Fernando Travesí

Escritor y dramaturgo galardonado con el Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca por su obra “Ilusiones Rotas”. Entre su producción teatral se incluyen “Palabras de amor, sangre en la alfombra”, “Tú, come bollos”, “Acuérdate de mí”, “El Diván”, "El espacio entre medias" y "La sensación de no saber estar", representadas en diversos escenarios españoles (incluyendo el de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos) latinoamericanos y estadounidenses. En el ámbito narrativo, es autor de la novela “La vida imperfecta”, (Editorial Editorial Siltolá, España. Editorial Planeta, Colombia) premiada con el Premio de Novela Corta del Fondo de Cultura Económica (Colombia). Es también autor del libro "Peter, Niño Soldado" (Ed. Martínez Roca, Grupo Planeta 2004) y su más reciente publicación e el libro de relatos “El otro lado de las cosas (que ocurren bajo el cielo de París)” (Editorial Siltolá, España)

10 thoughts on “Un día triste

  • Grande y certero siempre mi querido Nando.

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    • Gracias Christine. Un abrazo.

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  • Lo comparto, encantadísimo de leerlo Fernando, desde Palamós en Gerona. ¡¡Gracias!!, por el recuerdo.

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    • Gracias Ernesto. Un abrazo, ánimo y calma. Mucha calma.

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  • Sí, triste, muy triste que la violencia sea una de las protagonistas de este domingo.
    Preocupa que las distancias entre las posiciones se hagan aún más grandes e irreconciliables.

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    • Sí, tienes toda la razón. Y preocupa mucho que como sociedad no se sea capaz de gestionar estas tensiones y encontrar soluciones en las que quepan todos. Una verdadera lástima. Un abrazo

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  • Precioso artículo… tan agudo como siempre.

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  • Gracias, Nando por tu aportación de lucidez honesta. Nos resulta, tristemente, muy necesaria en estos días sombríos que parecen oscurecerse más cada hora que transcurre. El escenario se parece peligrosamente a otros que ya hemos observado en otras tierras, en otros momentos, ahora mismo, en otras latitudes. Empiezan a no sernos tan ajenos, no sé de cuánto tiempo disponemos antes de que todo asfixie tanto que no quede un espacio mínimamente respirable. Pero respiramos, estamos vivos, conformamos nuestra sociedad, todavía nos quedan los gestos y las palabras …¿y si los juntamos?

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    • Gracias Mónica. Sí, escenario tristemente familiar… Espero que nos quede el tiempo suficiente para reaccionar y manejar los conflictos sociales y políticos (siempre inevitables) de manera constructiva en lugar de al revés. Un abrazo

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