Siete historias "Contra la democracia" imperante

Por Horacio Otheguy Riveira

La ruindad del sistema político que impera en el mundo occidental y cristiano es de tal calibre que convierte el sistema democrático en una hermosa novia, debajo de cuyos vestidos sólo hay un monstruo que nos devora, que nos alimenta a base de bien con altas dosis de conformismo en la miseria moral y económica. Somos masa tirada sobre las cuerdas, golpe tras golpe, con seudos efectos mágicos del «mejor sistema del mundo», creando elecciones tramposas, bipartidismos al servicio de políticos corruptos, banqueros, especuladores de alto standing… Con todo esto, el escritor Esteve Soler pergeñó un espectáculo de horror y miserias, de humor negro implacable, en el que, sin embargo, tras el desasosiego de sus constantes florece la esperanza en la solidaridad. No entre los personajes, furibundas o sumisas víctimas del sistema, sino en nosotros como «personajes» de nueva especie, espectadores que asumimos la responsabilidad de oponer resistencia, de lanzarnos al día a día con la mirada fresca, como aquellos seres de Ray Bradbury, unidos por la memorización de los libros leídos, en tiempos de quema de bibliotecas enteras (Fahrenheit 451).

A lo largo de siete historias, Contra la democracia conmina a la resistencia con un mensaje tan rico escénicamente como efectivo en su contenido. En general alejado de la retórica militante, cuando cae en ella lo hace con el mismo arte con que nos ha contado la extraña experiencia de una buena pareja que, esperando la bienaventura soñada, no tendrá otra opción que dejarse devorar por aquello con lo que suspiraba como última esperanza.

Padres terribles festejan cruelmente el cumpleaños de su chico. De la alegría fingida al crimen despiadado.

Historias con una continuidad muy bien estudiada, pero que aquí no respetaré para dejar al lector la posibilidad de convertirse en un espectador sorprendido lo más plenamente posible.

Se trata de una producción en la que la originalidad de las secuencias tiene un desarrollo de gran calado, llevado a cabo por un cuarteto de muy buenos intérpretes comprometidos profundamente con el planteamiento ideológico.

La dirección de Antonio C, Guijosa (Trilogía de la cegueraMármol) ha conseguido una conmovedora armonía de voces y espacio escénico, desde los mínimos detalles a los más espectaculares están controlados por unas cadencias por las que desfila el alucinado muchacho que el día de su cumpleaños se entera de que sus padres le odian con inusitada pasión; dos gandules poderosos de la historia universal se topan con una bella joven cuyo desafío no están dispuestos a tolerar; políticos en el poder arman y desarman la ciudad que se les antoja para bien de sus bolsillos y la habilidad que aplican para crear la oposición ideal; compañeros de trabajo que pasan del divertimento al salvajismo, mientras unos desconocidos se enteran de que ninguna cifra existe más allá del número 6…

Todas propuestas que generan asombro y admiración, con un pico muy alto cuya excelencia corresponde a una de las actrices, Memé Tabares, con un dominio muy grande del árabe en acento y dimensión emocional, ya que encarna, después de ocuparse de algunos de los personajes más potentes de la función, a una mujer que suplica la justicia del mundo democrático para que nadie intente… quitarle su burka.

Una experiencia audaz muy bien recibida internacionalmente. Un compromiso de quienes la interpretan y de quienes la aplaudimos. Corre una voz en un idioma por todos comprendido Contra la democracia que, con su disfraz de bondadosa igualdad para todos, envenena las aguas de la población para beneficio de un monstruo que todo lo devora con su codicia e impiedad.

 

 

Gabriel Moreno y José Vicente Moirón rematan con un final inesperado, mezcla de historia y presente que deja al descubierto la prepotencia absoluta de la clase dirigente.

 

CONTRA LA DEMOCRACIA

Intérpretes: José Vicente Moirón, Memé Tabares, Gabriel Moreno, Marina Recio
Autor, traducción: Esteve Soler
Dirección: Antonio C. Guijosa
Diseño de Escenografía: Mónica Teijeiro
Diseño de Vestuario: Rafael Garrigós
Selección Musical: Antonio C. Guijosa
Diseño de iluminación: Daniel Checa
Maquillaje: Pepa Casado
Complementos vestuario araña: En la Chácena
Fotografía: Vicente S. Román
Traductora de árabe: Souad Sani Hdidi
Dirección de Producción: José V. Moirón / Gabriel Moreno
Ayudante de producción: Eduardo Bravo
Comunicación: María Díaz
Producción: Teatro del Noctámbulo
Distribución: Mara Bonilla
Agradecimientos: Souad Sani Hdidi, Sauma Rodríguez, David Sánchez (Sala Tú, Madrid), Lucía Fuengallego, Miguel Murillo, Marilán Pérez, Ana González, Miguel Galván, Teatro López de Ayala, Mari Carmen Hurtado, Sastrería Cornejo.
Teatro Galileo. Hasta el 8 de octubre, de jueves a domingo.

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