10 consejos del Dalái Lama para conservar (y que no te roben) tu energía
La noción de energía está asociada, en el imaginario occidental, a la de trabajo: de hecho, las ciencias definen la energía como la capacidad misma para realizar un trabajo o una labor. En términos espirituales, la palabra energía puede tener muchas otras connotaciones: puede tratarse tanto del impulso vital mismo como de la libido freudiana e, incluso en un aspecto más superficial, de la motivación para realizar nuestras tareas diarias.
En este punto de contacto entre nuestra vida interior y el mundo social, el Dalái Lama ha hablado sobre ciertos aspectos que pueden drenar y vaciar nuestro potencial energético hasta dejarnos agotados sin saber por qué. Los ladrones o “vampiros” energéticos pueden ser relaciones de codependencia donde los participantes se alimentan unos de otros en escalas poco equitativas; pero existen situaciones en la vida que también tienden a vampirizar nuestras reservas de energía, y con las que no siempre sabemos lidiar.
Desde los asuntos más triviales (como resolver los problemas económicos con practicidad) hasta los acuerdos de amistad que se convierten en esclavitud, el Dalái Lama nos ofrece un decálogo para sanear y afinar nuestras relaciones con nosotros mismos y con el mundo de manera que esta energía que todos tenemos pueda ser aprovechada en con mayor libertad.
1- Aléjate de la gente que sólo viene a darte quejas, problemas, historias desastrosas, miedos y juicios sobre otros. Si alguien busca un bote para tirar su basura, procura que no sea en tu mente.
2- Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo, cobra a quienes te deben o elige dejarlo ir, si es imposible cobrarles.
3- Cumple tus promesas. Si no has estado cumpliendo lo que prometes, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes el derecho de cambiar tu opinión, de disculparte, de compensar, de renegociar y ofrecer una alternativa ante una promesa rota; pero no como un comportamiento usual.
4- La forma más sencilla de evitar fallar en algo que no deseas hacer, es decir NO desde el principio.
5- Elimina en lo posible y delega tareas que prefieres no hacer y ocupa tu tiempo haciendo lo que amas hacer.
6- Date permiso para descansar si estás en un momento en que lo necesitas y date permiso para actuar si el tiempo es apropiado.
7- Tira [cosas], ordena y organiza, nada te quitará más energía que un lugar desordenado lleno de cosas del pasado que ya no necesitas.
8- Dale prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo funcionando de la mejor manera, no puedes hacer mucho. Toma descansos.
9- Confronta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o familiar, hasta tolerar las acciones negativas de personas o grupos; toma las acciones necesarias.
10- Acepta. NO es resignación, pero nada te hace perder más energía que enfrentarte o luchar frente a una situación que no puedes cambiar.
Perdona, deja ir las situaciones que te causen dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor en el recuerdo.