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Marie de Gournay: la hija adoptiva de Montaigne

Por Silvia Pato (@SilviaP3)

Marie Le Jars de Gournay (1565-1645) es recordada con frecuencia como la hija adoptiva del filósofo Michel Montaigne, aunque esta escritora, traductora y filóloga francesa sea una de las precursoras del feminismo allá por el siglo XVII.

La hija de Guillaume Le Jars era una lectora voraz que estudió latín, griego, física, geometría, literatura, filosofía e historia de manera autodidacta, y cuando el padre falleció, la joven se retiró con su madre y hermanos al castillo de Gournay, que aquel había adquirido poco antes de morir. Fue entonces, en medio de todos los estudios que realizó, cuando quedó impresionada por las obras de Michel Montaigne, a quien consiguió conocer en 1588. Este quedó asombrado a su vez por la inteligencia de Marie e insistió que debía publicar sus propios trabajos. Tras aquel encuentro, ella escribió la que se convirtió en su única novela Le Proumenoir de M. de Montaigne, par sa fille d’alliance, ya que después se dedicó en exclusiva al género ensayístico y a la poesía.

Marie de GournayTres años después, cuando falleció su madre, la filóloga se mudó a París, y después de la muerte de Montaigne, en 1592, su viuda le entregó los ensayos manuscritos del filósofo para que se encargara de publicarlos convenientemente en una edición póstuma, tal y como a él le habría gustado. Marie asumió la tarea con admiración y respeto, y en 1595 vio la luz una nueva edición de los Ensayos de Montaigne con la adaptación de sus notas y una introducción de la editora que, desde entonces, fue conocida como su hija adoptiva, pues ya se había difundido que el filósofo se refería de tal forma a ella.

La carrera profesional de Marie quedó marcada en ese momento. Se ganaba la vida escribiendo y traduciendo, y su pluma estuvo al servicio de la reina Margarita de Valois, Enrique IV y Richelieu, entre otros. De hecho, este último fue quien le ofreció una pensión real.

Fue ya en pleno siglo XVII cuando Marie escribió las obras que se convertirían en referentes del movimiento feminista. Así, publicó la más destacada: Sobre la igualdad de hombres y mujeres (Égalité des hommes et des femmes, 1622), defendiendo el acceso de las mujeres a la educación y a aquellos ámbitos en los que les había sido negado. Por si fuera poco, también atacó la corrupción existente en las cortes, la nobleza y la iglesia.

El salón de Marie de Gournay era uno de los más frecuentados de París. Pese a su intensa vida social e intelectual, jamás contrajo matrimonio, viviendo por completo de sus escritos, traducciones de clásicos como Tácito, Ovidio o Virgilio y autoediciones. No le faltaron las críticas y las burlas por sus tesis feministas, su forma de vida, su interés por la alquimia y su condición de soltera. Pero ella no desistió. En 1626 apareció su obra completa. Falleció casi dos décadas después, cuando contaba 79 años.

 

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