Música nocturna de John Connolly

Música nocturna
John Connolly
Tusquets
Relatos

Por Juliano Ortiz
Si Connolly fuera un experto bartender literario prepararía sus tragos con una mezcla de varios ingredientes a saber; misterio, terror, fantasmas, hechos sobrenaturales, muertes, venganzas, bibliotecas, libros, erudición, intensidad, argumento, entre otros. Con ellos, en su justa medida, y ante sus consumidores, podría jactarse de ser un extraordinario hacedor de tragos. Y no faltaría, quien diría que es el mejor bartender del mundo.
Pero, no comiencen a exaltarse los fanáticos de Stephen King, que para ellos es esta definición; Connolly no es el mejor, es el Stephen King irlandés.
Y es más, redoblando la apuesta, me atrevería a afirmar que es la mejor versión de Stephen King, que de tanto publicar a tenido varios tropiezos literarios a pesar de su sabida genialidad.
Música nocturna contiene trece relatos que nos permiten ver la gran imaginación de Connolly y un aspecto inquietante de su prosa, la laboriosa estructura que arma para contar una historia que desemboca en un suceso increíble, increíble pero rodeado de cotidianeidad sutil y bella. El autor hurga en las mentes de sus personajes para mostrarnos a seres que en algún momento deberán tomar una decisión, y casi siempre es la más equivocada.
El relato que abre el libro, La Biblioteca Privada y Depósito de Libros Caxton, es una joya de este tipo de literatura. Un relato extenso pero al que no se sobra nada y que merece estar entre las mejores del género. El señor Berger, un abúlico y gris personaje que vive rodeado de libros y que de pronto se encuentra con una situación anormal, “La mujer salió de entre los arbustos. Se arremangó la falda, dejando a la vista un par de botines con cordones, y se dispuso a subir por el terraplén. El señor Berger ya corría hacia ella, pero continuó gritándole incluso cuando el expreso retumbó con más fuerza antes de pasar por su lado en una exhalación de ruido, luz y gasóleo. Vio que la mujer dejaba en el suelo su bolsito rojo, hundía la cabeza entre los hombros y, con los brazos extendidos, se arrojaba de rodillas delante del tren”.
Vale la pena destacar los cuentos que siguen al a la colección de fragmentos  denominada El Atlas fracturado y que, de una u otra manera, abordan a personajes que, o se obsesionan por un libro, o bien éstos son el leiv motiv de sus vidas aparentemente monótonas.
Como toda casualidad, el mal y el bien juegan a definir por penal, en ocasiones con el alma de las personas, en otras, con sus emociones. El terror se presenta ambiguo o descarnado, solitario o envuelto de toda una génesis en la que el destino parece caer insoslayablemente. El horror, la muerte, los fantasmas, las sombras que se esconden detrás de cada persona y que día a día nos cubren con sus dudas, sus misterios, y ese hueco ínfimo por donde puede pasar la peor de nuestras pesadillas.
El libro contiene en su parte final, un breve ensayo en donde señala sus gustos literarios y algunos pensamientos sobre diversos puntos de su vida y la de los escritores en sí. Bien podría haber eludido este último escrito, pero igualmente nos da la pauta del criterio de Connolly para romper con toda estructura y hacer lo que se le viene a la gana.
Y por sus relatos, la verdad, que lo tiene muy merecido.
John Connolly (Dublín, 1968) estudió filología inglesa en el Trinity College y periodismo en la Dublin City University. Reside en Dublín, pero pasa parte del año en Estados Unidos, donde se desarrollan sus obras. Es autor de la novela Malvados, del volumen de relatos de terror Nocturnos y de la serie de novelas policiacas protagonizadas por el detective Charlie Parker, tituladas Todo lo que muere (Shamus Award 1999), El poder de las tinieblas, Perfil asesino, El camino blanco (Barry Award 2003), El ángel negro, Los atormentados, Los Hombres de la Guadaña, Los amantes, Voces que susurran, Más allá del espejo, Cuervos, La ira de los ángeles, El invierno del lobo y La canción de las sombras.