Los surcos del azar

Por Haizea Ustaran
Los surcos del azar. Paco Roca. Astiberri

Los surcos del azar es una obra escrita e ilustrada por Paco Roca y editada por Astiberri ediciones en el año 2013. Un cómic, alabado tanto por los lectores como por la crítica, que ha logrado el premio Zona Cómic, el de mejor obra nacional del Salón del Cómic de Barcelona y el Rómics del salón del cómic de Roma 2014, además de haber sido traducido al italiano, francés y alemán.

Paco Roca es un historietista e ilustrador español nacido en Valencia en 1969. Comenzó como ilustrador en el mundo de la publicidad, pero pronto empezó a compaginar este trabajo con su pasión, la creación de novelas gráficas. Algunas de sus obras, publicadas bajo el sello Astiberri Ediciones, además de Los surcos del azar, son: El Faro, Arrugas” (llevada al cine en 2011), Las calles de arena, Emotional World Tour o El invierno del dibujante, entre otras. Muchas de ellas han sido galardonadas con diversos premios y han convertido a su creador en un historietista de gran prestigio a nivel internacional.

Una vez presentada la obra, voy a comenzar la reseña propiamente dicha. En primer lugar, el propio título de la obra merece una mención especial por varios motivos. Se trata de un título precioso y sugerente del que no tenemos muy claro qué esperar, pero que es, sin duda, prometedor. Pero además, proviene de unos versos de Machadonque podemos encontrar al inicio de la obra: “¿Por qué llamar caminos a los surcos del azar?”. No cabe duda de que es un título perfecto para una obra cuyos personajes se mueven por surcos inciertos que los llevan por derroteros aún más inciertos, sin saber nunca qué pasará después.

En lo que se refiere a la historia, Paco Roca se vale de las conversaciones con Miguel Ruiz (Miguel Campos según los textos de la época), ex combatiente de La Nueve , para contar un relato que nos transporta a esos años terribles de la la Guerra Civil Española (1936-1939) y la II Guerra Mundial (1939-1945) de la mano de La Nueve, una compañía formada por españoles republicanos que lucharon contra el fascismo y el nazismo en la época más turbulenta de la historia.

Será la vida de Miguel la que haga las veces de hilo conductor para mostrarnos cómo fue el devenir de todos aquellos que se enfrentaron al franquismo en la Guerra Civil Española, que perdieron y se vieron obligados a exiliarse.

Los surcos del azar comienza con una multitud esperando durante la noche a esos barcos que los sacarían de España. Miguel fue de los pocos que logró embarcar en marzo de 1939. Pero, lejos de salvarse, los surcos del azar lo llevaron, junto a muchos compatriotas, a campos de trabajo en Argelia, a formar parte del Cuerpo Franco de África (CFA) para luchar contra el nazismo que comenzaba a extenderse por Europa; y más tarde a ser uno de los de La Nueve, una compañía que desempeñó un papel fundamental en la liberación de París en agosto de 1944.

De este modo, Paco Roca nos trae algo más que sólo un cómic o una novela gráfica. Los surcos del azar trasciende el mundo del cómic y se sitúa al nivel del reportaje bélico, ofreciendo una historia que bucea en la intrahistoria española para rescatar la verdad de las garras del olvido.

La historia posee dos líneas temporales: Por un lado, las entrevistas entre Paco Roca y un anciano Miguel Ruiz, republicano español exiliado en Francia que narra sus vivencias como soldado de La Nueve. Por otro lado, los hechos narrados por el anciano, que constituyen la auténtica historia de Los surcos del azar.

Así, el relato alterna pasado y presente, ambos bien diferenciados por los distintos colores utilizados: Mientras el pasado posee colores normales, aunque oscurecidos; el presente queda representado mediante tonos amarillos o azules suaves, algo que refuerza aún más la focalización de la acción, haciendo ver que lo importante, el eje central, son los sucesos del pasado, no el presente.

Cabe señalar que tal conversación no es verídica, sino que se trata de una manera de atraer, para finalmente atrapar la atención del lector.

He de decir, que esta clase de estructura narrativa, este juego metarrativo me encanta, no solo porque no deja de ser original tener entre manos un relato narrado dentro de otro relato, sino también porque considero que aporta sensación de veracidad a los hechos narrados y ha conseguido atraparme a mí como lectora. Y, por si fuera poco, aligera la lectura, algo que se agradece ya que en obras como estas, no está de más un pequeño respiro.

Pero creo que la función de una doble línea temporal va más allá, es una especie de prueba para el lector, ya que las pausas resultan molestas sólo para alguien realmente interesado en lo narrado.

Los surcos del azar es una obra que hace reflexionar, es una obra que mueve las emociones del lector y deja una regusto agridulce a cada página leída. Es complicado enfrentar el análisis de una obra así, pero al mismo tiempo es muy interesante adentrarse en obras tan atrevidas.

Comenzaré diciendo que no deja de ser curioso cómo a pesar de que tanto la II Guerra Mundial, como la Guerra Civil Española han alimentado una enorme cantidad de obras, entre libros, series, películas y cómics, cada cual mostrando diferentes teorías, puntos de vista y perspectivas; sigue dando la sensación de que en todas esas historias quedan lagunas por cubrir.

Es curioso que después de que ambos sucesos hayan sido exprimidos hasta la asfixia, hasta que parece que no se puede inventar nada más, que no existe ningún nuevo giro que darle, llega Paco Roca para decirnos que no, que todo lo que hasta ahora nos habían ofrecido no han sido más que retazos de una verdad a medias, obtenidos a partir de simples arañazos en la superficie de la historia, sin llegar nunca al núcleo ni horadar la auténtica verdad.

Paco Roca nos enseña que el heroísmo no está en esos gobiernos que mandan tropas a luchar al frente, no está en esos gobernantes para los que quienes luchan y pierden la vida no son más que rostros en la niebla, no son más que medios para lograr fines. Fines que una vez logrados, son más importantes que quienes los hicieron posibles.

Es esta la razón por la que La Nueve cayó en el olvido. El problema es que la memoria colectiva tiende a relegar lo pequeño y a magnificar lo grande, sin entender que es de los pequeños esfuerzos de donde vienen grandes logros.

Con Los surcos del azar, Paco Roca devuelve a la memoria lectora los nombres y hazañas de un puñado de hombres que lucharon por ver un mundo más justo del que conocieron, aunque tal lucha significara perder por el camino a sus amigos, a sus familias, a sus conocidos, sus vidas e, incluso, aunque ello supusiera perderse a ellos mismos.

Paco Roca rescata del olvido hechos que la memoria tanto popular, como experta olvidaron, sin tener en cuenta que sin La Nueve el devenir de la historia no habría sido el mismo.

Suele decirse que una imagen vale más que mil palabras. En el cómic no queda otra, pero es que Paco Roca lleva esta sentencia a un nivel superior. En tiempos de guerra sobran las palabras para escenificar el sufrimiento y la crueldad, por lo que las ilustraciones se convierten en el centro de la narración.

Son unas ilustraciones sencillas, casi simples. Rostros construidos apenas con unos pocos trazos y, sin embargo, es difícil no sentir, no compartir, que nunca llegar a entender de verdad, las emociones de sus propietarios. Ilustraciones llenas de intensidad expresiva, donde los matices hablan por sí solos y hacen que las palabras sobren e, incluso, que resulten superfluas en silencios tan locuaces.

Página a página, los momentos de lo narrado se quedan clavados en la retina del lector y, momento tras momento, la historia se va grabando en la mente lectora, hasta que ésta termina y el pensamiento queda agitado por todo lo descubierto.

Para terminar, Los surcos del azar es una obra que no puede, no debe dejar indiferente. Una obra más didáctica que una clase de historia. Una obra que se acerca al mundo del documental para retratar una historia pasada, pero fundamental para el devenir del país y del mundo y para que la labor de todos esos soldados sea recordada. Una obra, en definitiva, inolvidable.

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