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Natalia Fernández de Castro: la amiga de Bécquer

Por Silvia Pato (@SilviaP3)

El siglo XIX contó con más autoras españolas de las que, en ocasiones, nos imaginamos. Más allá de nombres como Emilia Pardo Bazán, Carolina Coronado o Colombine, hubo otras que, al verse también obligadas a firmar con seudónimo masculino, fueron sometidas a un sencillo olvido. Sus nombres perdidos terminaron enterrándolas en la memoria de aquellos que jamás supieron que leían lo escrito por una mujer.

Natalia Fernández de Castro y Bustamante (1834-?) fue una de ellas. Esta santanderina, hija de un hidalgo de Comillas, dedicado a la actividad mercantil, que se había casado en México, pasó gran parte de su juventud en Cádiz, ciudad a la que la familia se mudó cuando ella tenía once años. Sus padres le dieron una buena educación para la época y con veintidós años contrajo matrimonio en secreto con Miguel de la Torre de Trasierra, un comandante de caballería.

Los recién casados se instalaron en Madrid, en el número 2 de la calle Santa Clara. Fue en la capital donde la escritora estrechó amistad con Gustavo Adolfo Bécquer, con quien intercambió numerosa correspondencia. La existencia acomodada de Natalia se vio de pronto truncada cuando cumplió los 33 años. El negocio familiar quebró y poco después falleció su marido, dejándola viuda con tres hijos de once, seis y cinco años de edad. Con escasos recursos, decidió entonces intentar salir adelante a través de su pluma, por lo que acudió a Bécquer en busca de apoyo y consejo. Este leyó alguna de sus novelas, e incluso los descendientes de la santanderina conservan alguna de las cartas manuscritas del poeta.

Mi apreciada amiga:
He comenzado a hojear la novela que ya conocía en parte y sin poderse
determinar un día fijo creo que muy pronto la dejaré repasada. Respecto
a la traducción creo que puedo pedir unos 900 reales. Las traducciones
se pagan bastante mal.
Aprovecho con gusto esta nueva ocasión que se me ofrece de repetirle
que estoy siempre a sus órdenes y que de ningún modo podría serme más
agradable que disponiendo como le plazca de su verdadero amigo.
Gustavo Adolfo Bécquer
Hoy, 20 de noviembre de 1870
Bécquer
Dos décadas después, en los Juegos Florales de Matanzas, en Cuba, Natalia participó con la novela histórica El Palacio (1891), conservada en la Universidad de Harvard. La autora escribía con asiduidad para el periódico mexicano El Tiempo, pues mantenía contactos en el país a través de su familia materna. Así, se encargó de la columna titulada «Cartas del Extranjero, España, Revista de la Semana», que firmaba con el seudónimo de Luis de Viana.  En la actualidad, muchos todavía desconocen a esta amiga de Bécquer.
FUENTE: Cózar Navarro, María del Carmen. «Natalia Fernández de Castro es Luis de Viana: una corresponsal gaditana en la prensa mexicana».Trocadero (21-22). Universidad de Cádiz.

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