo. No tienes que demostrar que tienes un amplio conocimiento del lenguaje (se da por entendido que si escribes es así).
Cuidado con el uso del tiempo
Inicio 5. Evita los inicios retrospectivos, esos en los que das pistas de lo que sucedió en un tiempo pasado.
Lo interesante en este caso es que desarrolles el conflicto principal de la historia, de esta manera conseguirás que el lector se interese y pregunte por todos los hechos, acontecimientos y acciones que al personaje le han ocurrido antes y que le llevan a verse en esa situación.
Inicio 6. Desde el punto de vista formal, huye de inicios formados por párrafos seguidos, sin frases sueltas, sin puntos y aparte, sin formato.
Un inicio no son tres páginas escritas seguidas, sin parar y sin darle un respiro al lector. Lo que conseguirás con un arranque así es que tu lector no pase de la primera página, te lo aseguro, por muy interesante que sea lo que le estás contando.
Inicio 7. ¿Recuerdas esos comienzos referidos al tiempo?
Me refiero a esos tipo “Hace muchos, muchos años…” o “Desde que comenzó a escribir hace 15 años…”
Están muy usados. Agotados. Gastados.
A excepción de casos en los que un comienzo así sea necesario para explicar los sucesos que van a venir después, trata de ser un poco más original.
Por supuesto, si tienes alguna pregunta sobre alguna de las cuestiones que te he planteado, contáctame.
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Gracias.
Soy Amalia Sánchez, soy periodista, experta en género negro gracias a mi doctorado, y desde hace más de 10 años ayudo a publicar y a llegar a librerías autores exigentes que están dispuestos a aprender, que tienen en cuenta los detalles y la calidad, que quieren saber qué hacen bien y qué deben mejorar al escribir, que buscan crecer como escritores, que han invertido tiempo y esfuerzo en su libro y desean continuar trabajando para ser reconocidos y estar en las librerías. ¿Tú quieres esto? Te ayudo a conseguirlo.