De Silver Kane a Jesús Carrasco
Por Sonia Rico.
Cuando pensamos en el Oeste nos queda muy, muy lejano. Nuestra mente se va a imágenes de esas películas famosas interpretadas por John Wayne. Sin embargo, lo que muchas personas no saben es que los escenarios elegidos para rodar la mayoría de esos films estaban en el desierto de Almería. Y, esta es solo una de las conexiones que unen el Far West con nuestro país.
Las llamaban novelas de “a duro” porque es lo que costaban en la época. Se vendían en los quioskos y, lo cierto es que, aunque se las ha considerado literatura de tercera clase, cientos de personas las compraban e intercambiaban, y estaban atentos a esas historias de vaqueros, sheriffs y justicieros así que eran muy populares pero despreciadas al mismo tiempo.
Francisco González Ledesma, o lo que es lo mismo Silver Kane, no fue el único que escribió novelas del oeste de “a duro”, pero me refiero a él porque tuve el placer de conocerle y tengo un recuerdo muy entrañable. Bajo este pseudónimo escribió más de 1000 novelas del oeste y él contaba que fue así como aprendió a escribir, que el ritmo era frenético para la editorial Bruguera y que combinó la escritura de estas con sus estudios de Derecho.
Con tan solo 21 años ganó el Premio Internacional de Novela con “Sombras viejas” y cuyo jurado estaba formado por Somerset Maugham entre otros. Sin embargo, su publicación fue prohibida por la censura que le tildó de “rojo y pornógrafo”.
Fue en 1952 cuando él mismo creó el pseudónimo Silver Kane para las novelas del Oeste y fue a raíz de esa decepción con su novela. Francisco estaba pasando una mala época cuando su tío Rafael y Francisco Bruguera le dieron la idea de que escribiera novelas del Oeste y fue Bruguera quien le propuso que buscara un pseudónimo ya que su apellido era común y poco atractivo para firmarlas. Por la primera le pagaron 1500 pesetas y, hacia el final de esta etapa, cobraba 12000. Escribía entre 3 y 5 novelas al mes y las tiradas oscilaban entre los 14000 y los 24000 ejemplares. Muy envidiable ahora, con los tiempos que corren para la literatura.
Más recientemente, en 2013, se publica Intemperie la novela de Jesús Carrasco, que se ha clasificado como “Western español” y con razón. Se trata de una novela cruda y dura en la que un niño se escapa de casa huyendo de unos hombres que le buscan. Entonces se encuentra solo ante la tierra árida, a la intemperie, y sigue adelante hacia ningún sitio, movido solo el afán por conservar su vida hasta que el encuentro con un pastor hace que cambie su vida y a la vez la de este hombre. El lugar donde se ambienta la novela es un sitio devastado por la sequía en el que impera la violencia. Los hombres que persiguen al niño se rigen por sus propias leyes, impunes, se aprovechan de las circunstancias para caer en el abuso de poder. El punto justiciero viene de mano el anciano pastor que lucha por ayudar y salvar la vida del niño a toda costa.
Esta fue la primera novela de Jesús Carrasco y sorprendió mucho por su destreza narrativa y por el uso del lenguaje. Utiliza palabras muy acordes con el momento y adaptadas a la zona rural de lo que está contado y lo hace con mucha maestría.
Si esta novela ha causado tanta sensación y se la ha calificado como drama rural o western a la española no es solo porque se localiza en el mundo rural, si no porque contiene los elementos de inocencia, justicia y maldad que representan el niño, el pastor y el alguacil.
Como veis tenemos el Far west más cerca de lo que pensamos y tanto la pericia de Silver Kane como la innovadora propuesta de Carrasco fueron y son muy bien aceptadas por el público español.
¿Seré que estamos ávidos de este tipo de historias?