Joaquín Pérez Azaústre: 'Poemas para ser leídos en un centro comercial'
«La ruta del domingo por la tarde es el territorio de una devastación. Puede estar matizada, medida en el contorno de unas horas que se ocupan deprisa, si se vuelve del campo, con el coche hasta arriba de cansancio abatido y también la impresión de que el sol se ha quedado dentro de la camisa, como un vapor ardiente».
Llega a las librerías Poemas para ser leídos en un centro comercial (Ed. Fundación José Manuel Lara, Colección Vandalia), el más reciente trabajo del autor cordobés Joaquín Pérez Azaústre, quien explica que inició el viaje de este nuevo libro cuando, paseando por un centro comercial, tuvo la impresión de estar atravesando las ruinas rutilantes de nuestra memoria sentimental, poblada por escenas y personajes de un imaginario compartido. Elogiado por maestros de la talla de Gimferrer o Caballero Bonald, Azaústre combina en este libro el rigor y el brillo de estilo presentes en toda su obra, con la capacidad para llegar a un público amplio. Concebidos y escritos a lo largo de una década, a raíz de la publicación de El jersey rojo (2006), estos poemas continúan una veta que ha seguido desarrollándose en paralelo a las entregas posteriores de Pérez Azaústre, nacida de la fecunda imbricación del arte popular en el discurso emotivo. Tras acabar el citado trabajo, el poeta sintió que su escritura continuaba, pero de otra manera: “Predominaba, digamos, un cierto intimismo culturalista popular. Ya entonces lo titulé Poemas para ser leídos en un centro comercial, porque hay veces que un título nombra un libro, como sucede en este caso. El título ha sido faro, guía, pulso y orientación”.
Hay en los poemas, señala el autor, “dos ideas más o menos evidentes: la imagen del centro comercial como lugar de reflexión indirecta para una parte de la cultura contemporánea, o lo que hemos entendido como cultura desde un planteamiento popular –el cine especialmente–, y la reciente devastación de esos espacios, poco a poco abandonados, porque las formas de consumo se han individualizado. Hay también una nostalgia del rito simbólico de las salas de cine, que parecen definitivamente abandonadas como lugar de encuentro”. El resultado es un libro redondo y singular, desprejuiciado, deslumbrante, en el que destacan el pulso periodístico ajustado al margen del poema, la alternancia en verso y prosa, el contraste entre el voluntario prosaísmo versal y la prosa poética, la referencia cinematográfica manejada con un cierto intimismo cercano a la autobiografía, y también la capacidad natural del poema para encarnar cualquier discurso artístico, cualquier mapa de imágenes y ritmo, desde varios niveles limítrofes de lenguaje, hasta convertirse en una realidad nueva.
«Volver a la ciudad. Eso es el domingo por la tarde: un regreso a la vida, quizá desde la sierra, desde el mar anguloso con regiones exactas, en esa latitud en la que nunca llegamos a ser nosotros mismos. Estados del paisaje sin dureza diaria, con la serenidad tibia de sombras en su estremecimiento».
Joaquín Pérez Azaústre (Córdoba, 1976) ha publicado los libros de poemas Una interpretación (2001, Premio Adonáis), Delta (2004), El jersey rojo (2006, Premio Fundación Loewe Joven), El precio de una cena en Chez Mourice (2007), Las Ollerías (2011, Premio Fundación Loewe) y Vida y leyenda del jinete eléctrico (2013, Premio Jaime Gil de Biedma). Como narrador, ha publicado el libro de relatos Carta a Isadora (2001, Premio Andalucía Joven) y las novelas América (2004), El gran Felton (2006), La suite de Manolete (2008, Premio Fundación Unicaja Fernando Quiñones), Los nadadores (2012) –traducida al inglés, al italiano y al francés– y Corazones en la oscuridad (2016).
.
Poemas para ser leídos en un centro comercial. Joaquín Pérez Azaústre. Editorial Fundación José Manuel Lara, 2017. 144 páginas. 11,90 €
.