'Música para feos', una obra de Lorenzo Silva.
Por Marisa Arias.
Editorial: Destino
Páginas: 224
Publicación: 2015
Género: Novela Contemporánea
Lorenzo Silva (Madrid, 1966) ha escrito, entre otras, las novelas La flaqueza del bolchevique (finalista del Premio Nadal 1997),Noviembre sin violetas, La sustancia interior, El urinario, El ángel oculto, El nombre de los nuestros, Carta blanca (Premio Primavera 2004), Niños feroces, Música para feos y Recordarán tu nombre.
En 2006 publicó junto a Luis Miguel Francisco Y al final, la guerra, un libro-reportaje sobre la intervención de las tropas españolas en Irak y en 2010 Sereno en el peligro. La aventura histórica de la Guardia Civil (Premio Algaba de Ensayo). Además, es autor de la serie policíaca protagonizada por los investigadores de la Guardia Civil Bevilacqua y Chamorro. Con uno de sus títulos, El alquimista impaciente, ganó el Premio Nadal 2000 y con otro, La marca del meridiano, el Premio Planeta 2012. Desde 2010, es guardia civil honorario.
Un amor con pulso
Debo empezar diciendo que enganchada a la novela negra española como me considero, como muchos saben, y habiendo leído previamente de Lorenzo Silva “Los cuerpos extraños” hace poco, -magnífica por cierto, esta novela, Música para feos, me ha impactado.
Para empezar ‘Música para feos’ es un giro a la narrativa de su autor. Una bella historia de amor pero no una historia cualquiera, sino algo que bien puede pasar en la actualidad en las relaciones personales. De hecho, entre sus líneas se utiliza el skype para sus personajes. En voz de su protagonista Mónica, vamos sabiendo de su vida en profundidad. De lo que piensa, siente, o dice. Una historia que perfectamente puede ser real entre dos personas que no se conocen de nada y que un viernes cualquiera por la noche, en un ‘bar x’, poniendo por caso, se conocen y eso pone el comienzo de algo que perdurará que el tiempo. Ramón, el protagonista masculino, no es hombre de muchas explicaciones pero todo termina saliendo en su debido momento y su vidas se entrelazarán.
Hay muchos secretos por el camino, que se van desvelando poco a apoco. Por lo tanto es una novela que aunque mantiene al lector con algo de suspense en este sentido, sobre todo se tocan los sentimientos y emociones de pleno. La empatía, por ello, es destacable. Igualmente nos encontramos un elemento importante que ameniza la trama y es, la importancia de la música en la vida de ambos. La lista de canciones enumeradas en la novela, es fácilmente localizable y uno bien podría descargárselas. Temas con los que también el lector, se pueda sentir identificado. Música de la época, años 80 o 90, que comparten y sienten. La pareja habita de forma implicada, en un pequeño mundo lleno de notas musicales donde los momentos juntos se viven intensamente. Es su personal lenguaje. Su comunicación personal y única. Su submundo.
Al final ella seguirá descubriendo su verdadero amor a toda costa, sabiendo más de él incluso que el mismo Ramón, -diría yo. Más cuando aún, a momentos de la trama, ambos están separados por las circunstancias. Me han gustado los dos personajes protagonistas por su carácter y cómo han sido diseñados. Desde el interior se desnudan para darle al lector lo mejor de cada uno. El final, para ser sinceros, tras las pistas que nos dan, y el transcurso de los hechos, casi lo esperaba, pero es un gran final para toda una gran trama de pasión que al lector le toma el pulso. Y que sin ser amiga de las grandes sinopsis a la hora de hacer una reseña, me atrevo a recomendar la lectura de este libro con devoción.
Dos personas que se abren una a la otra al final, con total sinceridad. Algo limpio y único. Una historia que convence. De hecho nos empuja a la reflexión para conocernos a nosotros mismos o a nuestras relaciones. Una forma idónea de transmitir y narrar cómo las personas nos vemos reflejadas de alguna u otra forma.
Me quedo con la frase del libro: “Somos feos pero tenemos la música “ ( el verso de Leonard Cohen que da pie a la novela).