Las primeras líneas pueden ser mortales para quien escribe. Es el momento de enterrar el arpón de la piel del lector y tirar, con fuerza, para que se quede. He aquí una recopilación de los mejores inicios de novelas a lo largo de la historia.
No sé si por ser relativamente reciente, pero en estas listas siempre echo en falta el de ‘Sed de champán’, de Montero Glez:
“El Charolito sólo se fiaba de su polla. Era la única que nunca le daría por el culo”.
No sé si por ser relativamente reciente, pero en estas listas siempre echo en falta el de ‘Sed de champán’, de Montero Glez:
“El Charolito sólo se fiaba de su polla. Era la única que nunca le daría por el culo”.