Sara Moraleda en "Don Gil de las calzas verdes", de Tirso de Molina
Por Horacio Otheguy Riveira
Un clásico marcado por las líneas maestras de fray Gabriel Téllez, un religioso por necesidades económicas, como tantos en la época (Lope de Vega incluido), pasó a la historia como Tirso de Molina (1579-1648): creador de piezas teatrales en las que destacan personajes femeninos de gran fuerza, como esta Doña Juana que ha de conquistar a su amor verdadero con un travestismo insólito en la época, comienzo de una serie de enredos hacia el final feliz del amor por encima de todas las cosas. En el trayecto, risas y suspense porque el devenir del quiero y no puedo alienta toda clase de suspicacias y tropiezos peligrosos.
Para dar una idea del fulgor con que la comedia se expande, he aquí una síntesis de personajes principales, según acertada publicación de Wikipedia:
- Doña Juana, doncella de Valladolid, enamorada de Don Martín, que se hará pasar por un caballero, Don Gil, ante Doña Inés, provocando la confusión, pues Don Martín se presenta con el mismo nombre falso.
- Don Martín, caballero de Valladolid, que para casarse con Doña Inés adopta el falso nombre de Don Gil.
- Doña Inés, doncella de Madrid, cuyo padre quiere casarla con Don Martín pero que se ha enamorado de Don Gil/Doña Juana.
- Caramanchel, criado de Don Gil/Doña Juana.
- Don Pedro, padre de Doña Inés.
- Don Juan, caballero de Madrid, enamorado de Doña Inés, quien le correspondía antes de enamorarse de Don Gil/Doña Juana.
El director Hugo Nieto se ha entusiasmado con la producción:
Hoy queremos rendir tributo a una de nuestras más exquisitas y excelsas comedias y al teatro que lo vio nacer. Así que nos hemos puesto “sus calzas” a ver cómo nos sientan. Y es que esta perfecta e intricada máquina de enredo sigue divirtiéndonos y asombrándonos.
La trama, una de las más complejas de todo nuestro Siglo de Oro, presenta un auténtico tour de force del ingenio de “Don Gil-Tirso”. El mercedario, un Billy Wilder del siglo XVII, nos presenta una obra de enredo cuasi cinematográfica. Y en esta dirección hemos querido abordar nuestro montaje: agilizar versos y escenas, clarificar la intrincada trama, bailar un poco entre gilada y gilada. Y todo para alimentar esa sucesión alocada de apariencias y embelecos que es el Don Gil. Sin más aditamentos. Bueno, sí: unos granos de pimienta: sustituir los guiños a la contemporaneidad de Tirso por guiños a la nuestra. Y hablar del Madrid de Tirso y de nuestro Madrid de hoy. Y listo este Don Gil o “Con calzas y a loco”.
Sin embargo, para quien esto suscribe, el resultado está muy lejos de tamaña empresa. Del magnífico embrollo escénico de la comedia de Tirso no es fácil salir bien parado cuando se ha optado por una recortada y muy acelerada versión en la que se pierden los matices y los buenos actores han de vérselas moradas para permanecer atentos al farragoso texto que se ha creado para «aligerar» el original, mechándolo de chistes de actualidad poco y nada acertados.
Del buen reparto, destaca la protagonista, Sara Moraleda, quien se lanza con gran esfuerzo a componer su personaje con las difíciles coordenadas impuestas. Las dificultades por mantener el tipo entre tantas escenas atropelladas, a menudo sin lógica alguna, con exceso de explicaciones al público que lían más la historia, son salvadas con mucha gracia. Moraleda ha creado en otras funciones personajes muy distintos, razón por la cual su esfuerzo en este Tirso adquiere mayor valor. Por ejemplo, fue muy notable su participación junto a Arturo Fernández con dirección de Boadella en la obra de este último, Ensayando Don Juan, y más adelante —por citar sólo tres funciones—, fascinante labor de equipo en las polémicas Pingüinas de Arrabal/Pérez de la Fuente, o brillante interacción en un espectáculo muy gratificante: Este es un país libre, y si no te gusta vete a Corea del Norte.
En definitiva, en torno al brillante trabajo de Sara Moraleda, un elenco eficaz en un breve ejercicio teatral (hora y cuarto de duración), especialmente recomendable a los adictos a las versiones muy libres de los clásicos.
SARA MORALEDA – Doña Juana/Don Gil
NATALIA ERICE – Doña Clara/Quintana
MARIA BESANT – Doña Inés
JORGE MUÑOZ – Caramanchel/Don Diego
SAMUEL VIYUELA – Don Martín
FÉLIX ESTAIRE – Don Juan/Don Pedro/Celio
DIRECCION
Hugo Nieto
DRAMATURGÍA
Alberto Gálvez
AYUDANTE DE DIRECCIÓN Yaiza Ramos
ACTOR SUSTITUTO / ASISTENTE DE DIRECCIÓN Didier Otaola
ESCENOGRAFÍA y VESTUARIO Paola de Diego
AUDIOVISUALES Eduardo López
ILUMINACIÓN Chiqui Ruiz
FOTOGRAFÍA Cristina
PRODUCCIÓN Teatro de Acción Candente S.L.
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