"Silencios cantados", un musical confesional de María Villarroya
Por Horacio Otheguy Riveira
Con una voz bien templada, capaz de salir airosa de una composición musical que evita los lugares comunes —creada por ella misma—, María Villarroya se lanza sin paracaídas desde el vértigo de su soledad para romper amarras y echarse a volar bajo un lema tan desgarrador como dichoso: “¿Estás mejor? ¡Estoy mujer!”. Afirmación de una feminidad que ha salido victoriosa de una ardua lucha por ser ella misma. Explora amargas emociones y no pocos ensueños en un espectáculo con cuatro músicos excelentes y una cuidada puesta en escena del maestro Jaroslaw Bielski.
Silencios cantados es un musical atípico en forma de concierto, un show de teatro-canción por el que su autora desliza angustias de infancia y madurez con la elegancia de una bailarina, el donaire de una eficaz actriz de comedia y la fuerza de una cantante-actriz que controla los arrebatos propios de una revolución muy personal.
María Villarroya es la autora y editora del libro de poemas del mismo título, una obra autobiográfica editada con gran esmero en tonalidades diversas e ilustraciones imaginativas. Una profunda recapitulación personal, que aúna la prosa con numerosos poemas y canciones. Gran parte de su antología poética se ha convertido en el cancionero de este espectáculo. Como escritora, cantante, compositora, guionista y actriz ha dedicado más de un año en la preparación de un testimonio escénico muy valiente, y como tal, desmedido, excesivo en el protagonismo del personaje creado por la propia artista: la ficción de toda aventura teatral acoge bien la sinceridad de su proceso vital, pero reclama también un mayor empeño en la dramaturgia: demasiadas labores para un único artista por mucho talento del que disponga. Tal vez en una segunda parte, se forje una creación más completa y se logre pulir aspectos más variados, recreando momentos de su existencia con la intervención de otras figuras, ya que ahora echo en falta un desarrollo mayor de situaciones, anécdotas y personajes ausentes, de los que se pueda hablar y cantar sin necesidad de que aparezcan en escena, enriqueciendo de este modo el largo viaje solitario de una mujer que ha conseguido fugarse de muchas prisiones hasta encontrar su actual estado de plenitud.
Aun así, con sus desniveles, María Villarroya (a su vez con una espléndida página web) se erige en una creadora cuyo protagonismo es capaz de confundirse con los sentimientos más primarios y trascenderlos a través de la música.
Dame un toque de corazón,
harta de esta mente tan cansada,
que confunde y amedrenta
y no deja que termines nada…
y te apoltrona en un sofá,
y adormece tu mirada.
Date un toque de corazón,
hasta de esta mente tan lejana,
que te enfría, que no siente,
que te reta con sus armas…
y te tira cual colilla,
y adormece tu mirada.
Dame un Toque de Corazón,
que nos libre de esta mente tan cerrada,
que nos cuide, que nos hable,
que nos cante, que nos baile…
y nos libere de esta cárcel,
y despierte la mirada.
Date un Toque de Corazón,
que nos libre de esta mente tan mundana,
que nos acune y amamante,
que nos mime y que nos ame…
y nos abrace a la Conciencia,
hasta que la Luz nos llame.
¡Dame un Toque de Corazón!
¡Date un Toque de Corazón!
SILENCIOS CANTADOS
Guión, letra, música e interpretación: María Villarroya
Arreglos musicales: Josué Santos, Iván Valdés, Jacob Sureda
Músicos: Josué Santos (teclados y saxo); Dayán Abad (guitarra); Ana Mula (cello), Mauro Pugliese (piano)
Dirección escénica e iluminación: Jaroslaw Bielski
Movimiento escénico: Socorro Anadón
Dirección musical: Josué Santos
Vestuario: Carmen Granell
Maquillaje y peluquería: Adriana Valverde
Audiovisual: Óscar G. Villarroya
Fotografía: Óscar G. Villarroya, Julián Abellán
Producción Sí sostenido: Carlos Gómez
Producción ejecutiva: Sandra Reyes
Teatro Lara (Sala Cándido Lara) Siempre a las 22:30h: Martes 24 de abril. Miércoles 23 de mayo. Miércoles 20 de junio. Todos los jueves de julio y agosto (salvo el 9 y 16 de agosto).